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amigas adolescentes viajando juntas© AdobeStock

Adolescentes

‘Mi hijo adolescente quiere viajar solo con sus amigos: ¿le doy permiso?’

En la adolescencia los hijos tienen la necesidad de marcar distancia con sus padres. Una de las vías es mediante los viajes con sus amigos. ¿Qué hacer como padres? ¿Hay que poner condiciones?


Actualizado 30 de junio de 2021 - 17:34 CEST

La adolescencia es una etapa de descubrimientos donde  los jóvenes muestran una clara (y sana) inclinación por pasar tiempo con sus iguales.  Les gusta compartir el tiempo de ocio, hacer planes juntos, y muchos plantean también la posibilidad de hacer algún viaje en grupo.

A la hora de decidir si se les deja o no, hay que tener en cuenta una serie de factores y, por otro lado, ser sinceros con respecto a las emociones que esta autonomía genera en los padres.

En qué hay que fijarse a la hora de decidir

Hay un punto clave que puede guiar a los padres una vez que han de tomar la decisión sobre si permitir o no que sus hijos adolescentes viajen con sus amigos. Es la autonomía que muestre el joven. “Hay que ver si hacen cosas solos, más allá de salir los fines de semana, si hacen gestiones por su cuenta, si saben resolver dificultades o te llaman a ti para que se las resuelvas... Es decir,  valorar la capacidad de resolución de problemas que tiene”,  explica Ana Borja, responsable del Área Infantil de Apai, Psicólogos de Valencia (www.apai-psicologos.com).

Además, hay otra característica que hay que valorar y es lo reflexivo que sea el chico,  “en qué grado es impulsivo, si es capaz de pararse a pensar en una situación determinada  o actúa por defecto de forma impulsiva... En el fondo, si es maduro, es decir, si puede reflexionar antes de precipitarse”, detalla la psicóloga.

Si se acepta el viaje, es recomendable llegar a acuerdos previamente sobre el tipo de comunicación y contacto que se mantendrá mientras esté fuera: si habrá al menos un mensaje diario, si será una llamada... Hay que pactar esa comunicación antes de que se vaya y tener en cuenta de que, muy probablemente, no le apetezca hablar demasiado cuando esté con sus amigos.

Manejar el miedo cuando eres padre

Es muy habitual que cuando cambian de etapa educativa, hacia los 16 o 17 años, y aun siendo menores de edad, los adolescentes soliciten a sus padres hacer un viaje en solitario con sus amigos.

Al margen de que puede haber una responsabilidad legal de los padres hasta que su hijo cumpla los 18, la mayoría de los progenitores suele sentir inquietud o miedo ante las circunstancias a las que se puede enfrentar su hijo.

Hay que valorar qué tipo de viaje es, cómo lo han planificado y si hay algún peligro latente. En todo caso, para Ana Borja, los padres han de saber manejar esos temores. “Cuando te plantean una iniciativa así hay que controlar el miedo. Si se dice que no que sea porque no están preparados y no por el miedo a sufrir o por el miedo a lo que pueda suceder”, indica.

Según explica la experta, “a esta edad hay un componente de búsqueda de sensaciones, por lo que, por ejemplo,  el adolescente puede tener un consumo de alcohol , y los padres se preocuparán por si sufre un accidente, por si conoce a alguien que puede hacerle daño... De todo ello hay que hablarles para ver cómo reaccionarían en cada caso”.

No obstante, hay que saber darles pequeñas dosis de autonomía y libertad, según la edad, porque esto les proporciona seguridad y confianza.

Viajar en la adolescencia© AdobeStock

¿Y si hay que decir que no?

Este tipo de viajes puede suponer una muy buena experiencia personal para los adolescentes por los vínculos tan intensos que se crean con sus compañeros, por las vivencias y por el aprendizaje en situaciones en las que no hay un adulto detrás.

No obstante, algunos padres dirán que no a la propuesta de sus hijos adolescentes de viajar en solitario. ¿Cómo explicárselo?  “Cuando dices que no , no puedes esperar comprensión por su parte  porque ellos minimizan los peligros por la etapa evolutiva en la que se encuentran”, destaca Ana Borja.

En este caso, su consejo es explicar con claridad cuál es el motivo de la negativa (su falta de autonomía, no confiar en sus amistades, su comportamiento en otras situaciones anteriores... En definitiva, plantearles qué necesitarían los padres para sentirse seguros con respecto a esta posibilidad: el nivel de riesgo que están dispuestos a asumir.

Cuando no quieren viajar en familia

A muchos adolescentes, el plan de viaje con amigos es el único que les motiva. Así, los viajes familiares no les resultan en absoluto atractivos, “y esto no significa que nos hayamos vuelto aburridos, sino que tiene más que ver con sus ansias de individualidad”, comenta la experta de Apai Psicólogos.

Pero ¿se les debe obligar a participar en esta circunstancia? Ana Borja estima que en cierta medida sí, pues  “es importante realizar actividades de ocio divertidas fuera de la rutina diaria, ya que nos ayudan a vincularnos con ellos”. 

Para que el viaje familiar resulte más atractivo para todos, la especialista recomienda:

  • Organizarlo con ayuda de ellos, contando con su opinión.
  • Buscar planes que les hagan especial ilusión para compensar la parte que les guste menos.
  • Involucrarlos en aspectos prácticos del viaje, como las reservas o similares.

“Cuando sistemáticamente los hijos adolescentes no quieren pasar tiempo con sus padres en momentos de ocio puede ser porque se sienten extraños en la familia”, alerta Ana Borja.

Para prevenir este alejamiento, recomienda vivir momentos de ocio compartido durante todo el año e interesarse por sus gustos, aunque estén alejados de los de los padres.