La audición es un sentido fundamental para el niño, pues recibe muchos estímulos a través del oído. ¿Cuándo hay que sospechar que no oye bien? ¿Qué pruebas confirman que hay algún problema?
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Desentrañamos los aspectos más importantes de la hipoacusia infantil para poder actuar cuando antes.
¿Cómo se sabe si un recién nacido oye bien?
Afortunadamente, los programas de detección de hipoacusia infantil (baja audición) se realizan a todos los niños al nacer. Para que ningún bebé quede sin examinar, la prueba se realiza antes del alta en la maternidad. Es un examen no invasivo en el que se intenta determinar si el sonido pasa normalmente por el canal auditivo del pequeño.
Cuando la prueba confirma que el sonido pasa bien, no hay que repetirla, pero “si el niño tiene factores de riesgo de sordera hay que hacerle un seguimiento, aunque las pruebas hayan salido bien”, explica la Dra. María José Lavilla Martín de Valmaseda, presidenta de la Comisión de Audiología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
En el caso de que la prueba del hospital salga mal, se debe confirmar el diagnóstico de hipoacusia en los tres primeros meses de vida del bebé. Se hace mediante pruebas que tampoco requieren la colaboración del bebé (pruebas objetivas). A estas pruebas objetivas se añaden otras denominadas pruebas subjetivas en las que se observa el comportamiento del pequeño ante estímulos sonoros. A partir de los seis meses de vida ya se pueden realizar también audiometrías adaptadas a la edad del niño y a su madurez.
La importancia de estos programas de detección precoz de la hipoacusia infantil es que “detectan al 75% de los niños con sordera”, detalla la experta.
Es importante diagnosticar el problema cuanto antes para intervenir y conseguir un óptimo desarrollo de la escucha, el habla y el lenguaje, con el objetivo final de “situar al niño con sordera en igualdad de condiciones que sus pares oyentes en el momento de inicia su proceso educativo y su escolarización”, explica.
¿Qué factores provocan baja audición en el niño?
La baja audición tiene distintas causas. Puede ser congénita, es decir, estar ya presente en el momento del nacimiento, o bien comenzar tras este.
En la congénita, un 40% de los niños con sordera la han heredado, mientras que en el 60% restante se trata de una sordera adquirida por problemas en el embarazo como citomegalovirus, toxoplasmosis o rubeola. También influyen ciertos problemas en el parto o tratamientos que haya podido tomar la madre que hayan provocado toxicidad en el sistema auditivo.
Con respecto a la hipoacusia que se presenta tras el nacimiento, también puede ser genética (pero aparecer más tarde) o determinada por el ambiente, como la exposición a ruido o a ciertos medicamentos que dañan el oído. No obstante, parece que en estos casos también hay cierta predisposición genética que se activa por los factores externos.
Además, hay que tener en cuenta la influencia de infecciones bacterianas como la meningitis o de la otitis media aguda y la otitis media crónica, que igualmente pueden provocar pérdida de audición. Sin olvidar los traumatismos en la zona, como fracturas, o los provocados por los bastoncillos de algodón.
¿Qué tipos de hipoacusia existen?
Básicamente, hay dos tipos de hipoacusia: la hipoacusia de transmisión y la hipoacusia neurosensorial.
- Hipoacusia de transmisión. El niño no oye bien porque tiene problemas o bien en el oído medio (tímpano, mucosa o huesecillos del oído...) o bien en el oído externo (pabellón auricular y conducto auditivo externo). Según comenta la Dra. Lavilla, en este caso, hay que optar por tratamientos que mejoren la causa que provoca la baja audición. Así, se pueden quitar las vegetaciones, corregir el tabique nasal desviado, tratar las sinusitis y la alergía, drenar el líquido o el moco del oído provocado por otitis serosas con tubos de ventilación...
- Hipoacusia neurosensorial. En este caso, lo que está afectado es el nervio auditivo. “Una vez que se produce es irreversible, y los tratamientos van conducidos a paliarla mediante la amplificación del sonido con ayudas técnicas adaptadas lo más precozmente posible”, explica la experta de la SEORL-CCC. En los pacientes menos graves se puede usar un audífono, pero en los más severos, la opción sería el implante coclear.
Señales de alarma de que el bebé no oye bien
Los bebés no pueden informar de que no oyen bien, pero esos primeros meses de vida son cruciales para diagnosticar este tipo de problemas y ponerles remedio cuanto antes para que el desarrollo del niño no se vea lastrado.
Estos son los signo de alarma en bebés, según detalla la Dra. María José Lavilla, especialista también en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza:
- No se sobresalta con los ruidos fuertes.
- Sigue durmiendo, incluso si se habla en voz alta cerca de él.
- Balbuceaba y ha dejado de hacerlo (después de los nueve meses).
- No gira la cabeza hacia el origen de un sonido (a partir de los seis meses).
- Al año, aún no dice palabras sencillas como papá o mamá.
- No se gira al llamarlo por su nombre, a no ser que esté viendo a quien lo llama en ese momento.
- No parece escuchar todo los sonidos.
Señales de alarma de que el niño no oye bien
Con respecto a la infancia, los problemas de audición tienen una serie de síntomas que detalla la experta de la SEORL-CCC:
- El habla no es clara, cuesta entenderlo.
- Habitualmente se distrae mucho.
- No sigue las instrucciones que se le dan (”a veces se piensa equivocadamente que se trata de falta de atención o que el niño simplemente ignora a la otra persona, pero puede ser el resultado de una pérdida auditiva total o parcial”, advierte la Dra. Lavilla).
- A menudo pregunta: “¿Qué?”.
- Pone el volumen de la televisión muy alto.
- No es capaz de distinguir por dónde vienen los sonidos.
Señales de alarma de que el adolescente no oye bien
Los adolescentes están expuestos a mucho ruido por su forma de vida en el que usan auriculares a un volumen alto con mucha frecuencia. Esto puede comprometer la calidad de su audición y hay que estar atentos a los síntomas que pudieran presentar.
Así, la Dra. María José Lavilla recomienda consultar en estos casos:
- Aparecen ruidos en el oído (acúfenos). “Puede comenzar a escucharlos al salir de un concierto o de una discoteca o al haber estado escuchando música con los auriculares muy altos. Debe consultar aunque este ruido desapareciera”, advierte.
- Tiene problemas para escuchar a los que están a su alrededor al salir de un concierto, de una discoteca o tras escuchar música. Igualmente hay que consultar con un especialista aunque mejore.
- Cuando hay varias personas hablando a la vez oye, pero no entiende lo que dicen.
El diagnóstico de baja audición si el bebé no colabora
Hay distintas pruebas que se combina entre sí para poder hacer el diagnóstico de la hipoacusia infantil.
Por un lado están las pruebas objetivas, en las que no se necesita la colaboración del paciente, y que son las que se utilizan para bebés o para niños con discapacidad que no tienen lenguaje.
Además, hay otra serie de exploraciones subjetivas, que se realizan en la primera infancia, y que se completan con audiometrías por observación de la conducta ante el sonido y con audiometrías lúdicas (condicionadas por el juego).
“Las distintas exploraciones auditivas objetivas y subjetivas serán complementarias entre sí, por lo que no se puede utilizar un solo tipo de prueba para establecer un diagnóstico y tratamiento adecuados”, indica la especialista. “Las pruebas subjetivas son imprescindibles para la confirmación y el estudio evolutivo de las sorderas”, añade.
Cómo proteger la salud auditiva de niños y adolescentes
La prevención es clave para que los niños y los adolescentes puedan gozar de buena audición. Estos son algunos de los consejos para lograrlo:
- Evitar la exposición al ruido. “El ruido produce una pérdida auditiva permanente e irreversible”, destaca la Dra. María José Lavilla. Así, hacer un mal uso de los reproductores musicales puede adelantar los problemas de audición hasta en 20 años. Por este motivo, la experta recomienda alejarse de las fuentes de ruido, evitar ruidos impulsivos, no escuchar música con auriculares más de una hora a más del 60% del volumen máximo y recordar que los insertores tienen más riesgo que los auriculares.
- Mantener una buena salud. Enfermedades como la diabetes, la hipertensión o la obesidad pueden afectar a la audición. Igualmente, “la realización de ejercicio físico puede reducir la afectación de la audición en un futuro”, explica.
-Limpiar el oído solo por fuera. No se recomiendan objetos ni sustancias para la limpieza del oído (a no ser bajo prescripción médica). El oído se limpia por fuera con una toalla o una gasa.
-Tratar las otitis. Si el niño tiene otitis recurrentes, hay que acudir al especialista aunque las otitis no causen dolor, fiebre o secreción, ya que pueden derivar en hipoacusia de no ser tratadas.