Dice un proverbio africano que para cuidar a un niño hace falta la tribu entera. Sin embargo, en la actualidad esa comunidad que solía reunirse en torno a la madre tras el nacimiento de un bebé no es tal. El individualismo y el ritmo acelerado del momento hacen que muchas familias vivan en soledad la crianza de sus hijos, sin el apoyo ni la experiencia de otras.
Los grupos de crianza vienen a paliar esta situación, poniendo en contacto a distintos padres para que puedan compartir sus vivencias. Amaia Biurrum, directora de Kaizen Familia, de Pamplona, nos explica todas sus particularidades.
¿En qué consiste un grupo de crianza?
“Los grupos de crianza son grupos de apoyo para familias donde se puedan sentir libres de compartir dudas, miedos e inseguridades, y también alegrías”, explica la experta de www.kaizenfamilia.es. “El grupo de crianza les ayuda a conectar con sus hijos y a descubrir las necesidades reales de estos. Así, es una red de sostén y apoyo”, destaca.
Habitualmente son las madres las que sienten más la necesidad de unirse a un grupo de crianza, aunque cada vez hay más hombres también. Otros padres acuden en pareja si la organización familiar se lo permite. En todo caso, ambas visiones enriquecen al grupo, ya que las aportaciones de ellos suelen ser más prácticas y las de ellas, más emotivas.
La edad media de los padres que acuden a estos grupos de crianza suele estar entre los 35 y los 45 años. Algunos son primerizos, pero otros acuden cuando tienen al segundo hijo o a los siguientes, “cuando se complica la relación entre hermanos y la crianza se intensifica”, comenta Amaia Biurrum. En todo caso, “la red de sostén de un grupo de crianza puede ayudar a cualquier edad; es esa tribu con la que sentirte bien, compartiendo momentos con otros adultos”.
¿Cómo se desarrollan los grupos de crianza?
La dinámica en los grupos de crianza suele estar dirigida por una persona, que propone temas y va guiando el debate para que sea respetuoso con todos los participantes. “Hay algunos que solo acuden para poder sentirse escuchados y no quieren consejos y otros que buscan el consejo del resto de padres. Es importante no pasar las líneas rojas de cada uno”, advierte la experta.
No se trata de una clase magistral sobre un tema, sino de un momento para compartir las experiencias de los asistentes, aunque los organizadores suelen dar formacion básica sobre el tema tratado.
Los grupos suelen conformarse con padres de hijos con edades similares para que estén en la misma etapa de desarrollo. “Escuchar a otros aporta mucho”, insiste Amaia Biurrum. En algunos pueden acudir con los pequeños, pero en otros van solo los adultos. La frecuencia es variable, según cada grupo, pero lo ideal para la especialista es que sean, al menos, de una vez al mes.
Además, a partir de estos grupos se suelen dar otro tipo de conexiones de amistad entre los padres, que pueden organizar otros encuentros con sus hijos.
¿Qué temas son los más demandados?
Hay algunos temas que son más solicitados que otros por los participantes en los grupos de crianza. Son los siguientes, según explica la directora de Kaizen Familia:
- Conexión con los hijos. Desean conectar con sus hijos de forma diferente a como lo hicieron sus padres con ellos, en definitiva, quieren encontrar otra manera de ser padres.
- Gestión de conflictos. Puede ser una rabieta, los celos entre hermanos, la alta demanda de un hijo, la agresividad o impulsividad del pequeño...
- Comunicación con los hijos. El “no me escucha”, “no me obedece” o “tengo que repetírselo todo siempre” es muy habitual en los grupos de crianza.
- Sueño infantil y alimentación. Son temas estrella que se repiten en cada grupo de crianza, pues concentran gran parte de la preocupación de los progenitores.
Grupos presenciales y virtuales
Como ha sucedido en otros entornos, la pandemia ha abierto las posibilidades de los grupos de crianza a la modalidad online. “Es diferente, pero facilita los encuentros a algunas familias, que no tienen que dejar a sus hijos para acudir al grupo”, valora Amaia Biurrum. Así, permiten conciliar con más comodidad, pues se evitan desplazamientos.
Otros participantes se sienten más cómodos y con más confianza para expresarse en su propio domicilio, por lo que los grupos de crianza online “han abierto fronteras en cuanto a personas que viven a distancia unas de otras y que pueden expresarse mejor en sus hogares”.
“Lo importante es que cada uno encuentre su espacio para combatir la individualización de la crianza”, subraya la experta.
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