Adaptarse a las rutinas que nos impone el colegio y el otoño no suele ser algo sencillo y, aunque ya llevamos un mes practicando, es ahora cuando las actividades extraescolares ya han comenzado , las horas de luz disminuyen y hay que ajustarse bien a los horarios de todos los mimebros de la familia. Quizás aún no lo hayas conseguido y se esté convirtiendo en todo un reto. Ana Marsá, coordinadora de The English Montessori School y experta en este tipo de educación, nos advierte de que “tener una gestión estable de los horarios e instaurar ciertas rutinas son dos de las prácticas más beneficiosas que podemos enseñar a los más pequeños”. Y es que, como nos dice, “hay que inculcarles buenos hábitos desde la infancia”.
Por ello, nos ha elaborado una estupenda guía basada en la filosofía Montessori con la que trabajar muchos aspectos de la crianza y educación desde casa , abarcando todas las dimensiones posibles -desde su bienestar físico hasta su bienestar emocional y su desarrollo intelectual- y haciendo que parezca sencillo gracias a unas cuantas actividades que te proponemos. Ya que, como nos dice, “para asegurar un desarrollo íntegro del aprendizaje e inculcar estos buenos hábitos, debemos tocar todas las áreas de su desarrollo”.
Hábito 1: ejercicio a diario y una buena alimentación
No estamos descubriendo nada nuevo si hablamos de que, para tener unos buenos hábitos, es necesario el ejercicio físico casi a diario y mantener una dieta saludable. Es el primer aspecto que debemos cuidar sea cual sea la rutina que tengamos durante el año: cuidar nuestro bienestar físico. Sin embargo, en algunas familias, es algo que se complica: ya sea por las costumbres que tiene cada uno de los hogares o porque, por ejemplo, un niño no come del todo bien.
En este sentido, Ana Marsá nos dice que, “ al menos, hay que realizar una actividad física entre 3 y 4 días a la semana ”. Si a nuestro hijo no le gusta demasiado el deporte, podemos intentar fomentar el ‘no’ al sedentarismo con juegos y actividades en casa y al aire libre. Sobre todo, al aire libre, porque evitaremos esa astenia otoñal que puede afectarles . “Hay que salir al parque casi todos los días, para que puedan correr y moverse libremente, pero también pueden estar apuntados a un deporte y cumplir con una mínima rutina de ejercicio que vean, eso sí, como un momento de diversión y entretenimiento”.
En el caso de conseguir una dieta saludable , quizás nos cueste más que con el deporte, pero también se pueden realizar juegos en la mesa para conseguirlo. La experta nos propone, por ejemplo:
- Hacer un ranking de los alimentos que más y que menos les gustan e ir buscando, entre todos, el equilibrio.
- Cerrar los ojos y descubrir juntos sabores, olores y texturas .
- Trabajar la presentación de los platos, ¡que comer sea bonito!
- Organizar talleres de alimentación saludable en casa y proponerles cocinar juntos.
Hábito 2: orden, higiene y una buena rutina de sueño
Además del bienestar físico que hemos visto, la experta nos recuerda la importancia del bienestar emocional, con hábitos que cumplan dos objetivos:
- Desarrollar su autoestima.
- Potenciar su capacidad de autocuidado.
Dos puntos de “vital importancia que deben convertirse en algo prioritario dentro de estos hábitos que queremos inculcarles”. Pero, ¿cómo lo hacemos? “Adaptando y cuidando sus horarios y sus métodos”. En el caso del sueño, muy importante para cuidar su bienestar, “debemos procurar que descansen el mayor tiempo posible”. Para ello, debemos reducir el tiempo que pasan delante de las pantallas y nunca dejarles que las usen justo antes de irse a la cama, darles un baño relajante o leerles un cuento . Estas tres actividades, “son perfectas para adquirir un buen hábito, entrar en un sueño profundo y descansar”.
En el caso de la higiene diaria, algo que también suele costarles al principio, deben aprender “a gestionar sus propios cuidados”. Para ello, nos dice la experta, “mucha paciencia y creatividad” para conseguir que se laven los dientes tres veces al día, las manos antes de comer o sepan que tienen que ir a la ducha cada tarde. Para ello, de nuevo, dos cosas importantes:
- Hacerles accesibles sus rutinas, con un taburete para que lleguen a la pila, por ejemplo.
- Crear actividades en torno a ellas, como cantar canciones o cronometrar nuestra ducha, algo que, además, fomenta el uso del agua de una manera sostenible.
Por último, para su bienestar emocional, hay un tercer pilar muy importante, nos explica la experta, “que sepan encontrar el orden en su entorno”. ¿Esto qué quiere decir? “Que aprendan a colocar las cosas en su sitio o mantener el orden en sus juguetes, además de transmitirles que es importante cuidarlo todo”. En este caso, lo mejor es que nos vean como ejemplo y que les facilitemos la tarea con lugares concretos e identificados para que sepan dónde guardar cada cosa.
Hábito 3: limitar el uso de la tecnología
Es fundamental e imperativo hoy en día, como nos dice la experta, “para su desarrollo intelectual que, aunque está atado a multitud de factores, como la evolución académica, también podemos potenciarla en casa”. Y las nuevas tecnologías pueden ayudar, pero también limitar. ¿Qué actividades podemos hacer en casa para trabajar con ellos? Darle tiempo a la lectura y realizar manualidades o actividades creativas (pintar, esculpir con arcilla, etc.), además de jugar con ellos para potenciar otras habilidades: por ejemplo, hacer rompecabezas y crucigramas para trabajar la memoria. Estar entretenidos así, conseguirá que limiten el uso de las pantallas y no se hagan dependientes de ellas.
Hábito 4: realizar actividades en equipo y comunicarse
Las relaciones sociales, así como las familiares, nos explica la experta, “son igual de importantes para establecer hábitos saludables durante el año, pues inciden en su bienestar general y en su felicidad”. En este caso, hay que tener en cuenta la edad de cada niño, porque habrá que adaptarse a su evolución. Para ello, la experta nos recomienda:
- Primero, comunicación fluida con ellos, saber lo que piensan y lo que les gusta, que sepan que les escuchamos y, así, darles confianza, algo que les servirá para sus relaciones en casa y fuera de ella.
- Lo segundo es facilitarles los encuentros con otras personas , con actividades grupales, excursiones con sus amigos o planes divertidos con sus compañeros de colegio o de las actividades extraescolares.
Hábito 5: educar en valores cada día
Por último, hay un hábito que muchas veces pasamos por alto, que son los que tienen que ver con su desarrollo ético y moral. “Es algo que comienza muy temprano en los más pequeños y que está muy relacionado con el entorno familiar”, nos dice la experta. Estos se aprenden con conceptos quizás un poco complicados, por lo que “nuestra labor como padres es la de explicarles y ayudarles a entenderlos”. Pero, sin duda, hay que enseñarles buenos modales, valores y comportamientos respetuosos .
Para ello:
- Hay que hablarles de las consecuencias que tiene incumplir las normas.
- Enseñarles el daño que podemos hacer a los demás si no somos respetuosos o tenemos actitudes violentas.
- Organizar ejercicios positivos en los que se valore y se recompensen los buenos comportamientos.
- Hacerles pensar y reflexionar sobre algo que haya ocurrido y que nos hace sentir tristes.
- Contarles cuentos o historias que, con imaginación, les ayuden a ver qué es lo positivo y lo negativo.