El término vamping procede de la unión de dos palabras: por un lado, la palabra vampire ( en referencia a que los vampiros desarrollan su actividad de noche ) y, por otro lado, el término anglosajón de texting (es decir, el envío de mensajes de texto a través de medios electrónicos). En conclusión, se refiere a “un fenómeno por el que las personas, generalmente adolescentes, restan horas de sueño por la noche para poder estar conectados a la Red a través de tablets, smartphones u otro tipo de dispositivos digitales”, explica Rocío García de Leániz Moncada, miembro del equipo de Empantallados.com, una plataforma sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es ayudar a los padres a educar a sus hijos en el entorno digital. Tiene graves consecuencias para su salud y deberíamos evitarlo.
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Más frecuente en adolescentes
El vamping puede indicar un problema de dependencia tecnológica. Está asociado, sobre todo, a adolescentes desde que tienen su propio móvil. El motivo es que las obligaciones cotidianas del día a día, como las clases, las extraescolares o la familia, “no les dejan ese espacio libre para socializar, entretenerse y relajarse con los aparatos electrónicos como ellos quisiesen”, resalta la experta.
Al trasnochar y quedarse despiertos con sus pantallas, los jóvenes encuentran ese rato de ocio y tranquilidad que tanto añoran y que buscan, especialmente, a estas edades en las que reclaman intimidad y autonomía con respecto a sus padres.
A estas circunstancias se pueden unir otras como las vacaciones de verano, que son uno de los periodos donde más se da el vamping. “La falta de horarios hace que se pierda la rutina diaria, lo que desordena aún más el uso de los dispositivos”, advierte la representante de Empantallados. Además, el hecho de que se dejen de hacer otras actividades, como las deportivas, y el aburrimiento, juegan a favor del uso excesivo de las pantallas.
¿Desde qué hora los menores no deberían usar el móvil?
Aunque cada familia tiene unas rutinas diferentes, el consejo de Rocío García de Leániz es que los menores utilicen el móvil como máximo hasta la hora de la cena. Así, el dispositivo queda apartado para comer tranquilos y sin interrupciones en familia. “Apagamos el móvil para encender conversaciones y tiempo de descanso. Desconectar del mundo online para conectar con el offline”, añade.
Para ayudar en esta tarea a las familias, en Empantallados ofrecen recursos gratuitos descargables como parking de móviles, contrato ante la llegada del primer móvil o un plan digital familiar.
¿Qué riesgos tiene el ‘vamping’ para la salud de los menores?
Como todo abuso tecnológico, el vamping conlleva una serie de problemas para la salud de los niños y adolescentes. Estos son los que indica Rocío García de Leániz.
Descanso insuficiente
Cuando los menores, en lugar de dormir, se dedican a usar las pantallas no descansan lo suficiente para afrontar las actividades del día a día. “Si trasnochan y luego se enfrentan a actividades intelectuales y físicas que requieren un esfuerzo extra, como estudio o exámenes, ese agotamiento se acumula y se manifiesta en la disminución de la capacidad de atención y retención (memoria)”, advierte.
Si este déficit se prolonga en el tiempo, puede provocar debilidad y descenso del rendimiento académico que, a su vez, podrían ocasionar sentimientos de frustración e irritabilidad en el menor. “En casos extremos puede acabar generando cuadros de depresión”, alerta la especialista.
Trastornos de sueño y oculares
La luz azul que desprenden las pantallas puede provocar trastornos en el ritmo circadiano, que es el que regula los periodos de sueño y de vigilia. Es así porque la iluminación artificial confunde a la hormona que regula el sueño, la melatonina. “De esta manera, el cerebro entiende que no ha llegado la noche y se mantiene activo, manifestándose el insomnio”, aclara.
Además, leer a oscuras afecta negativamente a la salud ocular, ya que puede producir fatiga ocular, según alertan los oftalmólogos.
Las pautas para acabar con el ‘vamping’
Los padres son los que pueden marcar normas para que sus hijos dejen el vamping. Estas son las que recomienda Rocío García de Leániz:
- Exigir a los hijos apagar el móvil antes de acostarse.
- Sustituir el despertador del móvil por un despertador analógico.
- Sacar el móvil de la habitación de los hijos cuando vayan a dormir.
- Dar ejemplo, haciendo un uso responsable de las pantallas.
- En vacaciones, fijar un horario con actividades variadas para que los niños y los adolescentes no interpreten el ocio como algo exclusivamente tecnológico. Para ayudar en esta tarea a los padres, desde Empantallados se ha puesto en marcha la campaña ‘Verano Azul (sin luz azul)’ donde hay ideas para favorecer el ocio sin pantallas.
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