ortorexia en los adolescentes © AdobeStock

Adolescentes

Si tu hijo está obsesionado con comer bien, puede que sufra ortorexia

Es un trastorno que busca constantemente una alimentación saludable y que puede afectar de manera grave a nivel físico y psicológico, con patrones similares a la bulimia o anorexia.


20 de octubre de 2021 - 12:45 CEST

La clave para tener una buena salud es, además de mantener una actividad física regular, llevar una alimentación sana, equilibrada y variada. Sin embargo, esto puede volverse en nuestra contra si acaba convirtiéndose en una obsesión. En el caso de que ocurra con el deporte, el trastorno que se produce  recibe el nombre de     vigorexia  ; en el caso de la alimentación, se llama ortorexia. Y es esta última la que ha comenzado a preocupar a los profesionales de la salud, sobre todo,  durante la adolescencia .

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Es un trastorno que comparte  bastantes similitudes con la bulimia y la anorexia , pudiendo llegar a ser igual de peligroso. Se trata de una pasión tan desmesurada por lo sano que puede derivar en todo lo contrario: graves problemas de salud por carencias de nutrientes esenciales como son, por ejemplo, las grasas saludables o la vitamina D, lo que debilita el sistema inmunológico de una persona. Una tendencia alimenticia que se ha convertido, entre muchos adolescentes, en una moda que puede llegar a tener consecuencias muy graves. De ello hemos querido hablar con Verónica Velasco, nutricionista de BluaU Sanitas, y Diana Camin, psicóloga de BluaU Sanitas.

Esta necesidad de llevar una dieta saludable y libre de cualquier tipo de nutriente considerado dañino para el organismo, si se convierte en un trastorno obsesivo compulsivo, como hemos dicho, recibe el nombre de ortorexia. Una persona que lo padece, nos explica Verónica Velasco, “realiza una dieta muy restrictiva, evitando a toda costa alimentos que lleven, no solo grasas o azúcares, sino también conservantes, colorantes y otros componentes que no sean insalubres”. En estos casos, se producen pérdidas de peso muy rápidas y pronunciadas, falta de energía y fatiga, mayor facilidad para sufrir lesiones, unido a un excesivo deporte sin estar nutridos. “Hay casos extremos y prolongados en el tiempo”, nos explica, “que acaban derivando en problemas de salud que han requerido de intervención quirúrgica”.

La ortorexia, ¿una moda entre los adolescentes?

Diana Camin nos dice que “es innegable que en nuestra sociedad ha aumentado mucho la preocupación sobre qué tipos de alimentos introducimos en nuestra dieta y la calidad de éstos”. Para observarlo, tan solo tenemos que fijarnos en las numerosas aplicaciones móviles existentes, por ejemplo, para leer las etiquetas de los alimentos o los nuevos movimientos como el Realfooding. “Aunque no hemos detectado una subida en el número de pacientes dentro de nuestro servicio”, nos dice, “sí que es cierto que los adolescentes son una población de riesgo ante estas modas, porque les dan mucha importancia a su aspecto físico; es una etapa vital complicada donde hay muchos cambios y se empieza a desarrollar la personalidad”.

Así, se presenta especialmente en personas jóvenes (aunque puede darse también en adultos) que comparten rasgos perfeccionistas, de alta autoexigencia, con necesidad de control y tendencia a un pensamiento obsesivo. La adolescencia, por tanto, “es una etapa difícil y vulnerable en la que es muy fácil caer en este tipo de trastornos”. Todos deseamos pertenecer a un grupo social determinado, tener una apariencia física concreta para ser aceptados. Si a eso le unimos, como nos dice la experta, “una  mayor preocupación por lo que los demás piensen de ellos  y por parecerse a los estándares de belleza, tenemos muchos elementos que ayudan a desencadenar problemas relacionados con los trastornos alimenticios”.

Riesgos y consecuencias peligrosas para la salud

En lo que respecta a las consecuencias, tanto físicas como psicológicas, aunque en un principio comer sano sea lo ideal para mantener un buen estado de salud, “los extremos nunca son buenos”, nos dicen ambas expertas.

A nivel físico, la ausencia total de grasas buenas repercute directamente en el metabolismo y, por tanto, en las funciones básicas del organismo. Una dieta excesivamente restrictiva puede llevar a una malnutrición, al igual que otros trastornos de la alimentación, como son la anorexia o la bulimia. Pueden existir desarreglos hormonales graves

A nivel psicológico, nos explica Diana Camin, la ortorexia influye en el estado de ánimo. La irritabilidad, la ansiedad, la apatía, la tristeza, el insomnio y, en casos extremos, la depresión, “son algunos de los síntomas que se pueden dar junto a un mayor aislamiento social”. No olvidemos, nos explica, “que la comida es un nexo social muy importante en nuestra sociedad”. Además, eliminar totalmente los alimentos que producen placer afecta a los niveles de serotonina y, por lo tanto, al bienestar emocional.

Cómo darse cuenta ‘a tiempo’

En este caso, nos explica la psicóloga, “es importante diferenciar entre una dieta saludable y una dieta restrictiva”. En la primera, que es la ideal, no debe eliminarse ningún grupo de alimentos, sino incluirlos todos en cantidades moderadas. Además, el ejercicio físico excesivo y la preocupación constante por la apariencia son claves también para detectar a tiempo una posible ortorexia. Así, cuando observamos estos comportamientos y el deseo de comer saludable derive en saltarse comidas, en el miedo a ciertos tipos de alimentos o en ansiedad y culpabilidad tras ingerir algún alimento considerado insano, “es recomendable acudir a un especialista que pueda diagnosticar y, en su caso, ofrecer tratamiento adecuado a esta persona”.

En general, este tratamiento será multidisciplinar, con intervención de un equipo de médicos, nutricionistas y psicólogos. Y, como en todo tratamiento, será necesario adaptarlo a las necesidades específicas del paciente, buscando siempre (y esto es importante) “su colaboración, sin imponer nada, ya que, para conseguir buenos resultados, es fundamental que la motivación hacia el cambio provenga del propio paciente”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.