La transición de los cursos de primaria a secundaria es una de las más significativas para un niño en edad escolar. Quizás tanto como el momento en el que va por primera vez al colegio . Y es que, esto supone un cambio tan importante que puede producir una repentina pérdida de interés hacia la tarea de estudiar . Los cursos a los que ahora se enfrenta poseen una mayor cantidad de asignaturas y un aumento significativo de su complejidad. Por ello, la motivación de un adolescente en este sentido es fundamental y, en muchos casos, muy difícil para los padres que no saben cómo hacerlo.
Si estudiar es visto por ellos ya de por sí aburrido, volver a las clases del instituto puede convertirse en algo tedioso que, incluso, les pone nerviosos y les puede llegar a generar cierta angustia. Para que esto no pase, la labor para mitigar esa falta de motivación comienza en casa . Bien es cierto que es una carrera de fondo, no de velocidad, que se alargará durante todo el curso, pero ahora, en septiembre, tiene su punto de partida. Si no, cuando nos pongamos a ello, puede ser demasiado tarde. Hemos querido hablar con Alicia Aradilla Sequera, socióloga experta en lenguaje, para que nos dé pautas y consejos de motivación que poner en práctica desde hoy mismo.
La desmotivación para ir al instituto y sus diversas causas
Una de las primeras causas de la falta de motivación para ir al colegio y, sobre todo, al instituto, es la percepción por parte de los estudiantes de que el trabajo escolar no es importante ni práctico, que no tiene relación alguna con la vida cotidiana . Por tanto, no se integran en ella.
Además, pueden darse otras causas, como factores intelectuales o problemas familiares, dificultades en el aprendizaje o una baja autoestima y una gran carencia en las relaciones sociales. En este momento, nuestro hijo se pregunta “¿para qué voy al instituto?” y no encuentra una respuesta convincente.
A todo ello, se suma, como nos explica nuestra experta, “ la nueva significación social que han adquirido algunos actos después de la pandemia ”. Por ejemplo, antes, volver al colegio o instituto era reencontrarse con los amigos; ahora ya no, ir a clase y compartir espacio con los compañeros significa un riesgo personal, un sobreesfuerzo emocional y algo que ya pueden conseguir, sin exponerse a ese riesgo, sin necesidad de acudir a clase.
El instituto, la etapa escolar donde es más frecuente
Como bien nos dice nuestra experta, “puede darse en cualquier curso, pero, probablemente sea en los cursos de Educación Secundaria (que coincide con el instituto) donde más encontremos este problema. Es un momento vital para los adolescentes, que construyen su identidad y, para ellos, es imprescindible relacionarse con su entorno social”. Por tanto, pierden el interés y la ilusión por el aprendizaje en clase en sí.
Para darse cuenta de este problema, “los padres han de estar muy atentos al comportamiento de sus hijos adolescentes”, estableciendo una comunicación constante y fluida con ellos.
Consejos para motivar a nuestros hijos en su vuelta al colegio
Sin embargo, independientemente de que la desmotivación por acudir a clase aparezca más en un curso o en otro, es fundamental que estemos pendientes y que actuemos desde el principio. Para ello, nuestra experta nos ofrece un conjunto de valiosos consejos que “nacen de un estilo de relación y comunicación constante, pues las acciones puntuales tendrán un resultado esporádico que no servirán”.
- La comunicación es el pilar vital de la relación con nuestros hijos también en este aspecto , se debe convertir en la base de nuestro día a día.
- Escucha activa: escuchar para comprender más que para responder. Pregúntale a tu hijo cómo se siente, cómo lleva las clases.
- La repetición de mensajes con órdenes y riñas, en este caso, crea un efecto contrario al deseado. Si no quiere estudiar o no quiere ir a clase, intenta entender por qué.
- Presta atención a las formas en las que te comunicas con él, si subes el volumen, empleas palabras malsonantes o te quedas en silencio. La educación en las formas ayuda a darle valor al contenido.
- Intenta ser un ejemplo con tu propio trabajo; puede que sea muy difícil, pero efectivo.
- Es importante mantener unas expectativas adecuadas y, de vez en cuando, revisarlas. Muchas veces, las que tenemos los padres con respecto a nuestros hijos son demasiado elevadas y pueden crear demostivación.
- Ayúdale a fijarse metas que sean específicas y que puedan medirse. Ver que progresa es otra forma de motivación.
- Encuentra una forma de poner en valor la escuela, que es algo necesario y ten tú también una buena actitud hacia ella.