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magdalena de suecia© GettyImages

Reconectar con la naturaleza

Tras tanto tiempo dentro de casa, estar en contacto con la tierra es más importante que nunca, especialmente para los niños. Hay expertos que incluso hablan del Trastorno por Déficit de Naturaleza. Recordamos la importancia de disfrutar de la vida en estado puro


Por: Stefanie Milla
Actualizado 8 de junio de 2021 - 19:55 CEST

Quizás no tenga sentido estudiar biología si no vemos crecer una planta. ¿Cómo aprender los ríos si nunca hemos sumergido los pies en un arroyo? ¿Es sensato saber los nombres de las nubes si nunca nos hemos tumbado en la hierba a adivinar sus formas? En un mundo cada vez más tecnológico, niños y adultos vivimos demasiado separados de la naturaleza  y de sus ciclos, quitando a los pequeños una fuente de salud y de conexión con la tierra.

Con todos los sentidos

Una pantalla presenta gran cantidad de estímulos, sí, pero todos visuales y sonoros. La naturaleza, en cambio, activa los cinco sentidos  , siendo una experiencia más viva, completa y enriquecedora.

En movimiento

El sedentarismo y la obesidad son auténticas plagas del siglo XXI. Salir a la naturaleza a jugar, a disfrutar, es el perfecto antídoto a la silla y al sofá. El ejercicio se convierte en algo orgánico y divertido cuando se disfruta del campo y del aire libre.

Magdalena de Suecia© GettyImages
La princesa Magdalena de Suecia, con su hija, en plena naturaleza.

Aumentar la autoconfianza

Sin reglas. Solos y libres, dejándose llevar por lo que encuentran en la naturaleza. El juego en este entorno es más creativoy les permite estar más en control de cómo pasan su tiempo, desarrollando su autonomía y, con ello, mejorando su autoconfianza.

El síndrome de déficit de naturaleza no está considerado un trastorno médico, pero busca explicar y resaltar la progresiva alienación que sufrimos viviendo en un mundo artificial y tecnológico

El asombro infinito

Explorar, buscar, conocer de primera mano y descubrir el milagro de la naturaleza conecta a todos los humanos con las maravillas de animales y plantas de forma muy instintiva y primigenia y despierta y aviva la magia de la curiosidad infantil .

Potenciar la creatividad

La naturaleza varía, se transforma, es cíclica, nunca es estática, y eso la convierte en un campo de juego igualmente cambiante que presenta nuevos estímulos y retos a cada paso, contribuyendo a desarrollar la imaginación y la curiosidad.