Los primeros meses de vida de una persona, dicen los expertos, resulta clave para interferir en la evolución de cualquier tipo de alergia, tanto a nivel preventivo como terapéutico . Sin embargo, las reacciones alérgicas suelen ser menos graves en los lactantes que en los niños más mayores, por lo que muchos padres pueden llegar a confundir sus síntomas . Si es una reacción grave, lo que se conoce como anafilaxia , puede llegar a poner en riesgo su vida. En los últimos años, su prevalencia ha aumentado de forma exponencial y, por tanto, fomentar su detección precoz, tanto por parte de los padres como de los profesionales médicos, es fundamental.
Hemos querido hablar con el Dr. José Domingo Moure, coordinador del Grupo de Trabajo de Anafilaxia y uno de los expertos reunidos en el XLV Congreso que la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) celebra estos días, para que nos cuenten cuáles son los detonantes más frecuentes de estas reacciones alérgicas, cuáles son sus síntomas y por qué es importante no confundirlas para actuar a tiempo.
Cuáles son las causas más frecuentes de una anafilaxia
Esta reacción grave, que puede ocurrir en cuestión de segundos o minutos, se deben a la exposición a algo a lo que eres alérgico, que puede ser:
- La rinoconjuntivitis y el asma.
- Una reacción alérgica alimentaria, “ siendo las alergias a los frutos secos , el huevo y las alergias a las proteínas de la leche de vaca dos de las más frecuentes ”, nos cuenta el doctor.
- Una reacción alérgica por medicamentos, entre los que destacan, en primer lugar, los antibióticos y, después, los antiinflamatorios no esteroides (AINEs, como el ibuprofeno).
- Por último, nos dice, “ las picaduras de insectos himenópteros, como las avispas y las abejas ”.
Por su parte, nos resume el Dr. Luis Moral, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma, que “las reacciones por fármacos representan la cuarta causa más común de consulta por reacciones alérgicas en la población pediátrica, después de la rinoconjuntivitis, el asma y la alergia alimentaria”. Sin embargo, “son las reacciones sospechosas a medicamentos las que causan la gran mayoría de las consultas pediátricas”.
La confusión de los síntomas, muy frecuente en lactantes
La confusión en la identificación de los síntomas dificulta mucho el diagnóstico de la anafilaxia en los lactantes y, por tanto, puede retrasar la aplicación del tratamiento más efectivo. Y es que, en realidad, es una reacción alérgica fuerte que tiene distintos patrones de síntomas, en función de la edad, siendo los más comunes en los lactantes:
- Reacciones a nivel cutáneo: “casi en un 80% de las ocasiones los niños tienen afectación de piel consistente en urticaria, con lesiones típicamente habonosas y que pican mucho”, nos detalla el doctor.
- Vómitos y otros síntomas gastrointestinales.
- Síntomas respiratorios o cardio vasculares .
En la mayoría de las ocasiones, nos dice el doctor, “el diagnóstico por parte de los profesionales sanitarios que atienden a los niños en esta situación grave es acertado, si bien en el lactante puede haber una serie de síntomas que pueden pasar en ocasiones desapercibidos como el llanto o el vómito haciendo que el diagnóstico se demore, los padres no lo reconozcan y con ello se tarde en tratar adecuadamente”.
Sin embargo, en los más pequeños “es muy frecuente que ciertos cuadros virales puedan producir síntomas como tos o fatiga al respirar y, de modo concomitante, tengan manchas en la piel; lo que nos lleva a confundir estos cuadros virales con una anafilaxia”. Además, no tienen capacidad de comunicarse, con lo que no pueden decirnos qué es lo que les duele o si tienen, por ejemplo, somnolencia . Y esto sí es más grave, “los cuadros virales que producen estos síntomas suelen ser banales y autolimitados, sin revestir gravedad, mientras que la anafilaxia sí es importante reconocerla rápida y tratarla de forma precoz”.
Ante una posible anafilaxia, hay que ir a urgencias
Lo primero que nos advierte el doctor es que “una anafilaxia es una urgencia vital”. En niños, ante:
- La ingesta de un alimento.
- Tras la toma de un medicamento.
- La picadura de un himenóptero (avispa o abeja) ya que son la causa más frecuente, y la aparición inmediata de urticaria o angioedema (hinchazón de labios y/o párpados).
- Además de cualquier otro síntoma (respiratorio como tos o fatiga, cardiovascular como mareo o síncope o gastrointestinal como vómitos o dolor abdominal)
Lo que tenemos que hacer es, “sin duda, consultar de un modo rápido en un servicio médico cercano o de urgencias”. Una vez se ha diagnosticado una u otra anafilaxia al niño, existen tratamientos efectivos que pueden ponerse a disposición de los padres (y que deberán llevar siempre consigo), para evitar consecuencias graves.
Tratamientos más efectivos contra la anafilaxia
Actualmente, “el tratamiento de elección en cualquier medio, ya sea extrahospitalario como en el propio hospital, es la adrenalina intramuscular en la dosis adecuada según el peso del niño ”, nos explica el doctor. Además, no debemos tenerles miedo, pues existen “autoinyectores de adrenalina que facilitan esta administración por parte de los padres cuando su hijo es diagnosticado de anafilaxia y se les atiende en las consultas”.
Por ello, es “importantísimo” una adecuada educación sanitaria sobre el tema en la consulta, como pueden evitar nuevos episodios, como tratarlos junto con un plan perfectamente detallado que deben llevar consigo por ejemplo a los colegios o excursiones para que se sepa atenderlos y facilitarles la integración con el resto de niños en comedores o en otras situaciones.