“Por mucho que algunas agrupaciones políticas o de familias se empeñen en negarlo, la educación sexual, la igualdad y la diversidad no son una moda pasajera . Es una cuestión de derechos”. Es más, Cristian Olivé, profesor de Lengua y Literatura en un Instituto de Barcelona y licenciado en Filología Catalana, ha publicado un libro titulado Una educación rebelde (Grijalbo), en el que explica el método de enseñanza con el que ha revolucionado las aulas y que exige incluir “los intereses de los chicos” para hacer ejercicios de su asignatura . Y no solo sus intereses, nos dice, “también temas que tocan todos los días, con los que conviven y que les preocupan, como puede ser la sexualidad o la pornografía ”.
Según nos cuenta, “es una cuestión de derechos, ya que existe un marco legal que avala y obliga a introducir todos estos temas en la formación de los estudiantes, pero, por desgracia, muchos centros no acaban de dar el paso”. Y, para él, suele haber tres motivos:
- Por desconocimiento, lo que sería un problema de desconexión total de la realidad por parte del centro.
- Por inseguridad, es decir, por miedo a no saber cómo hacerlo.
- E, incluso, por oposición, que sería censura.
Sin embargo, nos dice, “ vivimos en una sociedad muy acostumbrada a ver imágenes de violencia explícita , porque las hemos acabado normalizando; en informativos y en películas o videojuegos. Y, en cambio, las escenas sexuales provocan pavor e incomodidad”. Esto es una herencia que debemos empezar a desterrar de casa y del sistema educativo, pero ¿cómo? Él ha querido explicarnos cómo introducir, por ejemplo, la sexualidad y la pornografía en la escuela.
¿En qué consiste la educación rebelde que tú defiendes?
La educación que yo reivindico sitúa a los alumnos en el centro del aprendizaje e incorpora sus intereses e inquietudes al trabajo en el aula . De esta forma, fomentamos la creatividad y el trabajo en equipo. Además, una educación rebelde valora la diferencia y trata en clase, sin tapujos ni censuras, cualquier tema social para que el alumnado sea crítico, responsable y, sobre todo, tolerante.
Y, ¿cómo son esas familias rebeldes de las que hablas?
Es imprescindible que, en educación, las familias y la escuela vayan de la mano. En mi opinión, las familias rebeldes colaboran con los docentes y les tienen la mano. Además, no se fijan tantísimo en las notas, sino en el propio proceso de aprendizaje. No esperan que sus hijos sean una extensión de sí mismos, sino que les ofrecen las herramientas necesarias para que se pregunten constantemente qué les gusta, qué quieren y qué les identifica . Son familias que entienden que para que sus hijos sean tolerantes también deben encontrar ese cobijo de respeto en casa.
La sexualidad, un tema importante que abordar en clase
La escuela, para Cristian Olivé, debe ser “un espacio que ofrezca garantías para sentirse libre y ser uno mismo, tanto jóvenes como adultos”. Una persona, sea cual sea su interés e identidad sexual, “ha de poder hallar en clase el refugio que quizás en la calle o en casa no encuentra”.
¿Se debe abordar el tema del sexo en las aulas de las escuelas?
Por supuesto que sí. Buena parte de los jóvenes se fijan en patrones sexuales que vienen directamente del porno. Poner un velo sobre el tema del sexo implica que aumenten los tabúes y, lo peor, el desconocimiento. Los jóvenes de hoy merecen ser felices también en el terreno sexual, tanto el propio como el compartido . Para ello, debemos invitarlos a hacerse preguntas para construir relaciones saludables basadas en la igualdad.
¿A partir de qué edad deberíamos contar ya con alguna referencia en clase?
Yo creo que lo importante es ir regulándolo según la edad, pero no ocultarlo en ningún momento. Muchas veces veo a familias que, al hablar con un niño pequeño, usan expresiones eufemísticas para referirse a los genitales . Es un error, porque volvemos a convertirlo en un tabú. Cada edad merece su información y podemos ofrecerla de manera gradual. Lo que no haría jamás sería ocultarla. Vale la pena dejar atrás determinadas actitudes que nos remiten una herencia demasiado retraída.
Entonces, ¿cómo sugieres tú abordar temas como el sexo o la pornografía en clase?
Se puede hablar de ellos mediante debates. Soy profesor de Lengua y Literatura y, a menudo, un fragmento literario me da pie para tratar temas de forma natural e invitándoles a lanzar las preguntas que necesiten. También uso fragmentos de las series que más ven y la comentamos sin filtros . Por ello, es importante ofrecer talleres sobre sexo en las tutorías, pero también hay que hablar de ello en cualquier momento, en cualquier materia y a partir de cualquier excusa. Somos docentes de nuestra disciplina, pero sobre todo somos educadores.
Cómo actuar en casa ante la pornografía
Uno de los temas que más cuesta abordar en casa suele ser el de la pornografía, pero existe y es importante tratarlo con la naturalidad que merece hablar de la sexualidad.
Si nosotros, como padres, vemos que nuestro hijo adolescente consume pornografía, ¿qué debemos hacer?
Lo primero de todo, no hay que alarmarse. En este sentido, les preguntaría a las familias si les preocupa por igual enterarse de que su hijo ve pornografía y que se pase horas con videojuegos de violencia explícita. ¿Quizá hemos normalizado demasiado lo segundo?
Por otro lado, poder hablar de todo con los hijos adolescentes no se consigue de la noche a la mañana. Es algo progresivo y, por tanto, requiere ofrecerles con plena sinceridad un espacio para hablar sin reproches, incluyendo el sexo . Para que haya comunicación con los hijos, hay que estar dispuestos a escuchar a veces aquello que no nos gusta o que nos puede incomodar. Es bueno tenerlo claro para que todo fluya.