Gemelos, mellizos o trillizos . Los partos múltiples continúan descendiendo en España, aún a pesar de que los hermanos nacidos de partos múltiples no dejan de gustarnos y, muchas veces, sorprendernos -por su gran parecido físico o por su manera de comportarse, por ese nexo de unión que parece irrompible-. Suelen tener gustos idénticos, muchas veces piden vestirse de manera similar y permanecen muy unidos durante toda su vida. Sin embargo, es algo que no podemos elegir.
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En realidad, si en tu familia existen antecedentes de gemelos o de mellizos, puede ocurrir que en las primeras ecografías de embarazo que te realice tu ginecólogo u obstetra, reconozca dos corazones latiendo a la vez. Sí, tener o no un parto múltiple depende, en gran medida, de la herencia genética. Y lo es tanto de la madre como del padre, pero no hay ninguna regla que lo asegure que esto ocurrirá en la primera, segunda o tercera generación. Es más, puede que no suceda nunca. Es totalmente sorpresa, algo que no ocurre, por ejemplo, en el caso de los embarazos conseguidos con la ayuda de un tratamiento de fertilidad.
Pero, ¿por qué? Porque para cumplir el sueño de muchas personas de ser padres, estos tratamientos implantan más de un embrión en el útero materno. Sin embargo, por motivos de seguridad de los bebés y de la madre, esta implantación doble o incluso triple se practica cada día menos. “Una razón de peso que confirma el descenso de los partos múltiples en nuestro país”, según nos explica la ginecóloga Fulvia Mancini desde Clínicas EVA, “ya que los riesgos de esta doble implantación son altísimos, aunque las parejas solo piensan en que ya está el trabajo hecho, dos de golpe y no tienen que volver a pasar por otro tratamiento”. Hemos hablado con ella y su compañera, la ginecóloga Isabel Vielsa, para que nos confirme si es palpable este descenso y las razones reales por las que se está produciendo.
Sí, es cierto, existe un descenso de los embarazos múltiples
Según nos confiesa Isabel Vielsa, “sí que es verdad que hay una tendencia descendente en el número de tratamientos gemelares y de trillizos”. Lo que, por ende, hace descender esta tasa en nuestro país. Esto es porque en los tratamientos de reproducción asistida, “la tendencia actual es intentar transferir un embrión único, en vez de dos o tres, como se hacía antes”. Una práctica muy común cuando empezaron los tratamientos, al principio, pero que cada vez se intenta menos. De ahí que los embarazos múltiples hayan descendido bastante. Pero, ¿por qué? Por dos razones:
- El embarazo de un solo feto tiene muchos menos riesgos, tanto para la madre como para el feto. Entre ellos, nos dice Fulvia Mancini, están los de “prematuridad del bebé, problemas en el desarrollo y el peso para el feto, mientras que la madre puede desarrollar diabetes gestacional , hipertensión o, incluso, aumentar los riesgos de pérdida”.
- Un embarazo múltiple es mucho menos llevadero que un embarazo normal y sin riesgos. La tasa de prematuridad, en este caso, aumenta considerablemente.
De ahí que, la recomendación actual sea la de la implantación de un solo embrión. Como al margen de la reproducción asistida, los embarazos gemelares o de trillizos se debe a causas hereditarias pero que no tienen por qué darse en todas las generaciones, el número se reduce. La Sociedad Española de Fertilidad, nos dice Fulvia Mancini, “acaba de cifrar en un 11% el descenso de la llegada al mundo de gemelos en España, dato que nos sitúa, además, por debajo de la media europea”.
Hay quienes buscan embarazos gemelares o de trillizos
De la misma forma que los expertos recomiendan la implantación de un solo embrión, “sí que existen parejas que llegan pidiendo dos embriones, ya que, debido a sus problemas de fertilidad, les ha costado tanto llegar hasta aquí que quieren asegurarse una gestación”, nos dice Isabel Vielsa. Piensan que, al hacerlo con dos embriones, al menos uno conseguirá implantarse bien y conseguir llegar a un embarazo con éxito. Aún a pesar de ello, insiste la experta, “intentamos convencerles de que no lo hagan, de que esperen y, en el caso de fracasar, repetir con algún embrión congelado o con un nuevo tratamiento”. En este momento, además, “ya no les preocupa la cuestión económica”, nos dice Fulvia Mancini, sino de “intentar vivir el proceso en el que se juegan, a veces, el sueño de su vida, con un poco menos de ansiedad, de duda e incertidumbre”.