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mujer embarazada bebiendo leche © AdobeStock

Embarazo

Por qué cuidar la microbiota durante el embarazo tiene grandes beneficios

Mimarse en esta etapa es más que necesario, pero no siempre contemplamos todos los aspectos del organismo a tener en cuenta. ¿Uno de los más olvidados? La flora intestinal.


Actualizado 6 de julio de 2021 - 9:56 CEST

 Cuando nos enteramos de que estamos embarazadas , empezamos a organizarnos un poco mejor. Sobre todo,  en lo que respecta a nuestra alimentación y estilo de vida . Queremos hacerlo bien. Cuidarse durante esta etapa es fundamental, pero no siempre tenemos en cuenta todos los aspectos que engloban (o deberían englobar) estos cambios a mejor. De entre todos ellos,  hoy queremos hablarte de la microbiota intestinal , también conocida como flora intestinal, es decir, de todas esas bacterias microscópicas que nos ayudan y realizan funciones esenciales, no solo para ti, como futura mamá,  sino también para el futuro bebé, pudiendo llegar a marcar su estado de salud posterior . Por tanto, es fundamental prepararla y cuidarla.

Hemos querido hablar con varios expertos de Nutribiotica, entre ellos, la Dra. Olalla Otero o la bióloga Lucía Álvarez, quienes recomiendan a todas las mujeres “sin excepción, que  preparen su salud de cara a una posible gestación , para poder estar en unas condiciones clínicas plenas de cara a los 9 meses que tendrán por delante”. Y, sin duda, un punto destacado de esa preparación es “mimar el intestino como se merece”. Te contamos por qué es tan importante y los beneficios que tiene saber cómo cuidarlo.

El papel de las bifidobacterias

Como paso previo a explicarte cuál es esa relación tan importante entre la microbiota intestinal y tu estado de salud durante el embarazo, vamos a explicarte en qué consiste esa microbiótica y cuáles son sus principales funciones. Entre todos los microorganismos, los expertos nos destacan dos: las bifidobacterias y los lactobacilos, que son uno de los géneros más beneficiosos para nuestra salud por los siguientes motivos:

Por otro lado, están lo que se conoce como proteobacterias, que engloban un amplio abanico de patógenos y bacterias de vida libre, y una amplia variedad de ellas,  como la Escherichia coli, la Helicobacter pylori y la     Salmonella  , son capaces de causar enfermedades en el ser humano, diarreas o úlceras intestinales. Estos dos grupos son los que vamos a destacar a continuación.

Flora intestinal y embarazo, íntimamente relacionados

El embarazo,  además de todos los cambios que supone a nivel emocional y anímico , conlleva un cambio físico enorme derivado de la multitud de procesos que se producen internamente en el organismo de una mujer.

Cambios que afectan, sobre todo,  al campo hormonal , “pero también a otros a los que solemos prestar menos atención”, nos dicen los expertos. Son movimientos internos complejos que afectan, por ejemplo, a uno de esos grandes olvidados: el intestino y, por tanto, a la microbiota intestinal. Por ejemplo, ¿sabías que  un correcto equilibrio de esta microbiota deriva en una buena salud oral , algo que se resiente mucho durante la gestación y que tiene un impacto directo en el feto?

Así, durante el embarazo, nos explican los expertos, “se producen modificaciones en la microbiota intestinal que se asocian, a su vez, con cambios en los perfiles de la microbiota oral, cutánea y vaginal, entre otras”. Estos cambios producen, sobre todo, “que exista un incremento de la abundancia relativa de bifidobacterias” (las grandes pobladoras del intestino, además de estar presentes también en la boca y en la leche materna).

Este aumento de bifidobacterias aparece, sobre todo,  en el tercer trimestre del embarazo . Esto se debe en gran parte, nos explican los expertos, a la  progesterona , una de las principales hormonas que intervienen en en el proceso de gestación y, en menor medida, al efecto de todas las demás. Y, ¿qué es lo que hacen exactamente? Modificar su composición, haciendo que dejen de cumplir con todas las funciones que hemos visto anteriormente.

Pero, además, nos cuentan los expertos, “la mamá embarazada sufre cambios en su microbiota, enfocados a favorecer la ganancia de peso y proveer correctamente al feto recursos energéticos, que son muy similares a los que se observan en pacientes con síndrome metabólico”. Entre ellos, por ejemplo, el aumento también de las proteobacterias, como las conocidas Escherichia coli y Salmonella, que pueden causar grandes complicaciones durante la gestación.

Beneficios de cuidar la microbiota en las embarazadas

Teniendo en cuenta, nos dicen los expertos, “los problemas que podemos encontrarnos por un aumento excesivo de las bifidobacterias y la aparición de las proteobacterias”, mantener su correcto equilibrio nos ayuda a cumplir con las funciones mencionadas al principio (propiedades generales a todas las personas), podemos conseguir algunos otros beneficios concretos para la madre embarazada:

  • Ante una dieta hipercalórica, ya sabemos que es muy fácil ‘pasarse’ en esta época, las bifidobacterias nos ayudan a regular la ganancia de peso en forma de grasa.
  • Mejora además la respuesta a la insulina.
  • Optimiza la función del sistema inmune, regulando tanto la respuesta innata de la madre como la adaptativa.
  • Ayudan a controlar posibles inflamaciones y nos protegen de potenciales infecciones, no solo en el tracto gastrointestinal, sino también a nivel vaginal y pulmonar.
  • Por último, ya en el momento del parto,  estos microorganismos son transmitidos al bebé durante el parto vaginal .

Suplementación probiótica, ¿recomendable?

La modulación de la microbiota, nos confirman los expertos, “es una práctica clínica cada vez más común, gracias, sobre todo, a los avances de la investigación”. Por eso, no te asustes si tu médico te lo aconseja, porque las bifidobacterias, por ejemplo, son un género esencial en toda la etapa pediátrica (desde que se nace y durante los primeros años de vida), por lo que “ no es malo e, incluso, en algunos casos, recomendable, una suplementación probiótica para la mamá ”. Eso sí, deben ser específicos y con un tratamiento diseñado por un específicamente por tu médico.