Durante los primeros meses de alimentación complementaria de nuestro bebé , dedicamos muchos esfuerzos y tiempo a que nuestros hijos coman bien y, sin embargo, podemos no conseguirlo. Se niegan a probar bocado, no quieren nada de lo que les ponemos en la mesa, nada parece gustarles y no sabemos cómo actuar . A veces, nos damos hasta por vencidos. Por eso, uno de los últimos descubrimientos o, al menos, una de las últimas tendencias que las madres del mundo han decidido poner en práctica es lo que se conoce como Baby Sign Language , y aseguran que funciona.
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Es una de las herramientas de comunicación más eficaces a nuestro alcance para llegar a entendernos con nuestro bebé. Y no es ni más ni menos que un lenguaje de signos sencillo que puede ser la clave del éxito en la alimentación de nuestros hijos, porque mejora la interacción con ellos y, según los expertos, es algo fundamental .
Así nos lo confirmaba Francisco del Castillo, técnico nutricionista de Nutribén, que asegura que “es clave interpretar, sobre todo, las señales del ciclo hambre-saciedad de nuestros hijos”. Unas señales que entenderemos, primero con signos, después con palabras. Y las palabras las dominamos, pero ¿qué ocurre con los signos? Para eso, hemos creamos una pequeña guía con los signos más frecuentes en nuestro día a día, pégalo en la nevera y practícalos día a día.
¿Qué es el Baby Sign Language?
El Baby Sign Language es una herramienta de comunicación temprana para bebés que surge en Estados Unidos, a mediados de los años 80, y que ha aterrizado hace poco en España. Desde que lo ha hecho, está siendo todo un éxito. A través de ella, los bebés son capaces, entre otras muchas cosas, de indicar si tienen hambre, si ya han terminado de comer o si quieren más comida, además de sus gustos y preferencias por un alimento u otro.
De esta forma, conseguimos desarrollar una relación sana y positiva con la comida y aumentar el poder de elección de los bebés , lo que, además, eleva su propia autoestima. Así, la acción de comer se convertirá en una experiencia agradable (lo que debe ser) tanto para los padres como para los hijos.
¿Cuándo debemos empezar a signar?
Vanessa Viaji, Instructora Certificada de Baby Sign Language y fundadora de Háblame con las manos, nos dice que “ a partir de los 6 u 8 meses de edad los bebés comienzan a estar preparados para entender y utilizar este lenguaje de signos ”. Es una franja de edad en la que los bebés desarrollan la memoria a largo plazo y son conscientes de que las cosas tienen un nombre. “Su psicomotricidad fina ya está lo suficientemente desarrollada”, nos dice, “para llevar a cabo el aprendizaje de los signos”.
Además, a partir de los 6 meses se produce una gran evolución en el desarrollo del bebé, que está mucho más despierto y comienza a intentar mantenerse sentado. Un hecho importantísimo porque, para signar, necesita tener libres las manos.
Signos básicos del Baby Sign Language
El lenguaje de signos para comunicarnos con nuestro bebé, puede incluir multitud de tipo de palabras, desde las que están relacionadas con el juego y el movimiento, hasta los que nos ayudan a entender cuándo tiene hambre o sed. Estos últimos, relacionados con la alimentación, son los que ahora mismo nos interesan. De entre ellos, los más frecuentes y por los que debes empezar son:
- Tengo hambre, quiero comer: llevarse la mano a la boca, con las puntas de todos los dedos juntas, de manera repetitiva.
- Tengo sed, necesito beber: con una mano, simular que cogemos un vaso y que nos lo llevamos a la boca, de nuevo, de manera repetitiva.
- Quiero leche: es como ordeñar una vaca, ya que, con una de las manos, imitan el movimiento de apretar y soltar la ubre de una de ellas.
- Quiero agua: formando el número tres con los dedos, extendiendo los tres centrales, hay que llevarlos a la barbilla y separarlos de manera repetitiva.
- Quiero más: con ambas manos y todas las puntas de los dedos juntas, en el centro del pecho, juntar y separar la parte esas puntas de los dedos y separarlas, de manera repetitiva.
- No quiero más: con las palmas de las manos abiertas, en el centro del pecho y con ellas enfocadas hacia delante, se mueven en horizontal de manera repetitiva.
Otros que nos pueden ser de gran utilidad, serían:
- Irse a dormir: con las palmas de las manos extendidas y juntas, se posan en un lateral de la cara, apoyando estas sobre ellas y se cierra los ojos, simulando que te duermes.
- Cambiar el pañal: con las manos en la cintura y el dedo índice y corazón extendidos (los demás, cerrados), hacemos movimientos desde el centro de la cintura hacia el exterior, con ambas manos a la vez. Lo repetimos una y otra vez.
- Algo me duele: con los dedos índices extendidos de ambas manos y todos los demás dedos cerrados en puños, se trata de juntar la punta de los índices en el centro y en horizontal, repitiendo el movimiento.