Te contamos qué debes tener en cuenta para cuidarla durante este proceso, qué productos puedes utilizar, cuáles debes evitar y otros aspectos básicos como la temperatura del agua del baño o por qué al principio no necesitan ser enjabonados con mucho gel.
¿Cómo debe ser el primer baño del bebé?
Durante las primeras semanas de vida de un recién nacido, el número de baños que debes darle se reduce a un máximo de dos o tres veces por semana y nunca más de cinco minutos. Esta es una duda muy común entre los padres (la de si bañar o no todos los días a su bebé) y la propia Asociación Española de Pediatría (AEP) nos dice que “no es necesario limpiar todas las zonas del cuerpo todos los días, ya que su piel tiene mecanismos de autolimpieza”.
Además, mientras el bebé conserva su cordón umbilical, lo más recomendable es realizar un baño por partes, lo que se conoce como lavado de gato; tan solo con esponja y agua caliente. Sin embargo, tampoco está desaconsejado darle un baño completo, pero procura que sea rápido y secando muy bien toda la zona del cordón umbilical, evitando que se reblandezca y se ralentice la caída.
La temperatura del agua y del baño
Otra de las dudas más frecuentes de los padres a la hora de dar los primeros baños al bebé es la temperatura a la que debe estar el agua o si podemos empezar a usar o no jabón en algún momento. Dos preguntas que deben quedar resueltas en el momento de preparar el baño.
- La temperatura del agua: tienes que tener en cuenta que el agua de la bañera debe calentarse previamente, nunca con el bebé dentro y que debe estar a unos 37 °C.
- La temperatura ambiente del baño: debe situarse en torno a los 20 o 22 °C.
- Ten a mano todos los productos que vayas a necesitar, como la esponja o las toallas, para evitar que el agua se enfríe o que el bebé permanezca demasiado tiempo sumergido en el agua.
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El jabón líquido debe ser suave y con un pH determinado
Hay que tener en cuenta la delicadeza de la piel del bebé que, en un principio, carece de la flora bacteriana que le protegerá durante toda su vida y, además, contamos con la herida abierta del cordón umbilical. Por ello, no se puede emplear cualquier producto para el baño. Y es que, como nos explican desde Jonhson’s Baby, “cuando nace el bebé, su piel es hasta un 30% más final que una piel madura, lo que hace que sea mucho más sensible y tengamos que buscar una gama que contenga un pH equilibrado, que sea ultraligera y que no interfiera con el desarrollo del microbioma de la piel del recién nacido” (como su nueva gama CottonTouchTM, que incorpora algodón real”.
El pH de la piel de un bebé es ácido y varía entre 4,5 y 6, según las zonas, por lo que debemos evitar los jabones alcalinos que aumentan su pH y que dan lugar a irritaciones o infecciones. Por tanto, debemos utilizar siempre jabones líquidos neutros y suaves o ligeramente ácidos, que cuyo pH varíe entre un 4 o 4,5 y sin perfumes. Además, es mejor que no hagan demasiada espuma y usar una cantidad moderada. A la hora de enjabonar, siempre con la mano o una esponja muy suave.
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No abusar de los antisépticos y cuidar la cantidad
La propia AEP rechaza el abuso de antisépticos añadidos a los productos de limpieza, pues su uso excesivo puede producir un cambio en el ecosistema microbiológico normal de la piel del bebé y favorecer la proliferación de otros microorganismos. En el caso del alcohol, por ejemplo, advierten que los productos que lo contienen pueden ser perjudiciales al absorberse, provocando quemaduras o cambios en el pH.
Además, en cuanto a la cantidad que apliquemos de cualquier producto que vayamos a utilizar, nos advierte la FAME que “debido a que la piel no está completamente desarrollada en el lactante, las sustancias aplicadas localmente pueden penetrar de forma más intensa, por lo que debemos administrar los productos de manera dosificada y con cuidado, sin excederse en la cantidad”.
En el caso de los recién nacidos, por su parte, la FAME nos dice que “la piel está seca y puede llegar a presentar descamación; si queremos evitar esta sequedad, podemos usar lociones humectantes después del baño”.
¿Le puedo poner perfume a mi bebé?
Las colonias, fragancias y perfumes, a pesar de ser muy atractivas para nuestro olfato, además de dar sensación de limpieza y frescura, es mejor que no formen parte de la rutina de higiene del bebé. Si queremos cuidar su piel correctamente, no te excedas con él y nunca lo apliques sobre su piel de manera directa. Puedes utilizar unas gotas de agua de colonia sin alcohol, vaporizándolas sobre su ropa.
Los bebés están limpios y aseados con su baño diario, es el hábito de higiene que necesitan. Las colonias, por lo general, son muy poco delicadas y pueden producir irritaciones. Si aún así, quieres utilizar una pequeña cantidad de la manera indicada, busca una que no tenga alcohol y que sea hipoalergénica. Para ello, lee la etiqueta, que tenga pocos ingredientes y que no contenga ninguno de los aromas considerados alergénicos por el Comité Científico de la Comunidad Europea.
Cuidados extra en la zona del pañal
La zona del pañal requiere una atención especial, para evitar la aparición de posibles dermatitis. Es una parte del cuerpo que no está expuesta al aire y, como resultado, nos cuentan los expertos de NIVEA, “pueden aparecer rojeces, irritaciones e, incluso, erupciones”. Cambiarle el pañal frecuentemente puede airear la zona y evitar estos problemas, pero también debemos cuidar y proteger esta zona con una limpieza efectiva, pero suave.
Por ejemplo, nos cuentan desde NIVEA, “podemos aplicarle un paño mojado en agua templada o toallitas limpiadoras específicas para el bebé que nos ayuden a regenerar la zona”. Priorizaremos siempre el paño y el agua templada. Además, podemos utilizar otro tipo de productos creados para el cuidado de la zona del pañal que previenen la inflamación y las erupciones. Ahora, no lo olvides: pH neutro, compatibilidad con el tipo de piel de tu bebé y una fórmula suave.
Proteger del sol en verano
Ahora que estamos en verano, no podemos olvidarnos de proteger del sol a nuestros bebés. Hay que saber que la piel de los bebés tiene muy pocos melanocitos, que son los que cumplen la función de protegerles de los efectos que tiene. Por tanto, la recomendación general es evitar la exposición de los niños antes de los seis meses. Por tanto, no se les debe dar crema solar a los bebés antes de esta edad.
A partir de los seis meses, ya se les puede aplicar la crema o emulsión solar específica con un factor de protección nunca inferior a FP50+ y evitar la exposición de tu bebé a las horas de sol más intensas. Neutrogena, por ejemplo, tiene una gama con factor de protección FP+70, apta para pieles secas y mojadas.