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riesgos de los piercing en adolescentes© Istock

Adolescentes

¿Y si tu hijo quiere hacerse un ‘piercing’?

Muchos adolescentes piden hacerse un piercing. ¿Puede tener algún riesgo para sus salud? ¿Hay algunas zonas no recomendables a esa edad? ¿Qué precauciones se deben tener en cuenta para no correr riesgos?


Actualizado 2 de diciembre de 2021 - 19:54 CET

Los adolescentes y jóvenes cuidan mucho su estética y es relativamente habitual que opten por teñirse el cabello o hacerse un piercing. Los psicólogos recomiendan que sea una decisión debatida con los padres en la que se llegue a algún acuerdo entre ambos.

El menor puede correr riesgos de salud si lo hace a espaldas de sus progenitores y en lugares que no cumplen con las normas higiénico-sanitarias necesarias. Por eso, en este tema, una vez más  durante la adolescencia, la comunicación con los hijos es clave. 

¿Hay alguna contraindicación en adolescentes?

No existe contraindicación médica para que los adolescentes se pongan un piercing. A excepción de dos casos: cuando están inmunodeprimidos por alguna enfermedad y “si están en tratamiento con inmunosupresores, ya que en estos casos la infección cutánea es mayor”, advierte la Dra. Mayte Truchuelo Díaz, especialista en Dermatología de Vithas Madrid Arturo Soria y Vithas Internacional.

Eso sí, hay algunos lugares del cuerpo que son menos recomendados a esta edad para hacerse estas perforaciones.  Se trata de la lengua y el labio, “sobre todo en pacientes con tratamiento odontológico, es decir, que lleven aparato, porque dificulta la higiene  y puede interferir enganchándose o resultando incómodo”, resalta la especialista.

Además, hay que tener en cuenta que la zona de la espalda, el escote, los hombros y las orejas pueden presentar una cicatrización anómala.

¿Qué complicaciones pueden aparecer?

En adolescentes, las complicaciones derivadas de un piercing son muy similares a las que aparecen en adultos. Así:

  • Infección en la zona. Esta infección “se puede complicar con celulitis, que es cuando la infección se extiende”, apunta la Dra. Truchuelo.
  • Abceso. Es una acumulación de pus que hay que acabar drenando porque el antibiótico no suele funcionar bien.
  • Cicatrices anormales. Se producen sobre todo en zonas como la espalda, el escote, las orejas y los hombros.
  • Descompensación. Es una complicación más propia de la adolescencia, “ya que como son pacientes en edad de desarrrollo, el tejido crece y puede ser que el piercing quede descompensado respecto a la zona original donde se ha hecho”, matiza la dermatóloga.
Piercing y adolescencia© AdobeStock

Precauciones antes de colocarse el ‘piecing’

Ya sabemos que los adolescentes inmunodeprimidos o con tratamiento inmunosupresor no deben hacerse un piercing. Pero, además, el resto debe “evitar los anticoagulantes y antiagregantes como ácido acetilsalicílico e ibuprofeno la semana previa porque favorece el sangrado durante la realización del piercing”, recomienda la especialista de Vithas.

Si el adolescente tiene antecedentes de cicatrización anómala, también habría que tenerlo en cuenta y  evitar las zonas en las que haya una dermatitis activa, como psoriasis o dermatitis atópica.  Además, tal como alerta la dermatóloga, “en enfermedades como el vitíligo, que tienen el fenómeno de Kepner, al producir un traumatismo podemos favorcer la aparición de una lesión de vitíligo en una zona donde antes no había”.

El personal del establecimiento donde se realice el piercing ha de estar vacunado contra la hepatitis B y el tétanos, además de haber desinfectado bien la zona y usar agujas esterilizadas y de un solo uso. “Para evitar eccemas de contacto alérgico, el primer piercing que se ponga deberá ser de níquel, de oro superior a 14 quilates o de acero quirúrgico”, recomienda.

Los cuidados del ‘piercing’

En el establecimiento donde se realice el piercing deben ofrecer un consentimiento informado tanto al paciente como a sus padres donde explique cómo cuidar y curar la herida después. No obstante, estas son las recomendaciones básicas que aporta la Dra. Mayte Truchuelo:

  • Evitar baños en la piscina y en el mar. Durante un mes, que es el proceso que dura la cicatrización, hay que evitar estos baños.
  • Cuidar las comidas. No deben tomarse comidas calientes ni picantes justo después del piercing, e igualmente deberá prescindirse de las ácidas hasta que la zona no haya cicatrizado bien.
  • Alerta ante las mordidas. Si el piercing ha sido en la lengua o en la boca y se ha utilizado anestesia hay que tener cuidado de no morderse.
  • Higiene adecuada. Es muy importante mantener una higiene adecuada en la piel, limpiándola, desinfectándola y secándola para que la zona no quede húmeda. La herida debe taparse para evitar el contacto con bacterias o polvo que pudieran sobreinfectarla.
  •  Cicatrización anomála.  En zonas donde la cicatrización no sea normal y se presente una cicatrización queloidea, la recomendación es usar apósitos de silicona y consultar con el dermatólogo antes de que vaya a más.

Además, la especialista aconseja que “ante cualquier complicación, como dolor, inflamación o alteraciones en la cicatrización se acuda al dermatológo para valorar el diagnóstico y el tratamiento”. En algunas ocasiones será necesario, inlcuso, retirar el piercing para lograr una correcta curación.

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