A los seis meses, el bebé se inicia en la alimentación complementaria. Antes se ha nutrido exclusivamente con lactancia materna o con biberón, pero una vez rebasa su medio año de vida es el momento de participar en la comida con los mayores. Es un paso importante. Sabrás que está preparado cuando se pueda mantener sentado por sí mismo y cuando desaparezca el reflejo de extrusión, que tiempo antes le llevaba a expulsar de la boca cualquier alimento.
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Así, el pequeño se muestra cada vez más interesado en lo que comen los adultos e intenta cogerlo con sus manitas. Se va haciendo mayor. Como en toda nueva etapa, necesitarás una serie de elementos para que la tarea resulte más fácil. Estas son nuestras recomendaciones.
El plato, el vaso, el babero... ¡el niño! Las primeras tomas de comida pueden ser un lío hasta que os acostumbréis. Contar con una buena trona donde el bebé esté cómodo y bien sujeto cerca de la mesa es una garantía de tranquilidad.
La trona Tripp Trapp en Roble Marrón, de Stokke, crece con el niño hasta la edad adulta. Es sostenible, igual que el cojín que se le puede adaptar, y tiene un estilo nórdico atemporal para cualquier estancia de la casa. Resulta igual de cómoda en cada etapa del niño y garantiza su seguridad.
Además de comer como un mayor, el bebé empieza a los seis meses a tomar agua para estar bien hidratado, ya que antes le valía con la leche materna o con el biberón.
Una buena idea es contar con un vaso de aprendizaje como el de Philips Avent, con asas que se pueden extraer, y una boquilla que facilita la succión para favorecer su autonomía. Tiene tapa y repuestos para ir renovándolo.
Cuando empiece a hablar, el bebé insistirá en el “¡yo solito!”, pero mucho antes ya empieza a tener iniciativa para hacer cosas por sí mismo.
Cuando se siente frente a la mesa para comer, explorará las distintas texturas con las manos, pero también puede llevarse a la boca cubiertos adaptados. Los de Baby Bjorn están fabricados en plástico no tóxico y son aptos para morder. Además, resultan fáciles de sujetar por su mango corto, adaptado a las manitas del niño.
Las primeras comidas del bebé son un ejercicio de paciencia y tolerancia. Es muy probable que el plato se vuelque, que la comida acabe en el suelo y que se dedique a jugar con lo que tiene delante.
El tapete EZPZ, de Stokke, encaja en la bandeja de la trona Tripp Trapp, pero también se puede usar sobre una mesa. ¿Su ventaja? Lleva el cuenco de la comida incluido y un hueco para la bebida, lo que elimina las posibilidades de volcado. Además, fomenta la destreza motora del pequeño, dándole más autonomía para intentar comer solo.
Muy pronto verás cómo tu bebé se va adaptando a las comidas familiares y va probando nuevos sabores. Pero al principio te puede facilitar la tarea contar con un robot de cocina para sus menús.
El Easy Meal, de Chicco, tiene cinco funciones: ralla, cocina al vapor, tritura, descongela y calienta. Incluye temporizador y libro de recetas para hacer platos sanos y nutritivos al bebé.
Te sorprenderá la cantidad de comida que se queda fuera del plato... y del estómago de tu bebé. Es normal que cuando se inicie en la alimentación complementaria muchos de los alimentos vayan fuera.
Un recurso muy útil es contar con un babero con solapa para ir recogiendo lo que se cae. Este de Saro está fabricado con silicona alimentaria y se ajusta en la parte de atrás para que valga durante mucho tiempo. Además, es eco-friendly.
La alimentación complementaria no siempre es un camino fácil, pues a muchos niños les cuesta aceptar otros sabores. Con constancia y paciencia se acaba consiguiendo. Lo importante es que la hora de la comida no se convierta en una lucha.
Siguiendo la filosofía del slow life, Suavinex ha creado su colección premium Hygge. Su set de platos combinables es muy práctico para llevar fuera de casa. Cabe en el bolso y tiene capacidad para dos comidas diferentes. Es de tamaño reducido para poder cogerlo con una mano, mientras la otra sujeta la cuchara.
Una de las máximas preocupaciones cuando el bebé comienza a tomar alimentos sólidos es la posibilidad de un atragantamiento. Hay que estar muy atentos mientras come y facilitarle texturas y tamaños adecuados para él.
Para empezar a experimentar es útil contar con un alimentador antiahogo. Este de Dr. Brown’s es de silicona y a través de sus pequeños orificios (no es una malla), deja pasar pequeños restos de comida para que el pequeño los tome con seguridad. Es ligero para que el bebé lo maneje por sí mismo y también sirve como mordedor.
Cada familia tiene sus trucos para organizarse mejor, pero uno que puede resultar particularmente útil cuando el bebé comienza a tomar sólidos es cocinar para varios días.
Los Cuencos Funcolors, de Babymoov, tienen tapa hermética para guardar sin derrames. Son muy cómodos, ya que pueden utilizarse también como plato al que se puede adaptar una ventosa antideslizante para que el niño no los vuelque. Se pueden calentar en el microondas.
Salir fuera de casa cuando el bebé ya come otras cosas además de leche no es tan complicado si se cuenta con buenos productos que mantengan la comida caliente y sin fugas (no siempre habrá un microondas disponible para calentarla).
Los termos para sólidos de Miniland están pensados para mantener su comida a una temperatura óptima, a pesar del tiempo (dura 12 horas). Incluyen una funda para colgar en el carrito y sirven tanto para alimentos fríos como calientes. Su forma permite dar de comer directamente al bebé sin tener que poner el contenido en otro plato.
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