El parto concita tanta emoción como temores, dudas, inquietudes… Es un momento de culminación de nueve meses mágicos que va avanzando en tres fases diferenciadas que conviene conocer: dilatación, expulsivo y alumbramiento.
¿Qué causas llevan a dilatar antes a unas mujeres que a otras? ¿Cómo se borra el cuello del útero? ¿Puede haber desgarros en el expulsivo? ¿Qué sucede si la placenta no sale entera?
La dilatación
El parto comienza con la dilatación del cuello del útero. Es necesaria para que el bebé pueda avanzar por el canal del parto (en nacimientos por vía vaginal).
Esta fase es diferente, según la mujer haya dado a luz antes o no. Así, en nulíparas (mujeres sin partos anteriores), “la dilatación empieza una vez que el cuello del útero se ha borrado”, explica la Dra. Anna Mallafré, ginecóloga y miembro de Doctoralia.
Hay dos fases en la dilatación, una fase lenta, hasta que el cuello del útero alcanza los cuatro centímetros de dilatación, y una fase rápida en la que se llega a la dilatación completa, que es cuando se alcanzan los 10 centímetros de dilatación. “La velocidad de dilatación media suele ser de 1,2 centímetros por hora, aproximadamente”, indica la especialista.
En mujeres multíparas (que ya han tenido más hijos) también se dan estas dos fases (rápida y lenta), pero con la particularidad de que el borramiento del cuello y la dilatación ocurren a la vez. Además, es un proceso más rápido, puesto que se dilata a una velocidad de 1,5 centímetros por hora, lo que acorta el proceso.
Antes de que la mujer haya dilatado por completo, se le administra, si así lo desea, la analgesia epidural para sobrellevar mejor el dolor de las contracciones, que serán monitorizadas en la mayoría de los casos para observar tanto su progresión como el estado del feto.
¿De qué depende la facilidad para dilatar?
Hay varios factores que intervienen en que unas mujeres dilaten antes que otras. Así, la facilidad para dilatar viene marcada por:
- El cuello del útero está maduro (cuello blando, acortado y centrado en la pelvis materna).
- El segmento inferior del útero está desplegado como una “copa de champán clásica”.
Además, la dilatación será más rápida, según explica la ginecóloga si:
- La madre tiene una pelvis favorable (de forma ginecoide, la que ayuda más al parto, en contraposición a la pelvis androide, que puede implicar una dilatación más lenta).
- La mujer tiene menos de 35 años.
- Las contracciones son efectivas.
- El feto y su cabeza están en una posición adecuada.
¿Cuándo hay que ayudar a la mujer para que dilate antes?
El parto se detiene, lo que se denomina parto detenido o estacionado, en un 8-11% de los casos. Para que siga progresando hay que estimular con oxitocina.
Hay varias causas que pueden explicar por qué la progresión del parto se frena. Entre ellas están la posición del feto. “La inducción del parto y la posterior aplicación de anestesia peridural pueden conllevar un incremento del porcentaje de mujeres en trabajo de parto que precisan de ayuda para regularizar las contracciones con la administración de oxitocina” , indica la especialista.
El expulsivo
En el expulsivo ocurre el momento clave del encuentro con el bebé tras nueve meses dentro del vientre materno. Es la fase típica en que la madre tiene que empujar (mediante los pujos que le han enseñado en los cursos de preparación al parto) para que el niño logre salir al exterior.
El expulsivo tiene una duración variable, aunque, de media, puede prolongarse unas dos o tres horas en mujeres que no han dado antes a luz, y una o dos horas en mujeres con más hijos.
El bebé tiene que rotar y encajarse para salir por el canal del parto, colocando su nuca debajo del pubis de la madre. “En ocasiones, esta rotación o encajamiento no se da, a pesar de la espera, con lo que se tendrá que ayudar con una ventosa obstétrica o unas espátulas de Thierry o con unos fórceps, con la finalidad de lograr esta posición para que el feto pueda salir fácilmente”, aclara la experta de Doctoralia.
No obstante, actualmente se suele esperar más que hace unos años para que el bebé se coloque bien, comprobando si su frecuencia cardiaca es la adecuada y asegurando que la madre esté bien hidratada.
¿Qué problemas pueden surgir en el expulsivo?
Además de la colocación correcta del bebé en el canal del parto, durante el expulsivo puede haber un desgarro del periné de la madre, que en casos más graves afectaría al recto y al esfínter anal. “Por este motivo, hay que proteger perfectamente el periné y controlar la salida del bebé para que su desprendimiento sea muy lento y controlado”, destaca la Dra. Mallafré.
Ante la posibilidad de un desgarro inminente, se suele optar por practicar una episiotomía, pero solo cuando fuese necesario en cada parto en concreto.
Otras de las situaciones de riesgo durante el expulsivo es la distocia de hombros, aunque tiene una incidencia muy baja (0,15%). Se produce cuando los hombros del bebé no pueden rotar bien por sí solos para salir por el canal del parto, lo que requiere de maniobras obstétricas adicionales. Suele corresponder a fetos muy grandes y a diabetes gestacional. “Es una situación poco predecible y, aunque suele resolverse favorablemente, es angustiosa y puede ser muy grave”, alerta la especialista.
El alumbramiento
La última fase del parto es el alumbramiento de la placenta. El alumbramiento se produce una vez que ha salido el bebé y se ha cortado el cordón umbilical. En ese momento, el útero dejará de contraerse y se retraerá, pero tras un periodo de unos 10-15 minutos volverán a aparecer contracciones que serán las que ayudarán a la expulsión de la placenta, un órgano clave en los nueve meses anteriores.
El útero es muy elástico y, gracias a esas contracciones, la placenta empieza a despegarse del mismo para salir al exterior. “Una vez fuera, el útero completa su reducción de tamaño, comprimiendo los vasos uterinos, terminando así el sangrado; es lo que se llama las ligaduras vivientes de Pinard”, destaca la Dra. Anna Mallafré.
¿Qué sucede si el alumbramiento es incompleto?
Es muy importante que el personal médico compruebe que la placenta haya salido completa y no hayan quedado restos en la cavidad uterina. Si es necesario, se puede hacer incluso una exploración manual para cerciorarse de ello.
En el caso de que queden restos, como explica la ginecóloga, “el útero no se contrae bien y persiste el sangrado, con lo cual hay que proceder a extraer los restos que hayan quedado adheridos al lecho placentario y, en raras ocasiones, realizar un legrado instrumental”. En ocasiones, el cuadro es más complejo, pues hay patologías por las cuales la placenta invade la pared uterina, placenta accreta, y que van a exigir más intervenciones médicas, como radiología intervencionista, embolizaciones de las arterias uterinas o cirugía adicional.
Una nueva etapa
Cada vez más maternidades favorecen el contacto temprano madre-hijo incluso en el mismo paritorio.
Tras haber pasado por las contracciones, los pujos, tal vez por una episiotomía… el mejor regalo será tener a tu hijo en brazos como tantas veces has soñado y uniros piel con piel. El método Madre Canguro favorece ese primer acercamiento tan beneficioso para ambos y el inicio de una nueva etapa como madre.