Los beneficios de aprender idiomas durante la infancia son innegables . Por eso, durante las vacaciones no queremos que nuestros hijos pierdan la práctica del inglés, francés o cualquier otra lengua extranjera y muchas familias aprovechan el verano para que sus hijos se sigan formando con cursos y campamentos . Y es que, en este mundo globalizado, nadie duda ya de la importancia de dominar diferentes idiomas y, para ello, los primeros años de vida son cruciales. Los niños tienen una gran capacidad de aprendizaje y, además, aprender cualquier nuevo idioma mejora su comunicación, creatividad e, incluso, su inteligencia emocional.
A medida que van creciendo, ese conocimiento y aprendizaje va cambiando. Más estos últimos dos años, en los que la COVID-19 ha incrementado la formación online y los hábitos en clase han cambiado mucho. Tanto alumnos como profesores han tenido que reinventarse y adaptarse a las nuevas fórmulas de aprendizaje, mucho más interactivas, experienciales y lúdicas . Como nos cuenta Inés Ruiz, licenciada en Traducción e Interpretación, con un máster en e-learning y CEO de ELEInternacional, esto puede convertirse en una clara ventaja para practicar esos idiomas en casa, aprovechando las vacaciones de verano y fijándonos en esas nuevas técnicas que hemos asumido en las clases . Por eso, nos anima a que lo hagamos con actividades específicas que te contamos y siempre teniendo en cuenta la edad de nuestros hijos.
Diferencias de enfoques según la edad
Por lo general, en edades tempranas, nos dice Inés Ruiz, es decir, hasta los 5 años, “los niños adquirirán su lengua materna a través de un instinto biológico e inconsciente”. Hablamos de una habilidad innata que se desarrolla gracias a la interacción social del niño con su entorno. Por lo que, “no solo se ampliarán diferentes destrezas lingüísticas, sino que también entran en juego otros factores sociales que potencial el progreso cognitivo del niño”.
Por ello, es importante tener en cuenta este proceso cognitivo cuando van a aprender una segunda lengua y van a practicarla en casa. “Si a su edad no son capaces de hacer una cosa en su lengua materna, no podemos esperar que lo hagan en la segunda”. Esto tenemos que tenerlo en cuenta. La infancia es una época de grandes cambios y desarrollo ( mientras que la adolescencia es una etapa de maduración ), por lo que aquí se mejora la competencia de la segunda lengua a largo a largo plazo, por ese aprendizaje que sucede de manera inconsciente. Teniendo esto en cuenta:
- Niños entre 0 y 3 años: se puede aprender la lengua materna y la segunda lengua en igualdad, dándose el caso del bilingüismo . Aquí, principalmente, los niños se relacionan con el mundo a través de los sentidos y la acción. A partir de los 2 años, sobre todo, empiezan a formular palabras y frases sencillas. Es una etapa para explorar y experimentar, donde el componente social y emocional ocupan un lugar relevante.
- De los 3 años a los 12 años: la segunda lengua aún se adquiere de manera inconsciente y con resultados efectivos a largo plazo. Entre los 3 y los 4 años, el niño ya puede mantener interacciones con otras personas , usar los sonidos del habla de forma adecuada, repetir enunciados largos y comenzar a responder preguntas sencillas. Entre los 7 y los 12 años, ya estamos en una etapa de madurez biológica y podemos trabajar el razonamiento.
- De la pubertad a la edad adulta: el aprendizaje de la segunda lengua será consciente y con resultados que van a depender de muchos factores, como la entonación, el lenguaje corporal o los gestos. A partir de los 13 años, los niños empiezan a utilizar las hipótesis, el análisis para hablar y practicar un idioma.
De todas formas, nos dice la experta, “ no todos los niños desarrollan el lenguaje igual y a la misma velocidad , aunque todos pasen por estas etapas para dominar las habilidades. El progreso de cada uno estará relacionado con el factor emocional, sociocultural, familiar y con la estimulación externa en la que participe”. Teniendo en cuenta esto, la experta nos propone muchas actividades para su práctica en casa este verano.
Actividades para practicar un idioma en casa
- Integrar en la rutina diaria de cada niño la segunda lengua que se está aprendiendo, como si fuese la lengua materna y desde bien pequeños.
- Etiquetar las cosas que los niños usan diariamente para aprender vocabulario. Por ejemplo utilizando post-its repartidos por toda la casa.
- Hacer uso de lecturas y cuentos es, sin duda, una manera estupenda de que el segundo idioma forme parte de sus vidas. Por ejemplo, podemos conseguir la versión en lengua extranjera de su libro favorito, así habrá una conexión más significativa para ellos y les será mucho más sencillo.
- Utilizar también Netflix y otras plataformas en las sesiones de cine en familia este verano . Con este tipo de recursos podemos ver casi cualquier programa en el idioma que estemos aprendiendo. ¿Algunos recomendados? Like Magic School Bus, Veggie Tales o PJ Masks. Además, estas aplicaciones nos permiten poner subtítulos, una forma estupenda de perfeccionar la ortografía, ayudarles a pronunciar correctamente y mejorar el oído.
- Las canciones de Youtube son otra fórmula ideal para aprender un idioma de forma divertida . Podemos ponerlas en la televisión y mejorar la expresividad y la pronunciación, bailando e intentando replicar la canción.
- Juegos y aplicaciones de gamificación. Por un lado, podemos hacer uso de las aplicaciones digitales que tenemos a nuestra disposición (Kahoot, Quizlet o Plickers) y, por otro, dedicarle tiempo a los juegos tradicionales pero en el segundo idioma, como El Ahorcado, Hundir la Flota, Pasapalabra o Tabú. Es replicarlo en inglés o el idioma elegido, siguiendo la misma técnica.
- Por último, aprovechando las vacaciones, no podemos olvidarnos de la importancia de la inmersión cultural y social a la hora de aprender un segundo idioma , por lo que podemos animarles (ya en las edades en las que hemos visto que llega este plano del aprendizaje) a participar desde casa en eventos online para practicar con nativos o buscar en la propia biblioteca de nuestra ciudad.