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Embarazo

Aborto espontáneo: cómo ayudar a las mujeres que lo sufren

Errores que no hay que cometer en este momento tan doloroso


Actualizado 18 de enero de 2024 - 16:49 CET

Uno de cada cinco gestaciones confirmadas acaba en aborto espontáneo, aunque este porcentaje puede ser aun mayor si tenemos en cuenta que muchas de estas pérdidas gestacionales se producen en etapas tan tempranas que ni la propia mujer sabía que estaba embarazada.

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Desde el punto de vista médico, el aborto espontáneo se define como la pérdida del feto, sin que haya inducción, antes de las 20 semanas de embarazo. Las causas más frecuentes son defectos cromosómicos en el bebé, enfermedades en la madre (endocrinas, inmunológicas o infecciosas) y disfunción de la placenta. Sufrir un aborto espontáneo es una experiencia muy dolorosa desde el punto de vista emocional, que no siempre es reconocida socialmente.

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Consecuencias psicológicas del aborto espontáneo

El aborto espontáneo produce un gran vacío y dolor. “En la ilusión de ser padres, la pareja depositan gran parte de sus sueños, así como proyectos que dan la continuidad y trascendencia a sus vidas”, explica la Dra. Natalia Moreno, coordinadora de la Unidad de Atención Psicológica Personalizada de HM Hospitales en Madrid.

Dependiendo de cada caso, las emociones que pueden aparecer tras un aborto espontáneo son culpa, tristeza, desconcierto, enfado, frustración y ansiedad por la anticipación de un nuevo embarazo y el resultado de este. “Además, existe una necesidad de darle sentido y conocer las causas del aborto, ya que estas respuestas generarán un aumento de control”, puntualiza la experta.

Esa tristeza puede ser muy intensa, llegando al abatimiento, la irritabilidad y la falta de ilusión por cosas que antes interesaban. Así, algunos estudios señalan que entre un 7 y un 33% de las mujeres pueden llegar a presentar cuadros de tristeza patológica tras el aborto espontáneo.

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Acompañar tras un aborto espontáneo

Uno de los problemas de las mujeres que sufren un aborto espontáneo es que sienten que no se da suficiente importancia a su dolor. “El aborto es una pérdida, y en muchos casos inesperada y traumática, lo que va a implicar tristeza y dolor, por lo que negar la importancia de estos sentimientos, o hacer como si no existieran, podría llegar a agravar ese dolor y convertirlo en patológico”, indica la especialista de la Unidad de Atención Psicológica Personalizada de HM Hospitales en Madrid.

Cuando la mujer no recibe un apoyo suficiente tanto de su pareja como de su entorno social se dificulta su recuperación física y emocional. En este sentido, “es recomendable que el entorno cercano permita que la mujer y su pareja se expresen libremente, tanto verbal como emocionalmente; simplemente hay que estar”, explica.

Comentarios dichos con buena intención pueden ser contraproducentes. Es el caso de “eres joven, ya tendrás más” o “no es tan grave”, pueden ser muy dolorosos y negativos en ese momento. Al contrario, la recomendación para ayudar a la pareja es comprenderlos, validar sus sentimientos y concederles un espacio para poder procesar su duelo. Así, “es recomendable que el entorno pueda llegar a empatizar con ellos sin minimizar lo traumático o doloroso que pueda ser esta noticia para los padres”.

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Cómo elaborar el duelo por un aborto espontáneo

El duelo es la reacción subjetiva que se experimenta tras una pérdida. Para procesarlo, la persona tiene que enfrentarse a lo irreversible de la pérdida. Es un suceso que siempre quedará en su biografía y por eso hay que elaborar el duelo para reconstruirse, reencontrarse y reubicarse, según indica la especialista.

“El duelo por la pérdida de un embarazo posee algunas condiciones que lo diferencian de otro tipo de duelo, ya que lo que se pierde no es exactamente un ser querido con quien hemos compartido vivencias, sino una relación más simbólica y sensorial, pero sobre quien se proyectan infinidad de atribuciones y proyectos”, insiste. La vivencia del duelo en este caso dependerá de los recursos y estrategias de que disponga la mujer, así como de sus vivencias previas.

Si la mujer ha tenido previamente problemas psicológicas o ha sufrido otras pérdidas gestacionales, necesitará probablemente más ayuda para superarlo.

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¿Cuándo hablamos de duelo patológico?

El aborto espontáneo puede provocar trastornos psicológicos a medio y largo plazo en algunos casos. Tal como precisa la experta, aunque hay pocos estudios a este respecto, sí se sabe que esta situación se relaciona con un trastorno de duelo complicado, trastorno adaptativo, trastorno de estrés agudo o trastorno de estrés postraumático.

En un trabajo realizado en Reino Unido se constató que cuatro de cada 10 mujeres sufrían un trastorno por estrés postraumático tres meses después de haber sufrido un aborto espontáneo. Por ello, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda hacer un seguimiento psicológico a todas las mujeres que han sufrido un aborto para poder detectar cuándo hay riesgo en este sentido. No obstante, en la mayoría de los casos, se trata de problemas emocionales transitorios que no tienen recorrido a largo plazo.

Habría que pedir ayuda profesional cuando “los síntomas que la persona presenta, independientemente de que sean de corte depresivo, ansioso, traumático… sean demasiado intensos, duraderos y frecuentes y estén empezando a generar una elevada interferencia en otras áreas de su vida”, advierte la Dra. Natalia Moreno.

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¿Es habitual tener problemas en posteriores gestaciones?

“Tras un aborto espontáneo, la incertidumbre y las preguntas relacionadas del porqué del aborto suelen generar una gran duda y ansiedad, debido principalmente a la anticipación del nuevo embarazo y el resultado de este”, expone la Dra. Moreno.

La mujer se pregunta qué sucederá cuando vuelva a quedarse embarazada. Los estudios que han tratado este particular exponen cómo las gestantes pueden experimentar más ansiedad y angustia en sucesivos embarazos, aunque ya sean madres de otro bebé.

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¿Cuánto hay que esperar para intentar otro embarazo?

Tras una pérdida gestacional, la mayoría de las parejas volverán a intentar tener un bebé. Pero ¿cuándo se está realmente preparado para ello? Teniendo en cuenta que cada caso es diferente, habría que valorar los aspectos psicológicos, sociales y biológicos y el motivo que ha llevado al aborto espontáneo para volver a intentarlo.

Solamente teniendo en cuente el aspecto emocional, la OMS recomienda esperar unos seis meses para quedarse de nuevo embarazada. No obstante, tal como indica la especialista, otros estudios aconsejan que sea lo antes posible, una vez que se haya procesado lo ocurrido, en un tiempo medio de entre tres y seis meses.

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Un tabú que debe dejar de serlo

Muchas parejas no comparten que esperan un bebé hasta que se cumplen 12 semanas de embarazo, pues tras el primer trimestre ya hay más seguridad de que el embarazo sigue adelante. Esto supone que, en el caso de aborto espontáneo, “tampoco se cuenta, lo que limita la expresión, el procesamiento del duelo y el apoyo social”, comenta la Dra. Natalia Moreno.

Si no se dice que ha habido un aborto, la pareja lo vive en soledad y limita el apoyo social con el que podría contar, por eso “se suele recomendar compartir la gestación con las personas con las que nos podamos sentir cómodas y arropadas”.

Cuando ocurre un aborto, habitualmente se suele silenciar, como si por no hablar de ello se borrase lo sucedido. Pero no es así. “Aquellas emociones no expresadas, ocultadas, no dichas, no escuchadas, no elaboradas y procesadas pueden generar un aumento de sintomatología a medio y largo plazo”. Por tanto, su recomendación es que se hable de ello y se normalice para garantizar un mayor apoyo social en caso de que sea necesario como factor de protección.