El parto prematuro, y especialmente el muy prematuro, conlleva muchos riesgos para el bebé. Por eso durante el embarazo se hace todo lo posible para que la gestación llegue a término.
Una de las técnicas utilizadas cuando hay incompetencia cervical en la madre es la del cerclaje. ¿Cómo se realiza? ¿Por qué aparece la incompetencia cervical?
¿Qué es la incompetencia cervical?
El cuello del útero (también denominado cérvix) es el que conecta la vagina y el útero. En la cavidad uterina el bebé estará desarrollándose estos nueve meses bien protegido. Por su parte, el cuello del útero, que tiene forma de cilindro, está cerrado hasta que se aproxima el parto , y se empezará a borrar o acortar cuando el nacimiento sea inminente.
Si el cuello del útero se abre antes, puede haber un aborto o un parto muy prematuro. Diríamos que la madre tiene una incompetencia o una insuficiencia cervical. Y es entonces cuando se lleva a cabo el cerclaje, para evitar que el bebé nazca antes de tiempo.
Hay distintas causas que inciden en la aparición de la incompetencia cervical como padecer algunos fallos congénitos en el cuello del útero que lo llevan a no hacer bien su función, o que la mujer se haya sometido a intervenciones anteriores en el útero, entre otras.
¿Cómo se realiza el cerclaje?
Tal como cuenta el Dr. José Ángel Espinosa Barrajón, director de la Unidad de Parto Afectivo del Hospital Universitario San Francisco de Asís, de Madrid, el cerclaje es una intervención que se lleva a cabo con anestesia general gracias a la cual “se refuerza el cérvix mediante una sutura con un hilo especial”.
Ese punto de sutura que se da en el cuello del útero contendría el paso del bebé hacia el exterior y con ello permitiría que el parto no se adelantase tanto. Además de esta intervención, algunas mujeres necesitan otras medidas para que el parto no se desencadene muy prematuramente, como tomar algunos fármacos o incluso dar un segundo punto de sutura cervical.
¿Qué tipos de cerclaje hay?
Hay tres tipos de cerclaje y cada uno se realiza para resolver un problema. Son estos, según detalla el Dr. Espinosa:
- Cerclaje profiláctico. “Se hace de forma programada en torno a las semana 13 de gestación en mujeres que ya han tenido, al menos, dos pérdidas fetales por incompetencia cervical”.
- Cerclaje terapéutico. “Se realiza cuando se constata un acortamiento cervical progresivo, medido ecográficamente en ausencia de contracciones en mujeres con y sin antecedentes de incompetencia cervical”.
- Cerclaje de emergencia. “Se lleva a cabo de urgencias, como último recurso en gestantes que acuden con la bolsa prolapsada a través del cérvix”. Cuando la bolsa se prolapsa de este modo es visible en parte a través del cuello del útero.
En algunos casos, no en todos, la mujer que necesita un cerclaje tiene algunos síntomas como sangrados por la amenaza de aborto o contracciones. En otros, será la experiencia anterior o la exploración mediante ecografía las que determinen que el cuello del útero no aguanta cerrado y hay que realizar un cerclaje.
Si la mujer necesita un cerclaje y no se lleva a cabo, “tendrá un parto muy prematuro, habitualmente por debajo del límite de la viabilidad, con las implicaciones que esto conlleva sobre la morbimortalidad fetal”, advierte el Dr. Espinosa.
¿Cómo influye el cerclaje en el embarazo?
La mujer a la que le practican un cerclaje debe llevar una vida tranquila a partir de ese momento. Esto no significa, salvo indicación del ginecólogo, que tenga que hacer reposo absoluto en cama. Pero sí es necesario que evite esfuerzos y que no mantenga relaciones sexuales.
El objetivo es retrasar el parto lo máximo posible para que el niño nazca lo más cerca de la semana 40.
¿Influye el cerclaje en el tipo de parto?
El punto de sutura del cerclaje se retira habitualmente en la semana 37. El motivo de hacerlo en ese momento es que a partir de entonces el niño se considera ya a término y se evitarían las complicaciones de la prematuridad.
Haber tenido un cerclaje no influye en el tipo de parto posterior; la mujer puede dar a luz mediante parto vaginal o mediante cesárea, “siguiendo los criterios obstétricos habituales”, puntualiza el experto.
Sí hay que tener en cuenta que en embarazos posteriores hay más riesgo de que tengan que practicar otro cerclaje. “Hay más probabilidades, pero no siempre hay que hacerlo. En estas pacientes hay que vigilar exhaustivamente la longitud del cérvix en sucesivas gestaciones y realizar un cerclaje terapéutico si está indicado”, resalta el Dr. José Ángel Espinosa.