Un 1% de los recién nacidos tiene una cardiopatía congénita. Gracias a los avances médicos, la gran mayoría de estos niños llega a la edad adulta, por lo que hay un número muy considerable de mujeres con problemas de corazón en edad reproductiva.
El embarazo, cuando hay un problema de corazón, tiene unos riesgos asociados que hay que valorar, aunque dependen mucho del tipo de alteración cardiaca. En todo caso, es una situación que exige de unos controles médicos exhaustivos. Así puede afectar tanto a la madre como al bebé.
¿Hay problemas de corazón que desaconsejan el embarazo?
“Existen algunas situaciones previas a la gestación en las que la situación cardiológica de la madre supone tanto riesgo de complicaciones cardiovasculares, e incluso muerte durante el embarazo o en el posparto, que les desaconsejamos que se queden embarazadas”, alerta la Dra. Raquel Prieto, cardióloga del servicio de Cardiología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid.
Las que harían inviables el embarazo serían:
- Cardiopatías en fase descompensada o con muchas complicaciones.
- Estenosis de la válvula aórtica severa con síntomas.
- Estenosis severa de la válvula mitral.
- Algunas patologías de la pared de la aorta.
- Falta importante de fuerza del corazón.
- Presiones muy altas en la circulación que va a los pulmones.
Para evitar riesgos, la mujer con cardiopatías que quiera quedarse embarazada debe acudir a su médico para obtener un consejo individualizado. “Es muy importante que, antes de quedarse embarazadas, consulten a su cardiólogo y sean aconsejadas por un profesional con experiencia en gestación en mujeres cardiópatas”, aconseja la Dra. Prieto.
En esta consulta previa, la recomendación es acudir acompañada de su pareja para que ambos puedan conocer los riesgos que tanto para la madre como para el bebé podría suponer el embarazo. “Todo lo que se pueda planificar con antelación permite prevenir problemas o detectarlos lo antes posible”, subraya la experta.
¿Qué complicaciones pueden producirse?
Afortunadamente, no en todos los casos de cardiopatía hay riesgos altos. En algunas, el riesgo de complicaciones es bajo y el seguimiento del embarazo se asemeja al de una paciente normal. No obstante, hay otras que sí necesitan unos controles muy estrechos y continuados. Así, la madre puede sufrir arritmias, insuficiencia cardiaca, eventos tromboembólicos, disección de aorta o incluso muerte, según relata la cardióloga.
Hay que tener en cuenta que estas complicaciones no se circunscriben al parto, como popularmente se cree, sino que pueden aparecer durante todo el embarazo y en las semanas posteriores a dar a luz.
“Es importante un seguimiento multidisciplinar por un equipo con experiencia en el manejo de estas pacientes para el bienestar de la madre y e feto”, indica la Dra. Prieto.
¿Qué sucede con la medicación?
Cuando la mujer está tomando una medicación antes del embarazo, debe comunicarlo a su médico, pues algunos fármacos pueden afectar al feto o hay que hacer ajustes en la dosis, ya que los niveles en sangre podrían variar en esos nueve meses.
En ningún caso, la paciente debe abandonar por su cuenta el tratamiento sin haber consultado previamente, “pues en ocasiones puede mantenerse, cambiarse por otro tratamiento compatible con la gestación o con un balance de beneficio/riesgo más favorable”, recomienda la cardióloga.
En todo caso, si la mujer con cardiopatía se queda embarazada y no lo había planificado, debería consultar lo antes posible para que los médicos puedan reajustar la medicación si fuera necesario.
¿Cómo condiciona el tipo de parto?
El hecho de que la embarazada tenga una cardiopatía no exige que el nacimiento del niño tenga que ser mediante cesárea. “De hecho, si es viable desde el punto de vista cardiológico, preferimos el parto por vía vaginal, salvo en algunas excepciones concretas o en casos en que desde el punto de vista obstétrico esté indicado”, señala la Dra. Raquel Prieto.
Así, debe establecerse un plan de parto individualizado para cada paciente, consensuado con todo el equipo médico.
¿Hay peligro también en el posparto?
Desde etapas muy tempranas de la gestación, el embarazo implica una serie de cambios en el organismo de la madre, que afectan también al corazón. Así, en la mujer embarazada se produce “un aumento del trabajo para el sistema cardiovascular; esto significa que el corazón va a tener que bombear más cantidad de sangre de forma continua durante varios meses seguidos. Además, se producen cambios en la pared de los vasos y aumenta la probabilidad de formación de trombos”, detalla la especialista del Hospital Gregorio Marañón.
Pero estos cambios en el sistema cardiovascular no acababan en el momento del parto, pues el corazón tiene que bombear mucho en el posparto inmediato y los cambios se mantienen en las semanas posteriores”, explica. “Todo ello hace que, en mujeres con riesgo de descompensación, el embarazo y el parto sean un momento crítico para sufrir problemas; por eso, la detección de las pacientes con este riesgo es crucial”, advierte.
¿Hay más riesgo de que el bebé tenga una cardiopatía?
Algunos de los problemas de corazón son hereditarios, por lo que, en el caso de que la madre o el padre tengan una cardiopatía deberían informarse del riesgo de que la misma pueda transmitirse a sus descendientes.
“En algunos casos se puede ofrecer estudio genético para conocer el riesgo de recurrencia de la cardiopatía antes de quedarse embarazada y también recomendamos la realización de ecocardiograma fetal de cribado de forma precoz a estas pacientes cuando están embarazadas”, subraya la Dra. Raquel Prieto.
No te lo pierdas: Cardiopatía congénita, por qué se produce y cómo se trata