No podemos discutir ya que Halloween ha llegado a nuestro país para quedarse. Los niños, al menos los más pequeños, han tenido que disfrazarse e ir al colegio una mañana a celebrarlo. Ya sea en clase de inglés o en cualquiera de las asignaturas, porque es una excusa más para hacer algo diferente. Por eso, nosotros también nos lo ponemos como excusa para proponerte un conjunto de ideas y actividades que puedes hacer en casa, de una manera sencilla y pasar todo un fin de semana en familia. Además, aunque llueva ¡no tendrás excusa!
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No podemos discutir ya que Halloween ha llegado a nuestro país para quedarse. Los niños, al menos los más pequeños, han tenido que disfrazarse e ir al colegio una mañana a celebrarlo. Ya sea en clase de inglés o en cualquiera de las asignaturas, porque es una excusa más para hacer algo diferente. Por eso, nosotros también nos lo ponemos como excusa para proponerte un conjunto de ideas y actividades que puedes hacer en casa, de una manera sencilla y pasar todo un fin de semana en familia . Además, aunque llueva ¡no tendrás excusa!
Es una tradición que se originó con el Samhain celta, cuando la gente encendía hogueras y se disfrazaba para ahuyentar a los fantasmas que podían entrar en casa. Sin embargo, en nuestro país, el día festivo siempre ha sido el día siguiente, el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos. Pero este no tiene el atractivo que tiene el primero, al menos, entre los niños. Calabazas, caramelos para todos, juegos, disfraces y mucho maquillaje no tienen competencia. Si aunamos todo ello, tenemos la fiesta perfecta.
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Una noche de cine de miedo en el salón
Esta primera idea es quizás de las más sencillas, salvo que queráis complicar la sesión y crear el ambiente terrorífico que os merecéis, algo que podéis hacer con algunas de las ideas de decoración que te daremos a continuación, con una mesa repleta de caramelos (es el día en que los más pequeños tienen vía libre) y unas buenas palomitas. Y es que el cine ha sido siempre uno de los medios donde mejor hemos podido disfrutar de Halloween y, a los clásicos de siempre, se suele unir, año tras año, algún que otro estreno. Esta vez, nos quedamos con LEGO Star Wars: Cuentos Escalofriantes (2021), disponible en la plataforma Disney+. Sin embargo, si lo que buscáis es un auténtico maratón de películas de miedo, aquí os dejamos lo que consideramos los grandes clásicos de esta noche, eso sí, apta para todos los públicos:
Los Muppets en Haunted Mansion (2021).
El Retorno de las Brujas (1993).
La Mansión Encantada (2003).
Frankenweenie (2012).
La novia cadáver (2005).
La Familia Addams (1991), aunque este año ha tenido un nuevo estreno.
Un vampiro para Mamá (2000).
Las aventuras de Coraline (2009).
Hotel Transylvania (2012).
Halloweentown, ¡qué familia la mia! (1998).
Una tarde de lectura con los más malvados
Y al igual que la noche puede ser para el cine, ¿por qué no aprovechar la tarde para abrir las páginas de un libro y disfrutar con los más malvados de la historia? Podéis elegir libros que, además de una buena historia, tenga unas ilustraciones que os hagan entrar en el papel. Una de las últimas novedades que más nos han gustado es la de ¡Estoy harto de ser el malo!, de Begoña Bueno y Sara Mateos (Editorial Pirracas), en la que el señor Drácula, la omnipresente bruja, los lobos y fantasmas, entre otros muchos personajes de sobra conocidos, no están muy contentos con su actual situación: la de ser siempre los malos.
No es tarea fácil en realidad, viven en casas pegajosas, solo pueden salir de noche, los ataúdes donde duermen son demasiado estrechos y las cadenas que deben arrastrar son siempre muy pesadas. ¿No hay nadie al que le gustaría darle un abrazo? Es una forma diferente de ver a los personajes que más miedo suelen darnos y es perfecto para los más pequeños (su edad recomendada es la de 3 años), pues cuenta con actividades educativas para trabajar la creatividad, la lectoescritura y la psicomotricidad fina, además de la empatía que, entre todos, podéis fomentarla.
Pintar calabazas terroríficas
Otro de los planes en los que podéis invertir toda la mañana, para que así tengáis lista la casa cuando empieza a caer el sol, es la de pintar calabazas. Sí, quedan estupendas si las vaciamos, las esculpimos y las rellenamos con una vela, pero seamos sinceros, no es una tarea muy sencilla que encomendarle a un niño. Sin embargo, darles unos rotuladores y pedirles que las pinten, sí puede ser una gran idea. Es más, consigue otro tipo de materiales (como purpurinas y cartulinas) para darle un toque mucho más original a cada una de ellas. Con unos simples trazos, podéis crear una cara y unos ojos, suficiente para conseguir el efecto deseado.
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Un juego de mesa repleto de monstruos
Sin levantaros aún de la mesa, podéis pasar una tarde estupenda en familia sacando alguno de los juegos que muchas marcas suelen preparar para estas fechas. Uno que puede ser interesante para que juguéis todos es el de Monster Chase (Asmodée), recomendado a partir de 3 años. Es cooperativo y las partidas son rápidas, por lo que todos vosotros estaréis en el mismo equipo, aunque tiene variantes de dificultad. Son juegos bastante básicos (recopila algunos diferentes) que pueden servir de base para crear luego algunos otros y extender la tarde de juegos hasta la noche. Si te contamos cuál es su contenido, seguro que os hacéis una idea de cuál es la mecánica: cartas de monstruos por un lado y un niño acostado por otro, con una carta armario y unas cuantas de juguetes.
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Cualquier juego online con temática Halloween
Si no te da tiempo o no te apetece desplegar un juego de mesa, puedes buscar por Internet uno que acabe por convenceros. No es que tengan unos gráficos fascinantes, pero sí que entretienen. Es más, como ves en la imagen, Google suele preparar para este día un Doodle que esconde un pequeño juego para celebrar la noche de las brujas. De los que hay por Internet, los más sencillos, pero que más nos gustan son:
Bubbleween: el clásico juego de disparar bolas, pero en una versión mucho más terrorífica. A partir de 6 años.
Mashing Pumpkins: un juego para aplastar calabazas diabólicas con la ayuda de un mazo de madera. A partir de 6 años.
Memory de Halloween: otro gran clásico en el que tendrás que hacer uso de tu memoria para saber en qué lugar se esconde cada pareja de cartas. A partir de 4 años.
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Una decoración escalofriante
Para tematizar el día de Halloween, no nos queda otra alternativa: hay que llenar la casa de arañas, calabazas, fantasmas y todos esos elementos que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en una noche de terror. Sin embargo, puede convertirse en otro plan a tener en cuenta, pidiéndole a los más pequeños que colaboren en ello. Cosas que se nos ocurren, además de las calabazas que ya hemos mencionado:
Una guirnalda de arañas, fantasmas y brujas (entre otras muchas figuras) cuya silueta podéis recortar en cartulinas blancas, negras y naranjas para colgar en las ventanas.
Colocar muchas velas, con cuidado y dependiendo de la edad de los niños.
Esparcir por la casa telarañas de algodón. Inflar muchos globos de los mismos colores: naranjas, negros y blancos, para darle un aire más festivo a tu casa, y dibujarles, si te atreves, caras de búhos, fantasmas y vampiros.
Forrar la puerta con alguna temática, como las vendas de una momia o la entrada a una peligrosa zona de zombies.
Disfrazaros de una manera sencilla
Y si decoramos nuestra casa, ¿cómo no vamos a disfrazarnos? Aunque sea algo tan sencillo como colocarnos una sábana blanca encima, pintar dos ojos y una boca en negra y listo, ¡ya tenemos fantasmas en el salón! Con un poco más de material, pero tampoco nada complicado, podéis crear:
Una momia con vendas de farmacia y un poco de tinte o rotulador rojo (que, a veces, sangran).
Un esqueleto andante, vistiendo a cada niño de negro riguroso y poniéndole con imperdibles unos cuantos huesos dibujados en cartulina blanca por los brazos, los brazos y el tronco.
Un demonio, vistiendo a tu hijo todo de rojo y, al contrario que en el caso anterior, poniéndole detalles en color negro, con unos pequeños cuernos en su cabeza que puedes hacer con una cartulina y una diadema.
Una catrina mexicana, con cualquier tipo de ropa colorida, una diadema de flores y, eso sí, pintándole muy bien la cara.
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Un maquillaje rápido pero efectivo
Si lo de disfrazaros no os convence o no tenéis el material necesario, simplemente con un buen maquillaje, el resultado será estupendo. En realidad, en esta ocasión es casi más importante esto que el propio disfraz. Te proponemos uno muy sencillo que puede adecuarse a cualquier tipo de outfit. Con pintura negra (apta para la piel), enfatiza tus cejas, la comisura de tus labios con unas cicatrices y la cuenca de los ojos. A partir de aquí, puedes crear una catrina con un fondo blanco y un poco más de color o, por ejemplo, una bruja colocando una verruga y nos labios en morado.
La mesa repleta de manjares
Si ya tenemos los disfraces, las actividades recreativas y la casa preparada, ¿sabes lo que nos falta no? Una mesa repleta de los manjares más horripilantes que puedas imaginar. Las recetas pensadas para esta fiesta de Halloween se cuentan por decenas, en este enlace te hemos preparado varias, pero se trata de que reine lo dulce (hoy no hay dietas para nadie), las comidas divertidas y con cierto aspecto asqueroso: unas momias de queso, unas pizzas de miedo, cake pops con temática fantasmagórica y sí, muchos caramelos. Es algo que podéis empezar a preparar todos juntos el día anterior, así tendréis un fin de semana completo.
Ahora ya tienes tu mansión encantada
Para terminar, ahora que hemos pasado por todas las ideas, tenemos que pensar en el gran juego, que son el leitmotiv de cualquier fiesta (y más, de esta). Tienes que convertir tu propia casa en una mansión encantada, dándole a cada estancia un juego diferente, como si fuese una gymkana. Un juego muy divertido y sencillo es organizar una carrera de momias con todos nosotros envueltos en papel higiénico, con una línea de meta y muchos obstáculos de por medio. Si nos encontramos inspirados un rato antes, podemos crear una serie de pistas para encontrar los huesos de un esqueleto que ha sido desmembrado y necesita ser recompuesto (se reparten por casa y los huesos se dibujan en cartulina). Da igual lo que se te ocurra, lo importante es convertir toda la casa en un juego en sí mismo.