La alimentación tiene muchas vertientes también para los bebés y los niños. Además de proporcionarles los nutrientes que necesitan para crecer y cubrir todas sus necesidades básicas, cumple otras funciones.
Así, no solo es importante que coman de todo, sino hacerlo de forma correcta y disfrutar de ese momento vivencial, que se convierte en una forma de relacionarse con el entorno y con los demás, tal como apunta Estrella Pérez García, logopeda especialista en alimentación y deglución y en terapia miofuncional orofacial (TMO).
¿Cuándo hablamos de problemas de deglución?
La deglución es el proceso que va desde la entrada del alimento, en la que intervienen distintos sentidos, “hasta la llegada a la zona oral y los procesos de succión, masticación, coordinación, deglución-respiración y paso del bolo de forma segura a nuestro aparato digestivo”, detalla la experta.
Los problemas de deglución se pueden presentar en distintas situaciones para las que es necesario contar con un especialista, el logopeda, que si es necesario coordinará la intervención con un equipo más amplio (médico, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, neuropediatra y odontopediatra).
Bebés prematuros
“ Los bebés prematuros presentan reflejos orales debilitados, incluso ausentes, como la succión y deglución, una hipotonía generalizada, dificultades respiratorias y falta de coordinación de los movimientos orales”, advierte Estrella Pérez. Todo ello afecta a su alimentación. Además, muchos de ellos tienen que alimentarse por sonda gástrica, naso-gástrica o por vía venosa y esto puede provocar un rechazo en la alimentación oral que precisará de la intervención de un logopeda, que deberá hacer un trabajo miofuncional y sensorial para que el pequeño acepte los alimentos.
Niños con necesidades especiales
Algunos pueden presentar grandes dificultades a la hora de alimentarse, como rechazo al sólido, alteraciones en la masticación y más tendencia al atragantamiento. Aquí el trabajo conjunto con las familias es fundamental para avanzar y superar estos problemas.
Deglución disfuncional
Se trata de niños “con un patrón anormal de deglución que, en la mayoría de los casos, viene derivado por un uso prolongado del chupete, succión digital (del dedo) y respiración oral”, explica Estrella Pérez (@deglucionylogo en Instagram). Todo ello provoca una alteración en las estructuras orofaciales que dificultan la correcta deglución. Además, si el niño necesita ortodoncia, lo primero es que la deglución sea correcta para que el trabajo del ortodoncista dé buen resultado.
¿Cómo afecta una mala deglución a la salud del niño?
Cuando un niño tiene problemas de deglución hay una repercusión clara en el mal desarrollo orofacial. “Cualquier movimiento implicado en la deglución, desde la entrada del alimento a la zona oral, sujeción del bolo dentro de la boca, coordinación de la lengua, control respiratorio y movimiento deglutorio del bolo, va a implicar unos movimientos que van a promover el desarrollo de las estructuras de la boca y de los maxilares”, advierte la logopeda.
Además, con los niños que tienen grandes dificultades como la disfagia (dificultad para tragar) o en aquellos que necesitan sonda o gastro para comer, si no hay una técnica adecuada de alimentación pueden correr grandes riesgos: “Desde infecciones respiratorias constantes hasta atragantamientos con difícil pronóstico”, destaca.
Otras situaciones en que un logopeda puede ayudar
Además de los anteriores, hay otros casos en que la intervención de un logopeda en relación a la alimentación del niño puede ser muy aconsejable.
Por ejemplo, cuando los pequeños son muy selectivos a la hora de comer (lo que se denomina en inglés peacky eaters). Se trata de niños que solo comen unos pocos alimentos y muestran un rechazo total hacia los demás, lo que limita mucho su dieta. Aquí, habría que actuar cuanto antes. “No nos vale la típica frase de ‘ya comerá’; son casos complicados y con un componente conductual”, destaca la especialista.
Suelen ser niños con dificultades sensoriales, como se dan en el autismo o en bebés que han pasado mucho tiempo en el hospital o que han comido por sonda durante de forma prolongada. Con ellos hay que trabajar la aceptación de distintos alimentos de forma muy gradual para que aprendan a tolerarlos, empezando por el tacto y acabando con la fase oral.
En otro sentido, muchos padres que se decantan por la alimentación baby led weaning, suelen pedir el asesoramiento de un logopeda para que la deglución sea segura y no haya riego de atragantamientos.
¿Se pueden prevenir los problemas de deglución?
Algunos problemas de deglución se pueden evitar. Son aquellos que provocan una deglución disfuncional por el uso prolongado del biberón o del chupete o por el hábito del niño de chuparse el dedo, pues ocasionan alteraciones en el paladar, la mordida o la lengua.
En otros casos, van asociados al cuadro clínico de base del pequeño, por lo que no es posible prevenirlos, pero sí hacer una intervención precoz, que tendrá mejores resultados. Es importante actuar cuando antes para abordar los tres pilares de la alimentación: proceso orofacial, información sensorial y conducta.
“Las familias tienen la gran tarea de observar en sus bebés que todo va correctamente. Si hay dudas, si notan que algo no funcion, hay que preguntar a un profesional. Sobre todo en los casos de peques con discapacidad, la intevención precoz es indispensable y va a marcar su desarrollo”, insiste Estrella Pérez.
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