Una de las primeras cosas que hay que hacer cuando se va a buscar un embarazo es tomar ácido fólico. Es muy importante porque, antes de que la mujer sepa que, efectivamente, ha logrado concebir, ya se han empezado a formar algunas de las estructuras más decisivas en el embrión.
Por tanto, los niveles de ácido fólico han de estar altos, aun antes de que el test de embarazo dé positivo. Es el modo de garantizar que los requerimientos de esta vitamina en las primeras etapas de la gestación son los adecuados.
¿Cuál es el papel del ácido fólico?
El ácido fólico es una vitamina del grupo B (vitamina B9). Recibe también el nombre de folato y es fundamental en el embarazo, pues interviene en la formación de tejidos y en el desarrollo celular.
Muchos alimentos son ricos en ácido fólico. Es el caso de las verduras de hoja verde, las legumbres, el aguacate, los frutos secos... Sin embargo, en el embarazo los niveles requeridos de ácido fólico no se cubren tan solo con la dieta y hace falta un suplemento farmacológico. Es muy importante tomar ese suplemento, pues “disminuye en un 70% los defectos del tubo neural”, explica la Dra. Lola Gómez Roig, jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
Además, el ácido fólico protege en cierta medida contra el aborto espontáneo y contra un tipo de anemia.
¿Qué son los defectos del tubo neural?
Nueve de cada diez mil nacidos presentan un defecto del tubo neural en Europa. Al hablar de defectos del tubo neural se hace referencia a aquellos que afectan a la formación del cerebro, la médula espinal o la columna vertebral del bebé. Una gran parte de estos defectos del tubo neural se pueden evitar tomando ácido fólico.
El más conocido es la espina bífida, que puede tener distintos grados de afectación , pero puede haber otros mucho más graves como la anencefalia o la exancefalia. Estas alteraciones se detectan mediante ecografía y en algunas, como la espina bífida, es posible llevar a cabo una cirugía fetal en centros muy especializados.
¿Cuál es la causa de los defectos del tubo neural?
Hacia la tercera-cuarta semana tras la concepción (lo que sería la quinta o sexta semana de embarazo), es cuando comienza a desarrollarse el tubo neural, que es el precursor del sistema nervioso central. Así, las alteraciones que pudiera haber en esos estadios tan tempranos ( y en los que la mujer aún no conoce que está embarazada) podrían afectar al cerebro, la médula espinal y la columna vertebral.
Además, hay otros síndrome genéticos cromosómicos que también están asociados a los defectos del tubo neural y que se manifiestan con malformaciones o polimalformaciones en órganos como el corazón o las extremidades.
“Los defectos en el tubo neural se originan por una predisposición genética, por déficit de ácido fólico o por causas ambientales”, detalla la Dra. Gómez Roig. Entre las causas ambientales pueden citarse como factores de riesgo la obesidad materna, algunos tratamientos médicos y la diabetes previa a la gestación.
¿Cuándo hay que empezar a tomar el ácido fólico?
“Cualquier mujer que busque un embarazo debe tomar un suplemento de ácido fólico de 400 microgramos al día durante todos los meses que dure la búsqueda y también durante el primer trimestre de embarazo”, indica la especialista del Hospital Sant Joan de Déu.
Así, antes de empezar a buscar al bebé, la madre ya debería comenzar con el suplemento de ácido fólico. Es algo que se indica en la consulta preconcepcional, la que se lleva a cabo antes del embarazo y que es muy recomendable para que el médico pueda valorar el estado de salud de la madre y pautar recomendaciones como esta.
No pasa nada si la búsqueda del bebé se alarga en el tiempo y hay que seguir con el preparado de ácido fólico bastantes meses, pues, como confirma la especialista, “no hay problema en tomarlo mucho tiempo”. Tampoco sucede nada si se olvida un día aislado, aunque es importante la constancia.
Si el embarazo no ha sido planificado, la recomendación es comenzar a tomar el ácido fólico en cuanto se tenga noticia del positivo.
No haber tomado ácido fólico antes de la gestación no supone en ningún caso que el bebé vaya a nacer con algún problema. Pero el ácido fólico sí previene muchos de los que tienen que ver con alteraciones en el tubo neural.
¿Cuándo se amplía la dosis de ácido fólico?
Aunque ya sabemos que la dosis general de ácido fólico es de 400 microgramos diarios, hay algunos casos en que debe ser mayor. Es así cuando hay antecedentes de defectos en el tubo neural porque se ha tenido ya un hijo con este problema o porque hay casos en la familia (primero o segundo grado de parentesco). “El riesgo de recurrencia cuando ya se ha tenido un hijo con este problema es entre el 2 y el 4%”, señala la ginecóloga.
También si la madre toma medicación como los antiepilépticos, la dosis de folatos ha de ser mayor. El ginecólogo pautará cuánto ácido fólico hay que ingerir en estos casos especiales, pero puede ir desde 1 mg a 4 mg diarios, dependiendo de cada paciente.
Igualmente en algunas embarazadas el suplemento de ácido fólico se mantiene durante el segundo trimestre a dosis más bajas.
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