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La migraña es la enfermedad neurológica más frecuente. En España, hay cinco millones de afectados, algunos de los cuales son población pediátrica. Se trata de una afección crónica, por lo que cuando se manifiesta desde edades tempranas hay que tener en cuenta que va a permanecer durante toda la vida.
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Así, uno de cada diez niños sufre migraña, aunque con la edad va aumentando el número de afectados. ¿Cómo se aborda en la infancia? Hemos hablando de ello con el Dr. Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
La importancia del factor genético
El peso de la genética en la aparicion de la migraña es muy importante. “Casi la mitad de los niños tienen antecedentes familiares y si los dos progenitores tienen migraña, la probabilidad de que sus hijos padezcan migraña es de aproximadamente un 70%”, destaca el Dr. Irimia.
Algunos niños comienzan con sus primeros episodios de migraña desde que son muy pequeños, incluso antes de los siete años, aunque lo más habitual es que los síntomas aparezcan en la adolescencia.
Así, la migraña afecta a entre un 0-7% de niños en edad preescolar (menores de siete años), a un 4-11% de niños entre siete y 11 años y hasta al 8-23% de adolescentes, según datos de la SEN.
“Aunque antes de la pubertad aparece por igual en ambos sexos, existe un claro predominio femenino tras la misma”, apunta el neurólogo.
Diferenciar la cefalea de la migraña
No todos los dolores de cabeza son migraña. Esta tiene unas características muy particulares y resulta muy invalidante. No obstante, por la falta de precisión de los niños al explicar los síntomas, a veces es difícil realizar el diagnóstico correcto.
“La migraña puede durar entre unas pocas horas y varios días con un dolor que suele ser en un lado de la cabeza que se describe como una pulsación (latido)”, detalla el especialista de la Sociedad Española de Neurología. Además, hay hipersensibilidad a la luz y al rudio, por lo que las personas afectadas tienden a aislarse durante las crisis migrañosas.
También se acompaña de náuseas y vómitos y empeora con la actividad física, por lo que los pacientes suelen acostarse mientras dura el episodio.
“La incapacidad que produce el dolor con esa tendencia a aislarse, la aparición de vómitos y el empeoramiento con la actividad física que obliga al niño a permanecer acostado son los rasgos que diferencian a la migraña de un simple dolor de cabeza”, especifica el Dr. Irimia.
Combatir la migraña infantil
Hasta un 25% de las personas con migraña nunca ha consulta al médico para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento para la misma, según apunta la Sociedad Española de Neurología.
La recomendación es que el niño que tiene habitualmente dolores de cabeza (cefaleas) acuda a su pediatra para que valore la conveniencia de ser explorado por un especialista.
La migraña puede ser muy invalidante y, según las crisis que tenga, impedir que en algunos momentos el niño pueda llevar a cabo sus actividades con normalidad. Para combatirla eficazmente es necesario un diagnóstico y ceñirse al tratamiento.
“Para las crisis de dolor se recomienda el uso de ibuprofeno, y cuando es muy intenso se recomiendan triptanes”, puntualiza el Dr. Pablo Irimia. Cuando el dolor se presente de forma muy frecuente (más de cuatro días al mes), existe la posibilidad de instaurar un tratamiento preventivo con la finalidad de reducir la frecuencia y la intensidad de los episodios.
Además, el neurólogo comenta cómo “diversos estudios han demostrado la eficacia de varios fármacos en la prevención de la migraña en la infancia como topiramato, valproato, amitriptilina y cinarizina”. En algunos casos se puede valorar también la opción de hacer inflitraciones con toxina botulínica.
Igualmente, en el abordaje de la migraña hay que considerar otros aspectos del estilo de vida que pueden tener influencia en su control, como gozar de una buena higiene del sueño, alimentarse de forma saludable y realizar ejercicio físico.
Cuándo se trata de una urgencia
El dolor de cabeza en niños suele alarmar mucho. Afortunadamente, en la mayoría de los casos no reviste ninguna trascendencia. Pero sí hay que acudir a un servicio de urgencias en estos casos, tal como relata el Dr. Pablo Irimia:
- El niño no puede tomar medicación por vía oral.
- El dolor de cabeza se acompaña de fiebre.
- Hay cambios en la personalidad.
- Aparecen convulsiones.
- Hay síntomas neurológicos como debilidad de un brazo o pierna, dificultad para expresarse...
- Niños que también tienen alguna enfermedad grave como cáncer o inmunosupresión y que comiencen con dolor de cabeza.
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