Un parto, en rasgos generales, se suele dividir en tres partes : la dilatación (o trabajo de parto), la expulsión (o el propio nacimiento del bebé) y el periodo de alumbramiento, en el que se expulsa la placenta. En la primera etapa, nos encontramos con las contracciones , que son las que provocan la dilatación gradual del cuello uterino que se va haciendo cada vez más delgado hasta que desaparece y se confunde con el resto del útero, para que el feto pueda pasar sin problemas. Todo este proceso se calcula que dura, más o menos, un promedio de 12 horas (a veces son apenas 6 horas y, en algunos casos, sobre todo, en primerizas, se puede alargar hasta las 18 horas).
Ahora bien, su duración, así como su inicio, es algo que no puede predecirse con exactitud, aún a pesar de que en la última etapa del embarazo ( a partir de la semana 36 ) el médico examina el cuello del útero para intentar intuir cuándo comenzará el parto. Sin embargo, si dura menos de esas 5-6 horas se conoce técnicamente como parto precipitado o parto rápido . Se desconocen sus causas y conlleva algunos riesgos. Sobre este tipo de parto hemos querido hablar con la Dra. Lidia Lorite Aguilera, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
Características de un parto rápido o precipitado
Según nos explica la doctora, “podemos considerar un parto rápido aquel que acontece en menos de 3 o 5 horas desde el inicio de las primeras contracciones”. Es un parto que ocurre en torno a un 5-10% de los casos y es un hecho con relativo riesgo, ya que “cualquier nacimiento en un medio extrahospitalario (estos suelen darse así) se asocia con un aumento de las complicaciones, tanto para la madre como para el recién nacido”.
En realidad, los parámetros para medir si un parto es rápido o no cambia bastante dependiendo de si se trata de un primer hijo o de los siguientes, porque las primerizas, entre la duración media del trabajo de parto (esa primera etapa) y el propio parto en sí, pueden tardar en dar a luz hasta 18 horas. Esto es porque en ellas, la dilatación del cuello uterino es lenta (en torno a 1 cm por hora), mientras que en las madres que ya han tenido otro hijos, la dilatación suele ir mucho más rápida (2-3 cm por hora) y el tiempo de parto se acorta . Pero en muy pocas ocasiones el tiempo se sitúa por debajo de esas 3-5 horas de trabajo total.
Factores que lo desencadenan y su predicción
“ Es imposible predecir qué mujeres van a tener un parto rápido o precipitado ”, nos cuenta la doctora. Lo que sí podemos saber es qué factores predisponen a una mujer embarazada a ello, aunque pueden ser otros muchos:
- Un parto rápido es mucho más frecuente en mujeres multíparas, es decir, en aquellas que ya han tenido partos previos y, más aún, si esos partos previos fueron también considerados rápidos.
- También en los casos de partos prematuros , esto es, antes de la semana 37 de gestación, quizás porque su tamaño es pequeño todavía.
- Y en aquellos partos con bebés recién nacidos con bajo peso.
Como vemos, no hay ningún factor aparente y todavía conocido previo a comenzar ese momento de parto, por lo que la predicción es apenas factible. Ni siquiera, nos dice la doctora, “se puede educar al útero en este sentido ni existen métodos que puedan conducir o prevenir este tipo de partos”. Lo que sí nos aclara es que “no es conveniente potenciarlo, ya que un parto rápido o precipitado conlleva unos riesgos asociados importantes”.
Por otro lado, si nos referimos a cómo potenciar un parto no demasiado largo e intentar acortar el parto con diversas técnicas, nos explica la doctora “el objetivo no es conseguir un parto rápido o precipitado en sí, sino, por ejemplo, disminuir el riesgo de desgarros que pueden llegar a producirse en él ”. Por ejemplo, una de las técnicas más conocidas y extendidas entre las mujeres son los masajes perineales que, aparte de disminuir el riesgo de desgarros, puede acortar el tiempo de los expulsivos al aumentar la flexibilidad de la zona perineal”. Pero, insiste, su objetivo es otro y no es un factor que lo desencadene.
Riesgos de un parto rápido o precipitado
En este sentido, la doctora es clara: “las mujeres que tienen un parto rápido tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones, como la atonía uterina (pérdida de tono de la musculatura del útero que conlleva una ausencia contracción del mismo y un consecuente retraso en su involución tras el parto) o la hemorragia postparto”. Dos riesgos para la madre, pero también existen riesgos para el bebé porque, “al ser un nacimiento no atendido en un medio hospitalario, la resolución de posibles eventos adversos puede complicarse (por ejemplo, una distocia de hombros, presentación de nalgas, circular de cordón apretada, etc)”. Circunstancias que deben resolverse por el personal médico cualificado.