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39 burnout parental 39 de los padres en la crianza de sus hijos © AdobeStock

Psicología

Si estás agotado y te sientes un mal padre o madre, puedes estar sufriendo ‘burnout parental’

Cada vez más habitual entre los padres, el cansancio diario unido al sentimiento de culpabilidad por no estar cuidado bien de sus hijos es un síndrome que ya se conoce con este nombre.


19 de noviembre de 2021 - 13:35 CET

La  frustración entre los padres  por apenas poder dedicarle tiempo a sus hijos está a la orden del día. Muchos son los que aseguran sentirse agotados y no estar seguros de cuidar bien a sus hijos. Y esto, en parte, no es culpa suya. “La sociedad actual impone a los padres un grado de perfección, marcado por las imágenes idílicas que vemos en la televisión y en las redes sociales, que no es fácil de conseguir”, nos dice Rhona Anne Dick, educadora y directora de Experiencia de Aprendizaje de Lingokids. Según esta experta, “ empeñarse en ser padres perfectos termina debilitando nuestra resistencia , provocando cuadros de estrés, cansancio físico y mental agravados por un exceso de intensidad laboral que puede convertirse en un problema que llegue a afectar a la relación con nuestros hijos”, nos dice. Todo esto se ha convertido en un síndrome y tiene nombre:  burnout parental .

Las cifras están ahí: el 72% de los padres sufren estrés laboral, mientras que el 46% reconoce que esto afecta, sin dudas,  a su vida familiar y a la relación que mantienen con sus hijos , convirtiéndose, según el último estudio realizado por esta aplicación, “en su principal preocupación como padres: no saben cómo equilibrar el tiempo que dedican a trabajar y a atender a sus hijos”. Y es que, criar y educar a los hijos requiere un esfuerzo diario importante que, combinado con ese estrés laboral y  el elevado nivel de exigencia que se autoimponen  muchos progenitores, acaba por agotarles. De todo ello y de cómo llegamos a ese burnout parental que empieza a ser más frecuente, hemos querido hablar con la psicóloga especialista en niños, adolescentes y familia, Ana Quesada Corral.

¿En qué consiste exactamente el síndrome del ‘burnout parental’?

El estrés, en general, hace referencia a la percepción personal de que las demandas del entorno sobrepasan los propios recursos del individuo. Y, en particular, con respecto a los progenitores y en relación con las exigencias de la crianza de sus hijos, sobrepasa sus recursos para responder a ella.

El término de  estrés parental , en principio, se acuñó para referirse al cuadro de síntomas que padecían muchos padres que estaban al cuidado de hijos con enfermedades crónicas o con gran dependencia, pero, en la actualidad, se ha extendido a otros perfiles en los que se observa también este cuadro de síntomas.

Un cuadro de síntomas en el que, sobre todo, los padres se sienten estresados y agotados con respecto al cuidado de sus hijos, sobrecargados por la atención continua y la falta de tiempo para dedicar a otras facetas de su vida con las que les cuesta conciliar, como son el trabajo, el ocio, las relaciones sociales e, incluso, la propia familia.

¿Hay unos padres más propensos a sufrir este estrés parental?

Lo que hay son variables que pueden facilitar dicho estrés: la edad de los padres y de los hijos, por ejemplo, el tipo de trabajo que desempeñan, su nivel educativo, su estabilidad económica y la posibilidad de apoyarse en otras personas. También es verdad que, según varios estudios, son más propensos a padecer este síndrome los progenitores con las siguientes características:

  • Padres con sentimiento de culpabilidad por no dedicar suficiente tiempo a sus hijos.
  • Personas con un  estilo de crianza muy controlador y un alto nivel de autoexigencia  en su vida y pensamiento (irreal) de poder con todo: con el trabajo, los hijos, la vida social y personal.
  • Personas que priorizan el deseo de favorecer oportunidades de éxito a los hijos (formación y extraescolares) o sobre otros aspectos de su propia vida, como el ocio.
  • Progenitores con pocos recursos de apoyo en el cuidado y atención de los hijos, por ejemplo, si hablamos de familias monoparentales.
  • Padres con bajo nivel de resiliencia o capacidad personal para superar los problemas.

Síntomas que alertan de estar sufriendo estrés parental

En este tipo específico de estrés, nos explica la psicóloga, la persona padece los siguientes síntomas observables en diferentes dimensiones:

A nivel fisiológico

Pueden padecer molestias como dolor de cabeza, de estómago o muscular y dificultad para conciliar el sueño o conseguir un descanso de calidad, con la subsiguiente sensación de cansancio. A largo plazo, estos padecimientos pueden derivar en subidas de presión arterial, problemas coronarios, incluso en trastornos como la ansiedad o la depresión.

En relación con sus pensamientos

Estas personas suelen tener ideas obsesivas del tiempo libre que no tienen y culpabilizan a las personas del entorno de su situación y estrés. Además, presentan pensamientos de culpabilidad personal por querer “facilitar las mejores oportunidades” y querer dedicar tiempo a sus hijos (actividades extraescolares y de formación y necesidad de contar con recursos económicos para facilitarlo) y poder disponer de recursos económicos para propiciarlo.

A nivel emocional

Estos progenitores tienen sensación de que todo se desborda, todo lo hacen mal y tienen sensación de falta de control sobre su entorno. Además, tienen sentimiento de frustración, irritabilidad y de enfado por su dificultad para conciliar sus diferentes facetas: familiar, laboral, social, y personal.

Consejos para evitarlo o ponerle remedio

Tanto si lo padecemos, nos explica la psicóloga, como si queremos evitarlo, nos puede servir de ayuda seguir las siguientes indicaciones:

  • Asumir que no podemos con todo lo que nos gustaría realizar: trabajo duro y de éxito, tiempo disponible para los hijos, tiempo de ocio para nosotros, mantener relaciones familiares, etc.
  • Delegar nuestras obligaciones para poder descansar y poder contar con apoyos (profesor particular, tareas domésticas del hogar, etc.). En caso de que no sea posible hacerlo, se debe pensar en renunciar a alguna actividad.
  • Establecer prioridades. Pensar en lo que podríamos prescindir (recortar actividades extraescolares, por ejemplo).
  • No auto culparse, ni a los demás. En relación con la dificultad para conciliar, se deberían buscar soluciones, no culpables.
  • Planificar tiempo para disfrutar, en soledad y con los demás: amigos, familia e hijos, sin ser “obligaciones”.

¿Y qué preocupa a los padres?

A pesar de que las respuestas pueden ser muy variadas, según nos indica el estudio citado al incio, la gran mayoría de los padres aseguran que equilibrar el tiempo que dedican a trabajar y el que dedican a la atención de sus hijos es lo que más les preocupa. Es algo común en casi la mitad de los padres encuestados. Sin embargo, hay otros aspectos que les intranquiliza y suma más estrés y frustración:

  • Poder proporcionarles una buena educación, completa y, además, rica en valores como la igualdad, el respeto o el cuidado del medio ambiente.
  • Mantener con ellos, tanto en casa como fuera, una alimentación sana y un estilo de vida saludable.
  • Conseguir que tengan una correcta evolución y aprendizaje en el colegio.
  • Además de, en muchos casos, la preocupación económica añadida de no llegar a fin de mes con los ingresos familiares y que esto repercuta en su desarrollo o calidad de vida.

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