Durante la lactancia, las madres siguen experimentando infinidad de cambios físicos , como ya le ocurrió durante el embarazo . Una de las partes más sensibles a ellos y que, en esta época, sufre bastante, es el pecho. El dolor, la sensibilidad y su congestión son tres de los síntomas que las mujeres refieren durante esta época. Unos problemas que hacen que la experiencia de dar el pecho resulte incómoda y nada gratificante , todo lo contrario a lo que debería ser.
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De entre todas las dolencias, los pezones se llevan gran parte del protagonismo . Se irritan, se agrietan y duelen mucho, lo que hace que muchas madres no se sientan con fuerzas para seguir dándole el pecho a sus bebés. En este caso, pueden ser muy útiles las pezoneras, pero debe ser siempre una recomendación de tu asesora de lactancia, matrona o experto que esté guiándote en este momento. Cada caso es diferente y no siempre son convenientes. Por eso, te contamos qué son, cómo pueden ayudarte y, en su caso, cómo elegirlas, pero lo importante es que acudas a un profesional antes de utilizarlas.
¿Qué son las pezoneras y para qué sirven?
Las pezoneras son un protector que se coloca sobre los pezones de la madre, adaptándose a su forma, para facilitar la lactancia del bebé . Su función principal es la de proteger al pezón en caso de roce o cuando hay mucho dolor, por la aparición de grietas e irritaciones. Pero también en aquellos casos en los que los pezones de la madre sean planos o invertidos, lo que dificulta mucho que el bebé pueda succionar, pues son un instrumento que facilita el agarre del bebé. Así, el recién nacido es capaz de recibir los nutrientes de la leche directamente de su madre, sin la necesidad de que ésta tenga que extraerse la leche .
Casos en los que sí recurrir a las pezoneras
Cuando surgen problemas durante la lactancia, lo más recomendable es acudir a tu matrona o asesora, quien realizará una valoración de lo que ocurre y nos guiará para ponerle solución. Y no siempre será el uso de las pezoneras, pues son recomendables en algunos casos concretos:
- Cuando el bebé tiene problemas de agarre y queremos evitar otros métodos para darle de comer. Puede ser, por ejemplo, en el caso de los bebés con frenillo lingual corto (que deriva en una mala coordinación de succión), que no pueden engancharse bien al pezón.
- Cuando los bebés no tienen mucha fuerza para succionar, por ejemplo, en los bebés prematuros . En este caso, las pezoneras les ayuda a succionar de manera más efectiva, sencilla y prolongada en el tiempo.
- En los casos en los que las madre tiene pezones planos o invertidos, para facilitar el agarre del bebé.
- En el caso de la lactancia mixta , hay ocasiones en las que el propio bebé empieza a rechazar el pecho, por lo que las pezoneras pueden ayudarle, aunque no en todos los casos.
- Por último, en el caso de que aparezcan grietas en el pezón, pues nos ayudará a no abandonar la lactancia . Sin embargo, en este caso las pezoneras son una ayuda y no un remedio, pues lo que hay que ver es la causa de aparición de este problema para que, una vez curadas, no vuelvan a aparecer.
En cualquier caso, y como regla general, las pezoneras no deben ser el primer recurso o alternativa ante un problema de lactancia. Pueden ser una ayuda, pero no la solución. Si has tenido que recurrir a ellas, lo mejor es que intentes prescindir de su uso lo antes posible, siempre que no tengas un problema que las haga imprescindibles. Y es que, para muchas madres, no son del todo satisfactorio - tienen que tenerlas siempre a mano, lavarlas correctamente después de cada uso y saber cómo colocárselas bien -. Por ello, el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda incluso que, cuando el bebé lleve un rato mamando y esté tranquilo, proceder a su retirada en la propia toma.
Cómo elegir las pezoneras de lactancia
Antiguamente, las pezoneras estaban hechas de materiales como el cristal, el marfil o la plata. Después se pasó al caucho y al látex, mientras que, ahora, el material más utilizado en su fabricación es la silicona, mucho menos duro. En el mercado siguen existiendo multitud de modelos, pero de nuevo es la personalización la que nos marcará la elección de unas u otras. La premisa, sin duda, debe ser la comodidad. ¿En qué debes fijarte entonces?
- Como hemos visto, en el material con el que se fabrican. La gran mayoría de ellas están confeccionadas en látex o silicona, dos materiales muy flexibles, suaves al tacto y resistentes. El látex tiene la ventaja de ser muy bien aceptado por el bebé, pero puede causar una reacción alérgica en él o en la madre. La silicona, por su parte, disminuye este riesgo, pero no tiene tan buena acogida.
- Conocer bien tu talla. Las pezoneras deben cubrir el pezón sin rozar la piel, ajustándose a su tamaño. Si quedan demasiado grande, pueden irritar la aureola. La mayoría de las marcas disponen de varias tallas que se adaptan al diámetro del pezón.
- El grosor, pues cuanto más finas sean, mucho mejor, pues serán mucho más flexibles y el bebé sentirá la piel de su madre mucho más cerca. Además, contribuyen a un mejor agarre, succión y estimula el flujo de leche materna. La interferencia será mínima.
Consejos de uso de las pezoneras de lactancia
Al margen de su correcta colocación, algo que irás aprendiendo con el uso, debes tener en cuenta que si usas pezoneras de lactancia, la higiene es vital, pero también el tiempo de uso y su almacenamiento.
- La higiene de las pezoneras es fundamental. Aunque no sea necesario esterilizar estos accesorios después de cada uso, se recomienda lavarlos con agua y jabón siempre, para eliminar cualquier resto de leche que pueda quedar. Si no, pueden aparecer virus y bacterias que pondrán en riesgo la salud del bebé.
- El tiempo de uso de las pezoneras es variable, pero se recomienda colocarlas justo antes de las tomas y retirarlas inmediatamente después. Ni se colocan con demasiada antelación ni se dejan en el pezón.
- La gran mayoría de las pezoneras incluyen un accesorio para guardarlas de manera segura. Úsalo. Si no es tu caso, utiliza una caja con cierre hermético, evitando su exposición al sol y el calor.