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Con esta premisa de base, hemos seleccionado algunos de los libros y cuentos que más nos han gustado, todos ellos con rimas y canciones que nos ayudarán a desarrollar la conciencia fonológica de nuestros hijos, uno de los pilares básicos para aprender a leer y escribir. Por eso, las edades recomendadas para todos ellos no superan los 6 o 7 años. Se trata de aprender de una manera lúdica y divertida . Y es que, si nos fijamos bien, nuestra tradición oral está llena de rimas, canciones populares, dichos y trabalenguas. ¿Será casualidad?
‘Cucú, cantaba la rana’, de Betowers (Timun Mas Infantil)
Dentro de la colección de Canta Conmigo, este es uno de nuestros números favoritos. En todos ellos, no solo en éste, aparecen canciones infantiles populares (muchas nos las sabemos hasta nosotros), pero en un formato interactivo para que los más pequeños puedan leer, cantar y jugar al mismo tiempo. En esta ocasión, la protagonista de sus páginas es una pequeña rana que canta debajo del agua y, mientras lo hace, ve pasar a una señora, a un caballero y a un marinero, ¿te suena? Es estupendo para estos días en los que vienen algunos días de lluvia y estaremos bajo agua, además de para cantar en familia. El libro incluye un código QR para escuchar la grabación de la canción.
‘Canciones secretas de todas las letras’, de Rafael Ordóñez (Loqueleo Santillana)
Con este libro, que nos lleva de la A hasta la Z y unas preciosas ilustraciones de cada una de las letras, podemos aprender todo el abecedario con una especie de poema preparado por su autor para que podáis, en familia, cantarlo o rapearlo. Él mismo, en su canal de YouTube, os enseña cómo hacerlo. Su objetivo es que los más pequeños de la casa, además de leer y acercarse al mundo de la poesía, puedan jugar, cantar y aprender. En cada una de las letras aparecen multitud de palabras que empiezan por ella, para así empezar a identificarlas.
‘¿Jugamos a las manitas?’, de Mar Benegas (Combel)
La Cereza es una colección de libros creada por la editorial Combel para cantar, contar, mirar y jugar con los más pequeños. Todos ellos están pensados para compartir un rato con los más pequeños de la casa y fomentar así la lectura. Uno de los que más nos gusta es éste, en el que a través de un juego con los dedos de la mano, vamos descubriendo los pollitos perdidos de una gallina en todas sus páginas. Al final del cuento, viene la opción de leerlo con una canción, pues su texto, al igual que las demás propuestas, es rimado.
‘Escuela de monstruos’, de Sally Rippin y Chris Kennett (Montena)
Esta nueva colección lanzada este mismo mes de septiembre tiene el objetivo de facilitar al aprendizaje de la lectura a través de tres herramientas principales: letras mayúsculas, palabras destacadas y lo que a nosotros nos interesa, textos rimados que puedan cantarse. Los textos son sencillos y las frases riman entre sí. La historia nos lleva a un colegio muy especial en el que todos sus estudiantes son coloridos y simpáticos monstruos, algo que comprobaremos gracias a sus ilustraciones a todo color. Además, los libros incluyen una pequeña guía para que los adultos puedan acompañar a sus hijos en este proceso.
La colección De la cuna a la luna, dentro de la que se encuentra este libro, ha sido diseñada especialmente con pictogramas poéticos y poegramas, un término que designa una modalidad de poesía pictográfica basada en la búsqueda de un ritmo de lectura que ayude a los niños a “educar el ojo y endulzar el oído”, como nos dice su autor, Antonio Rubio. Así, en apenas 16 páginas, conseguimos introducir a los niños en la lectura y en el descubrimiento de la musicalidad y el ritmo del lenguaje. Está ilustrado por Óscar Villán, de una manera artesanal, a través de pinceladas y diferentes tonalidades que confieren al libro una cierta textura.
‘El hada de la Pimienta y otros poemas’, de Vanesa Pérez-Sauquillo (Loqueleo Santillana)
Otro buen ejemplo de libros con poesía que ayudan a los más pequeños a sacarle ritmo a las letras y conseguir una lectura más fluida es este clásico contemporáneo que sigue cosechando éxitos de venta. Ilustrado por el gran Emilio Urberuaga, conocido por haber dibujado a Manolito Gafotas, nos descubre cómo podemos arreglar el mundo de mal humor. Pero, ¿cómo lo hace? Gracias al hada de la Pimienta, sus aventuras y sus canciones. Porque las poesías que incluyen te harán reír, pero también cantar. Además, tiene un trasfondo ecologista que merece la pena mostrar.
‘Arrullos y rimas para niños despiertos’, de Jael Stella Goméz (Norma Infantil y Juvenil)
Dentro de la colección Oso de Anteojos, este libro contiene diferentes maneras de hacer del lenguaje, nos dice la autora, “un motivo de felicidad”. Tiene poemas y canciones diferentes que hacen de la lectura un auténtico juego compartido, tanto en el aula de la escuela como en casa con papá y mamá. Además, nos gusta mucho porque tiene también trabalenguas y adivinanzas para retar a tu ingenio y ver todo lo que cada niño es capaz de aprender y deducir. Todas las palabras han sido pensadas para que encierren un significado, por eso, su lector debe ser algo experimentado con las letras.
‘Las mejores historias y rimas de Gianni Rodari’, de Gianni Rodari (Anaya)
Un conjunto de cuentos coloridos y muy divertidos que vienen contados en forma de poemas y cuyas historias están repletas de humor e imaginación. Es más, Gianni Rodari fue un escritor, periodista y pedagogo italiano que conquistó a los lectores jóvenes y no tan jóvenes de todo el mundo. Este libro es una edición especial que se publicó con motivo del centenario de su nacimiento. A través de estos cuentos cortos y poemas, escritos para leer con ritmo, podemos dejar volar nuestra imaginación y encontrarnos con animales y personajes muy curiosos.
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