En España hay 15.000 personas con un implante coclear. Se trata de un dispositivo electrónico que estimula el nervio auditivo para que el paciente pueda oír o recuperar la audición si la ha perdido.
La cóclea se sitúa en el oído interno y es la que transmite la sensación de sonido al cerebro. Con la estimulación que proporciona el implante, se activa el nervio auditivo, que mandará unas señales al cerebro que son interpretadas por este como si oyera. Su funcionamiento es distinto al de un audífono, pues el audífono amplifica el sonido en casos de baja audición, mientras que el implante coclear ‘recrea’ el sonido.
¿Cuándo se indica un implante coclear en la infancia?
Hay dos situaciones principales para las que se suele indicar un implante coclear en niños.
Niños que nacen con sordera profunda o grave
Actualmente a todos los recién nacidos se les realiza una prueba de cribado para determinar si oyen bien o no. Así se consigue que, desde el principio, aquellos que nacen con sordera o con hipoacusia grave puedan ser atendidos. En este sentido, “reciben el implante coclear lo antes posible, alrededor del año de edad, o incluso antes si hay antecedentes familiares de sordera profunda”, indica el Dr. Luis Lassaletta, presidente de la Comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
En la mitad de los niños que nacen con sordera puede haber un factor genético como causa. Cada vez se descubren más genes implicados en este problema, aunque es poco habitual que de padres sordos nazcan niños sordos. También influyen problemas en el embarazo, como el citomegalovirus, u otras circunstancias como la prematuridad.
Niños que han perdido la audición
Son niños que oían, pero que, por cualquier circunstancia, han perdido esa facultad. “Cuando se trata de una sordera postlocutiva o postlingual (el niño ya había adquirido el lenguaje), la intervención se lleva a cabo lo antes posible”, destaca el experto.
Estos niños tendrán que adaptarse a una nueva forma de percibir el sonido, que les llega como ‘metalizado’.
¿Cómo es la intervención para colocar el implante?
A diferencia de lo que sucede en la edad adulta, en la infancia se suele hacer un implante coclear en los dos oídos de forma simultánea. Es así en niños con sordera profunda y sin resto auditivo y que no tienen ningún problema de salud que contraindique una cirugía más larga. “Si hay alguna disimetría entre los dos oídos se puede hacer uno primero y luego otro”, apunta el especialista de la SEORL-CCC.
El implante coclear está financiado por la Seguridad Social cuando es bilateral; es decir, cuando el niño no oye por ninguno de los dos oídos. En algunos casos en que sí oye por uno oído, las circunstancias podrían cambiar, ya que se puede dar preferencia a los niños con sordera profunda bilateral si hay restricciones económicas.
“La cirugía es segura y relativamente rápida cuando se realiza en un entorno adecuado, en centros de referencia”, advierte el Dr. Lassaletta. En el 80% de los casos, el niño tiene una anatomía normal del órgano auditivo, lo que facilita la intervención. Pero si hay malformaciones u otra alteración, la cirugía es más compleja.
¿El implante coclear es para siempre?
El implante coclear tiene dos partes. Por un lado hay un procesador externo de sonido, que funciona con pilas, al igual que un audífono. Y por otra está el implante propiamente dicho que es interno y que necesita actualizaciones con los años. “Lo habitual es que no sean más de dos o tres a lo largo de la vida, pero, al tratarse de un aparato electrónico, puede haber variaciones”, explica el especialista.
Los últimos modelos de implantes cocleares recogen una petición formulada por muchas familias y es que los niños puedan bañarse con él.
Por lo demás, el niño lo lleva puesto todo el día, y se retira la parte externa para dormir, como haría con un audífono.
La importancia de la rehabilitación
Para que el implante coclear haga bien su función es necesario que el niño asista luego a rehabilitación durante un tiempo prolongado, que puede ser de varios años. “Si el niño oía, tiene que adaptarse y equiparar las señales que recibe con la memoria auditiva de la que dispone, y eso se consigue con la rehabilitación”, insiste el Dr. Luis Lassaletta.
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