Desde sus primeros meses de vida, el bebé puede desarrollar una alergia alimentaria. Es, por tanto, una circunstancia ante la que conviene disponer de información precisa para saber actuar de forma correcta. Sin embargo, en torno a las alergias hay ciertas ideas que desde el punto de vista médico no son adecuadas.
La Dra. Leticia Herrero Lifona, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga, nos cuenta cuáles son los principales falsos mitos en torno a este tipo de alergias.
Ideas erróneas sobre alergias alimentarias infantiles
Un 3% de la población general tiene alergia a los alimentos. A pesar de ello, hay mucho desconocimiento sobre cómo abordar correctamente este problema, por lo que es importante desmontar las ideas erróneas.
1. “La alergia se presenta en niños mayores”
No es así. De hecho, un 8% de menores de tres años tienen alergia alimentaria. “La mayoría de las alergias a los alimentos aparecen en la edad infantil, en los primeros cinco años de vida, pero se pueden desarrollar en cualquier momento”, destaca la Dra. Herrero. Por este motivo, es imprescindible que en los centros escolares se cuente con conocimientos adecuados sobre cómo reaccionar, ya que es el lugar más frecuente donde se producen las reacciones alérgicas por alimentos.
2. “El estudio de alergia se realiza pasado un tiempo”
Los estudios para diagnosticar una alergia alimentaria se pueden realizar a cualquier edad. ”Bien sea estudio de alimentos o de patología respiratoria, el alergólogo realiza el estudio en el momento en que sospecha patología alérgica, tenga el paciente tres meses de edad o 14 años”, aclara la especialista.
3. “El diagnóstico se realiza con una prueba”
Para realizar un diagnóstico de alergia a algún alimento no basta con que una prueba haya dado positiva. Para confirmar la alergia a ese alimento, el niño ha de mostrar síntomas tras haberlo ingerido. Luego tendrá que ser el alergólogo con estos datos el que confirme el diagnóstico.
4. “Alergia e intolerancia son iguales”
Es una de las confusiones más habituales, a pesar de que son entidades médicas totalmente distintas. Tal como explica la alergóloga de Quirónsalud Málaga, la alergia es un trastorno inmune “cuya reacción más grave puede poner en peligro la vida del paciente”. Por su parte, la intolerancia es un trastorno digestivo que nunca va a suponer tanto riesgo y cuya afectación se produce, especialmente, en la calidad de vida. La alergia se puede superar y la intolerancia es para toda la vida.
5. “Hay que retirar el alimento si se sospecha alergia”
Es un error evitar el consumo de un alimento solo por sospechas de que el menor pueda ser alérgico. Esta medida puede interferir en los resultados de las pruebas diagnósticas, por lo que no es acertada. Tiene que ser el alergólogo el que indique si hay que retirar o no el alimento de su dieta y, en ese caso, cómo hacerlo.
6. “La alegia aparece al primer contacto”
El hecho de que un niño no muestre síntomas alérgicos en las primeras ingestas de ese alimento no significa que no pueda desarrollar la alergia más adelante. “Puede ocurrir que lo hayamos comido previamente y años después nuestro cuerpo presente una reacción fuerte a ese alimento”, explica la Dra. Leticia Herrero.
7. “Si los padres son alérgicos, el niño será alérgico”
No tiene por qué ser así. Aunque es cierto que puede haber una predisposición genética hacia la alergia, no todos los hijos de padres alérgicos acaban siéndolo. Por este motivo, no es adecuado dejar de darle un alimento porque algún familiar sea alérgico al mismo. “Evitar un alimento y restringirlo de forma estricta sin una recomendación por parte del especialista puede provocar una alergia en un futuro por la falta de tolerancia a ese alimento”, advierte la especialista.
8. “Los alimentos más alergénicos se introducen más tarde”
Es cierto que hace unos años, las recomendaciones médicas iban en esa línea, con la introducción tardía de los alimentos más alergénicos, pero en la actualidad se aconseja la introducción temprana de los mismos para inducir la tolerancia oral. Así, a partir de los seis meses el pediatra irá indicando cómo ha de ser la dieta diversificada del pequeño, en la que sí estarán presentes alimentos como huevo o pescado, que antes se retrasaban más.
9. “Si el niño muestra síntomas de alergia, debe vomitar”
Es un gran error hacer que el niño vomite si tiene síntomas de alergia, ya que, tal como detalla la alergóloga, “puede provocar una inflamación más grande en la garganta por el contacto repetido con el alimentos sospechoso de darle la reacción y por el ácido gástrico del vómito”, apunta.
10. “Hay que evitar incluso las trazas del alimento”
Cada niño tolera una cantidad diferente del alérgeno y tiene distintos síntomas cuando lo toma. Por este motivo, las recomendaciones han de ser individualizadas. Habrá algunos que no puedan exponerse de ninguna manera al alimento, y habrá otros que toleren las trazas (pequeñas partículas de alimentos que puede haber en otros). “Si tolera esas mínimas cantidades deben mantenerse en la dieta porque reducen el riesgo de ingestas accidentales y peligrosas”, insiste la Dra. Leticia Herrero.
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