El embarazo es uno de los momentos más importantes en la vida de las futuras mamás y papás. Por eso, cada vez más parejas contratan los servicios de fotógrafos, para tener imágenes profesionales de una etapa única como es la de los nueve meses de gestación. A esto se añaden las ecografías en 3D y en 4D , que cada vez ofrecen una visión mejor del bebé y de su evolución en el vientre materno. Un paso más allá a estas opciones es la impresión de placenta, un recuerdo único que durará para siempre.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
¿En qué consiste la impresión de la placenta?
El parto tiene tres fases: dilatación, expulsivo y alumbramiento. En la primera, la mujer tiene que dilatar hasta estar preparada para que el niño avance por el canal del parto. El expulsivo propiamente dicho es el periodo en que el bebé sale, por fin, al exterior. Por su parte, el alumbramiento es el momento en que la placenta es expulsada gracias a algunas contracciones.
Te puede interesar: Placenta anterior en el embarazo: ¿qué significa?
Pues bien, con este órgano, la placenta, que ha sido absolutamente fundamental durante esos nueve meses para garantizar el bienestar del niño, se realiza una impresión en un papel o un lienzo para que su huella quede para siempre. “Es inigualable y única porque es la de ese bebé”, indica Virginia Ceballos, matrona del Hospital Costa del Sol.
¿Cómo se lleva a cabo la impresión de la placenta?
Suelen ser las matronas las encargadas de llevar a cabo la impresión de la placenta. A veces, son las madres las que piden contar con este recuerdo y, en otras ocasiones, no han oído hablar de él y las sanitarias son las que se lo ofrecen.
Todo está influido, eso sí, por las necesidades del Servicio en ese momento, pues a veces no es posible por la carga de trabajo. Cuando sí puede realizarse, “la placenta se deja a un lado y se espera a que el cordón umbilical deje de latir. Una vez atendidos la madre y su hijo, la impresión se lleva a cabo tranquilamente”, explica Sole Carregui, supervisora de matronas del Hospital La Plana, de Castellón.
Lo primero es limpiar bien la placenta y luego, teñirla. Se pueden utilizar distintos materiales para hacer la impresión, aunque se recomienda que sea un papel grueso, e incluso hay madres, ya advertidas, que se llevan su propio lienzo al paritorio. Así, se utilizan papeles de acuarela o cartulina.
Con respecto a la tinta, en un principio se usaba la propia sangre que empapa la placenta. El problema es que al secarse el color se va oscureciendo y poniéndose marrón. Por eso, ahora se utilizan preferentemente acuarelas o tintes alimentarios, que se pueden mezclar entre sí para crear tonos y colores distintos e, incluso, si falta alguno de ellos, se puede emplear tinta de sellos. Así, la pintura se extiende bien sobre la placenta y el cordón umbilical y se sobreimpresiona sobre el soporte elegido.
A partir de ahí, la creatividad es libre, “a veces hacemos lettering, ponemos el nombre y la fecha de nacimiento del bebé, el nombre de sus hermanos...”, destaca Virginia Ceballos.
Un resultado único para un bebé único
La impresión de la placenta puede llevar, en total, unos 15-20 minutos de tiempo. Además, “a veces no sale bien a la primera y hay que intentarlo de nuevo”, destaca la supervisora. En todo caso es algo que las matronas hacen de forma totalmente altruista, pues incluso se ocupan de comprar entre todas el material necesario.
No hablamos de una práctica clínica necesaria, pero para Sole Carregui, va mucho más allá de eso. “Se trata de darle calidez al proceso, de favorecer la humanización del parto y acercar a madres y profesionales. Que sepan que contamos con esa sensibilidad para ofrecerles este regalo”, detalla.
Además, la impresión de la placenta no conlleva ningún riesgo. No hay peligro ni para la madres ni para el recién nacido y, suele llevarse a cabo fuera del paritorio. Tampoco influye en el corte del cordón. Una vez hecha la impresión, la placenta se desecha, a no ser que la madre la solicite o que haya que hacer una serología. En todos los demás casos, la placenta se descarta.
Es un detalle muy simbólico que las madres suelen agradecer mucho. La impresión de la placenta puede hacerse por una de sus dos caras. “Si se hace por la cara materna, quedan como pequeños algodones. Si se hace por la cara fetal, simula como un árbol con sus raíces. Un árbol de la vida, gracias al órgano que ha protegido y nutrido al bebé durante todo el embarazo”, explica.
¿Qué sucede en casos especiales?
Es posible realizar la impresión de la placenta en la mayoría de los casos de parto vaginal. “Si sale la placenta, aunque la madre haya tenido alguna complicación en el embarazo, como diabetes o hipertensión, no afecta al proceso. Incluso si hay que mandar a analizar un trozo de placenta, se puede hacer”, aclara la matrona del Hospital Costa del Sol.
En el caso de que el bebé nazca mediante cesárea, no siempre se puede realizar la impresión. Si hay extracción manual de la placenta, podría no ser posible.
La impresión de la placenta se utiliza también para madres que han perdido a un bebé. “Es un recuerdo para acompañarlas en su duelo. Es un detalle sin riesgo que humaniza la asistencia”, reitera Sole Carregui.
Para pedir la impresión de la placenta, conviene dirigirse a la matrona que esté presente en el parto y solicitárselo. Si no hay ninguna urgencia asistencial y todo sale bien, se ocupan de preparar este detalle que queda como un recuerdo sumamente especial de los nueve meses de embarazo.
No te lo pierdas: Regalos para una futura mamá embarazada