alergia primaveral y embarazo© AdobeStock

Alergia y embarazo, ¿cómo tratarla sin correr riesgos?

La temporada de alergia primaveral complica el bienestar a muchas embarazadas. Sus síntomas son muy molestos, pero, afortunadamente, no hay que conformarse sin más, pues hay tratamientos que están permitidos durante este periodo.


2 de junio de 2021 - 13:38 CEST

En España, ocho millones de personas tienen alergia respiratoria. El polen es el responsable en la mitad de los casos, según datos de la SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica). Este tipo de alergia puede aparecer en cualquier momento de la vida: tanto en la infancia como en la edad adulta, por tanto, también puede continuar o debutar en el embarazo, aunque la gestación no aumenta el riesgo de desarrollar la alergia al polen. 

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¿Cómo actuar si durante estos nueve meses aparece la alergia primaveral? ¿Qué tratamientos son los más seguros? ¿Puede afectar al feto?

¿Empeora la alergia en el embarazo?

Afortunadamente, según afirma el Dr. David Baquero, alergólogo y portavoz de la SEAIC, “dos tercios de las embarazadas que sufren alergia respiratoria no manifiestan mayores complicaciones durante estos meses”. Del resto, hay un porcentaje que reconoce mejorar el cuadro en el transcurso de la gestación, posiblemente por factores hormonales, y otro grupo de mujeres para las que la alergia empeora con una agudización de los síntomas.

El hecho de que haya tanta variabilidad en la evolución de la alergia respiratoria durante el embarazo“justifica aún más la importancia de acudir a la consulta del alergólogo para realizar un tratamiento adecuado en cada caso”, indica el experto.

¿Qué es la rinitis del embarazo?

Los síntomas alérgicos respiratorios se pueden confundir con la rinitis del embarazo, una alteración que aparece en dos o tres de cada diez gestantes. Tal como explica el Dr. Baquero, en la rinitis del embarazo hay una inflamación de la mucosa nasal, sin causa alérgica, que aparece por la dilatación de los vasos sanguíneos y el aumento el volumen de sangre característico de estos nueve meses.

Los síntomas son similares a los de la rinitis alérgica y pueden aparecer en cualquier momento a lo largo del embarazo, “por lo que es muy importante diferenciarla, con la ayuda de su médico, para que este prescriba el tratamiento adecuado en cada caso”, recomienda el portavoz de la SEAIC.

Embarazada con alergia primaveral© AdobeStock

¿Qué tratamiento puede seguir una alérgica embarazada?

Aunque el tratamiento habitual para la alergia no está contraindicado, de entrada, para las embarazadas, hay que seguir algunas recomendaciones. Así, el médico optará por fármacos sobre los que haya más experiencia de uso. “Debe prestarse mucha atención a los fármacos de última generación, pues las embarazadas están excluidas de los ensayos clínicos y pueden presentar efectos secundarios inesperados”, advierte el alergólogo.

La embarazada con alergia respiratoria puede tomar antihistamínicos de primera y segunda generación, “ya que son fármacos más seguros y con más experiencia de uso durante el embarazo”, indica el Dr. Baquero. “En los casos de rinitis con síntomas más intensos pueden emplearse corticoides tópicos nasales”, añade.

Uno de los tratamientos a largo plazo contra la alergia es la inmunoterapia (vacunación contra la alergia). Como normal general,  no se recomienda comenzar con esta vacuna durante la gestación,  “pero si la mujer se queda embarazada cuando ya está en fase de mantenimiento y la tolerancia es buena, se puede continuar con la pauta”, aclara el miembro de la SEAIC.

Consejos para el día a día de una embarazada con alergia

La alergia primaveral puede llegar a ser muy molesta. Cuando sus síntomas se unen a otros propios del embarazo, la mujer lo pasa mal. Por eso conviene  seguir una serie de pautas cada día, especialmente en las épocas de mayor polinización.  Son las siguientes:

  • Usar mascarillas, sobre todo las homologadas FFP2 y FFP3, “ya que atrapan las partículas con tamaño mayor a 0,3 micras, incluyendo el polen”, indica el especialista.
  • Ponerse gafas al aire libre para evitar el contacto directo del polen con la conjuntiva ocular.
  • No ventilar la casa entre las 12 y las 17 horas, pues es la franja en que hay más cantidad de pólenes en la atmósfera, debido al aumento de luz y temperatura.
  • Utilizar purificadores de aire en el hogar “para contribuir a la disminución de la exposición a los pólenes en el interior”·
  • Realizar el tratamiento pautado por el médico de forma continua “para evitar exacerbaciones que requieran un aumento de dosis (con un posible aumento de los efectos secundarios) para llegar a un adecuado control de los síntomas”, recalca el Dr. David Baquero.

¿Es peligrosa para el bebé la alergia?

Cuando hablamos de una alergia respiratoria sin más (rinoconjuntivitis alérgica) no hay que temer, pues esta “no pone en peligro la progresión del embarazo ni genera problemas fetales”, tranquiliza el alergólogo.

Sin embargo, hay otro caso en que sí hay riesgo y es cuando la alergia evoluciona hacia asma y este no se controla.  El asma mal controlada en el embarazo puede producir una falta de oxígeno en el bebé  (hipoxia fetal), que dañe al feto en formación. Para evitarlo, se aconseja que todas las mujeres embarazadas con alergia respiratoria acudan a su alergólogo “para que este ponga tratamiento específico para cada síntoma, y de esta forma controlar la enfermedad durante todo el embarazo”, explica.

¿Y qué sucede en el futuro? ¿De padres alérgicos, hijos alérgicos? Al tener la alergia un factor genético destacado, “cuando uno de los padres tiene alergia la probabilidad de que el hijo desarrolle alergia a lo largo de su vida es de un 40%. Si los dos padres son alérgicos, esta probabilidad aumenta hasta un 60%”, destaca el Dr. David Baquero.

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