Las drogas, el alcohol y el tabaco son las adicciones que más nos asustan como padres y a las que, cada vez, los adolescentes tienen un mayor y mejor acceso . Pero el uso abusivo de las pantallas , por ejemplo, se está convirtiendo en otro problema a tener muy en cuenta. Quizás en las tres primeras, los factores externos se nos escapen, pero está claro que con los móviles y ordenadores tenemos un poco más de margen .
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Unas adicciones que hay que identificar, gestionar desde casa y, si es necesario, solicitar ayuda. “ La prevención es fundamental, pero también tener las herramientas necesarias ”, nos cuentan las psicólogas Paloma Rey y Marta Valmaña, de Mundopsicologos. Con ellas hemos hablado para que nos cuenten cuáles son las adicciones más frecuentes que se ven, cada vez más pronto, en los adolescentes y cómo abordar cada una de ellas.
Adicciones más frecuentes entre adolescentes
Para poder agrupar bien cuáles son las adicciones más frecuentes entre los adolescentes, nos cuentan las expertas que debemos diferenciar entre dos tipos: con sustancia o comportamentales, es decir, sin sustancias.
- Adicciones con sustancias: las más comunes y frecuentes son el consumo de alcohol, el tabaco y la marihuana. Las dos primeras, nos dicen, “ son más accesibles al estar más aceptadas socialmente y poder adquirirlas en establecimientos legales , como los supermercados o los estancos”. En el caso de la marihuana, sin embargo, “el consumo está asociado al entorno social y depende de agentes externos que les permitan tener acceso a la sustancia”.
- Adicciones de comportamiento: las más comunes son las que se relacionan con las pantallas, “ como el uso del teléfono móvil, los videojuegos y un uso excesivo de Internet ”. En este último caso, nos explican, “se ha incrementado notablemente el número de adolescentes que empiezan a apostar dinero a través de diversas plataformas”.
En este último caso, aparece además, “la dificultad añadida de que al encontrarnos en un mundo digitalizado, el uso de estos dispositivos está muy asociado a la sociabilidad, a la gestión de recursos públicos y la propia educación; por tanto, en ocasiones, es difícil discriminar entre un uso abusivo o una adicción”.
La importancia de la información previa
Una de las cuestiones más importantes en el caso de las adicciones, es conseguir tener toda la información previa posible. Por eso, las expertas son rotundas: “por supuesto, la prevención es fundamental para evitar futuros problemas de este tipo en nuestros hijos”.
En el caso de las adicciones por sustancias, hay que hacerles entender, aunque nos cueste, “que se encuentran en una fase de desarrollo, por lo que, para ellos, no existe un uso moderado de una sustancia y que su consumo puede afectar a su organismo de manera muy significativa”. Es muy importante, “ inculcarles el valor que tiene decir ‘no’ ante la presión de grupo y el valor de unos hábitos de vida saludable”.
Sin embargo, para evitar las adicciones comportamentales (sin sustancias), “es imprescindible realizar una labor de educación en el uso adecuado de los dispositivos para evitar su aparición”. Y es que, al encontrarnos en un mundo tan digitalizado, no podemos evitar que los adolescentes hagan uso de este tipo de recursos, “a no ser que nos encontremos ante casos muy extremos que así lo requieran”.
1. Adicción al alcohol, ¿cómo puedo gestionarlo?
- Mantener la calma.
- Esclarecer cuáles es el contexto en el que se realiza este consumo, su frecuencia y el tipo de sustancia que ha ingerido.
Además, debemos indagar “ la posibilidad de que nuestro hijo adolescente se haya sentido presionado por el grupo para consumir alcohol ”. El conocimiento de la causa nos ayudará a enfocar la mejor forma de ayudarle, pues no es lo mismo que sea este el motivo que lo que busque sea evadirse de la realidad.
En el caso de que su frecuencia sea alta, el consumo elevado y no sepamos cómo abordarlo, “es necesario tomar medidas y que acudamos a un profesional que debería partir de las necesidades individuales del adolescentes, orientarlo (tanto a él como a los padres) en una correcta intervención y dotarlo de herramientas para evitar recaídas”.
2. Tabaquismo, hay que tomar conciencia y motivar el cambio
En este caso, nos cuentan las expertas, los dos primeros pasos deben ser:
- Tomar conciencia sobre la necesidad de abandonar este hábito.
- Establecernos metas que puedan motivar el cambio.
- Conocer el grado de dependencia, para orientar el tratamiento y superar la abstinencia al tabaco. “Si nos encontramos ante un caso de abstinencia alta, vamos a necesitar ayuda para superarla, ya que los síntomas se acusan tanto a nivel físico como emocional”.
Además, ambas nos explican que “no podemos encontrarnos en un momento de nuestra vida en el que existan muchos cambios alrededor o que sea una fase muy estresante”. Por último, en el caso del tabaco, “ contar con apoyo social o familiar va a actuar como un factor de protección ante una recaída ”.
3. Los problemas de drogadicción necesitan entornos controlados
En el caso de la drogadicción, es importante detectar el tipo de sustancia y la frecuencia con la que se consume. De esta forma, nos cuentan las expertas, “se puede establecer un buen tratamiento de desintoxicación”. Además, en el caso de las drogas, se requiere “medicación y un entorno muy controlado que puede ser, en la gran mayoría, un hospital”. Los síntomas del síndrome de abstinencia aquí son muy duros.
La ayuda psicológica profesional, por tanto, “es esencial y se ponen en marcha técnicas cognitivo-conductuales que previenen las recaídas , facilitando la identificación de los estímulos de riesgo que mantienen y promueven el consumo y las conductas de riesgo”.
4. Pantallas, nuevas tecnologías e Internet, ¿adicción o abuso?
Por último, es importante destacar el cada vez mayor uso de las nuevas tecnologías que puede conllevar una posible conducta abusiva. Para prevenirla, las expertas nos dicen que es “fundamental llevar a cabo la utilización de los aparatos en espacios comunes del hogar y estableciendo un tiempo determinado, nunca superior a las 2 horas”. Pero, ¿qué más podemos hacer?
- Fomentar la comunicación y la relación con los demás, así como otras actividades familiares.
- Potenciar nuevas aficiones en las que no se tenga que hacer uso de la tecnología, como la lectura, el deporte o actividades culturales.