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c mo establecer rutina de sue o en familia © AdobeStock

Salud Infantil

“La idea de que un bebé duerma bien está ligada a las expectativas de los padres”

Entrevistamos a Rosa Rojano para que nos explique qué es exactamente dormir bien y cómo podemos conseguir que, no solo nuestro bebé, sino todos en casa descansemos mejor.


Actualizado 14 de octubre de 2021 - 13:19 CEST

El sueño es una necesidad vital, como comer o respirar. Y es que,  cuando no dormimos bien , no solo estamos mucho más cansados e irritables, sino que disminuye nuestra capacidad de desarrollo y concentración, somos un poco menos felices y podemos aumentar nuestro riesgo de padecer algunas enfermedades. Por tanto, nadie puede negar que la falta de sueño afecta al desarrollo físico y mental de una persona, tanto si es niño como si es adulto. Y a veces creemos que  son los niños los que no tienen una buena rutina de sueño  o a los que les cuesta irse a la cama, pero a los padres también y, casi siempre, se empieza con un mal descanso por parte del pequeño que se transmite a toda la unidad familiar.

A Rosa Rojano, enfermera, asesora de lactancia y asesora de sueño infantil titulada, su experiencia de los últimos años le ha permitido observar cómo la falta de sueño afecta a las personas de cualquier edad y altera su bienestar familiar. Esta es precisamente una de las razones por las que decidió especializarse en sueño infantil. Primero pasó a formar para de una de las comunidades más importantes en este campo, Gentle Sleep Coach, de la Sociedad Española del Sueño (SES) y de la Asociación Española de Enfermería Pediátrica (AEMPED). Finalmente, en 2019 decide crear un proyecto personal, Educa y Duerme, desde donde quiere  ayudar a las familias a recuperar el descanso . Para entender por qué es importante dormir bien, hemos querido hablar con ella y que nos cuente cómo se consigue y trabaja una buena rutina de sueño.

Rosa Rojano, asesora de sueño infantil.© Rosa Rojano

Rosa, ¿qué es exactamente dormir bien?

Solemos definirlo como dormir bien el máximo número de horas seguidas posibles, pero, en realidad, no existe una única respuesta a esta pregunta. Si hablamos de un bebé, la idea de dormir bien está completamente ligada a las expectativas de los padres. Hay personas que se despiertan cinco veces por la noche a darle el pecho a su bebé y se vuelven a dormir rapidísimo y te dicen que duermen estupendamente. Hay otras en las que el bebé se despierta un par de veces, pero hay que volver a dormirle en brazos y, para ellos, duermen muy mal.

Por tanto, es importante que este concepto lo defina cada familia y, en base a ello, definir y trabajar. Obviamente, todo dentro de una lógica: si un bebé duerme muchas menos horas de las que debería dormir acorde con su edad y se le nota, por ejemplo, en el carácter durante el día, entonces sí podemos hablar de falta de sueño.

Entonces, ¿no todos los niños deben dormir las mismas horas?

No, como se suele decir, el sueño es evolutivo, lo que significa que las necesidades van a ir variando a lo largo del tiempo. No tiene nada que ver el número de siestas ni el tiempo de las mismas que tiene que hacer un bebé de 6 meses con las que necesita un bebé de 1 año. De manera general, a partir de los 6 meses sí que necesitan las mismas horas de sueño nocturno, en torno a las 11 horas, que van disminuyendo las necesidades de sueño diurno, así como el número de siestas conforme va creciendo.

¿Hablamos entonces de que las siestas también cuentan, suman horas de sueño y descanso?

Son absolutamente fundamentales. Uno de los grandes mitos del sueño es que dejes a tu hijo sin durormir durante el día para que así llegue cansado a la noche y duerma mejor. Este concepto es uno de los grandes errores que se suelen cometer con respecto al sueño. Está claro que no es bueno que duerma más de lo necesario para su edad, pero si duerme menos siempre acabará afectando al sueño nocturno.

¿Cómo les afecta a los más pequeños esta falta de sueño?

Afecta en muchas áreas, pero en la que más se suele notar es en el propio comportamiento del niño. En este caso, estaremos ante un bebé mucho más irascible, que parece todo el día excesivamente activo e irritable. Pero también afecta al desarrollo de su sistema inmune, al buen desarrollo psicomotor, al aprendizaje y a la alimentación.

Y su rendimiento escolar, en el caso de que sea un poco más mayor, ¿también puede resentirse?

Completamente. No descansar bien afecta de manera directa a su atención, aprendizaje y comportamiento. Por tanto, el rendimiento escolar va disminuyendo.

¿Cómo afecta al bienestar familiar que uno o varios miembros no duerman bien?

Lo más común es que afecte al carácter tanto de los bebés como de los padres y estén mucho más sensibles e irascibles en su día a día a causa del cansancio. Esto hace que, muchas veces, las pequeñas cosas se conviertan en grandes problemas, que se cree un ambiente mucho más tenso (lo que afecta también al bebé), exista un malestar general y esta situación vaya aumentando hasta el punto que no se sabe cómo salir de ella. De la misma manera, puede afectar en las relaciones laborales y sociales.

La solución, como tú bien planteas con tu proyecto, es establecer un correcto patrón de sueño, ¿esto es algo que se aprenda?

Completamente, en esto se fundamenta además mi trabajo. En que se aprendan hábitos y patrones de sueño a través de la paciencia, la constancia y la repetición.

Entonces, ¿cómo se aprende a dormir bien?

Para que un bebé duerma bien el máximo número de horas seguidas, hay que tener en cuenta tres cosas fundamentales.

  • Por un lado, las rutinas como a qué hora se acuesta, se despierta y cuántas horas de sueño diurno tiene.
  • Una vez que las rutinas se han establecido, lo que debemos enseñarles es a  enlazar los ciclos de sueño  de forma independiente, sin que dependan de factores externos, lo que se suele conocer como muletillas de sueño (por ejemplo, dormirse en brazos).
  • Cuando estas se han eliminado, el bebé podrá enlazar los ciclos de sueño por sí solo y, por lo tanto, dormirá del tirón.

En realidad, existen muchas formas de dormir y todas son correctas mientras se duerman las horas necesarias. El cómo lo haga se puede cambiar poco a poco.

Los padres, ¿qué podemos hacer para conseguir esta buena rutina de sueño?

Cada familia debe definir bien lo que quiere conseguir del sueño de su bebé y recorrer el camino poco a poco. Lo fundamental es entender las necesidades de sueño de tu bebé en cada etapa de desarrollo y saber cómo van cambiando a lo largo del tiempo por la influencia de ciertos hitos, como el hecho de aprender a rodar, gatear o andar, así como las conocidas regresiones de sueño. Cuanto antes sepamos lo que podemos esperar en cada etapa, antes podremos facilitarles un mejor descanso.

Y en el caso de un recién nacido, que estamos siempre un poco perdidos y no tenemos tanta información, ¿qué podemos esperar?

Un recién nacido tiene necesidades especiales, pues es una etapa de adaptación a la vida, por lo que aquí no hay ni horarios ni métodos, simplemente se necesita contacto,  afianzar la lactancia y el contacto con sus padres para sentirse seguro . Con él aún no podemos establecer rutinas, pero sí es importante tener claros algunos conceptos como las ventanas de sueño, las señales de que tiene sueño para evitar un cansancio excesivo o la existencia de una posible crisis de lactancia, que también afectaría. De nuevo, cuanto más conocimiento tengamos sobre la evolución del sueño, antes sabremos ir adaptándonos a cada bebé de una forma respetuosa.

Ya tenemos a los niños y a los recién nacidos, ¿qué ocurre si somos los padres los que no dormimos bien?

La gran mayoría de las veces somos los padres los que dormimos mal porque el bebé se mueve mucho o se despierta para hacer sus tomas, necesita los brazos para relajarse, etc. En estos casos, no es que el bebé no esté durmiendo las horas que necesita, sino que depende de nosotros para hacerlo. Por ello, es importante enseñarle poco a poco a dormirse solo y enlazar sus ciclos de sueño (que no tiene nada que ver con dejarles llorar o cambiarles de habitación), sino que es un proceso que hay que ir adaptando a cada familia con la finalidad principal de relajar al bebé para que no dependa de nosotros y, así, nosotros pasamos a dormir mejor.