Dar el pecho a un bebé es toda una experiencia, pero darlo a dos es una vivencia distinta. En este caso, no hablamos de gemelos o mellizos, sino de niños de distinta edad. En ocasiones, la madre se queda embarazada cuando aún da el pecho a su hijo. Entonces decide no destetar y seguir amamantándolo durante la gestación. Cuando nazca el hermano pequeño, la lactancia será para los dos. Es lo que se conoce como lactancia en tándem.
¿Cómo se organizan las tomas? ¿Es ventajoso para el recién nacido? ¿Qué supone para el hijo mayor? Son algunas de las dudas que suele generar esta modalidad de lactancia y que vamos a responder.
La subida de la leche en la lactancia en tándem
Cuando la madre da el pecho a un hijo mayor y a un bebé recién nacido puede surgir la preocupación de si el primero dejará sin leche al segundo. Pero es una inquietud infundada. De hecho, “la lactancia en tándem asegura una buena provisión de leche materna al haber más estimulación”, aclara Lorena Cuenca, enfermera de Pediatría, especializada en lactancia materna y sueño infantil y directora de Coalas, donde ofrecen asesoramiento especializado.
Se ha comprobado que, como la estimulación es doble, hay leche suficiente para los dos y, además, el pequeño recupera antes la pérdida de peso habitual tras el nacimiento.
“El bebé que comparte pecho con su hermano mayor suele ganar un 21% más de peso de lo que ganó su hermano en el mismo periodo”, resalta la experta. Un dato que corrobora que hay leche para los dos, puesto que la producción de la madre se adapta a la doble demanda.
Por otra parte, hay que destacar que el calostro, que es la primera leche para el recién nacido, repleta de defensas, la recibe el hermano pequeño sin problema. Es más, según apunta la especialista, el hecho de que los dos hermanos compartan el pecho de la madre hace que esta genere inmunidad ampliada para los dos.
Igualmente, las crisis de lactancia son mucho menos frecuentes cuando hay lactancia en tándem, quizá porque la estimulación por partida doble genera más leche para el bebé en crecimiento.
¿Cómo organizar las tomas de los dos?
El cuerpo humano es una maquinaria perfecta, y la lactancia materna es una buena prueba de ello. Cuando la madre amamanta en tándem, el reflejo de eyección de la leche, por la que esta sale con fuerza, no se produce cuando mama el hijo mayor y sí aparece cuando mama el hijo menor. “Normalmente, el hijo mayor se pondrá a lactar cuando lo haga el pequeño y de esta manera aprovechar el reflejo de eyección producido por el recién nacido”, destaca Lorena Cuenca (www.coalas.es).
Pero es que los entuertos tan característicos del posparto, tampoco aparecen si mama el mayor, pero sí hacen acto de presencia con el nuevo niño.
Lo habitual, especialmente cuando el bebé acaba de llegar a la familia, es que el hijo de más edad haga las mismas o más tomas incluso que el pequeño. Es, probablemente, una forma de tener la seguridad de que su madre sigue ahí disponible para él. Cuando la exigencia de los dos bebés es muy alta, la madre tendrá que poner límites al mayor para priorizar las tomas del recién nacido. Pero es una cuestión de cada familia y de cada madre y dependerá de lo demandantes que sean ambos niños y de cómo viva la madre esa situación.
¿Tiene ventajas para el hijo mayor?
Prolongar la lactancia del hijo mayor en el tiempo es una decisión de madre e hijo. También en el caso del amamantamiento en tándem ha de ser una determinación exclusivamente de ellos. Sin embargo, a veces durante el embarazo el mayor se desteta por sí mismo, puesto que la producción de leche disminuye.
En el caso de que siga mamando durante toda la gestación y luego continúe junto con su hermano, estos son algunos de los beneficios que puede tener para el mayor, según detalla la enfermera pediátrica:
- Se evitan o disminuyen los sentimientos de celos entre los hermanos.
- Se mantiene y se fomenta el vínculo afectivo con el hijo mayor.
- Se establece una relación especial entre los hermanos.
¿Qué supone para la madre?
“La lactancia en tándem no supone una fatiga física para la salud de la madre ni durante el embarazo, ya que baja la producción en esos nueve meses, ni tras el parto, ya que ayuda a la pronta recuperación con la doble succión, pues evita hemorragias y anemias posparto”, afirma Lorena Cuenca.
Sí puede suponer un sobreesfuerzo cuando la madre tiene que compatibilizar la doble lactancia con el trabajo. A esta dificultad se le suma el rechazo social que pueda recibir la lactancia en tándem, especialmente porque aún no está muy aceptada la lactancia prolongada.
En el caso de que se vea sobrecargada por la exigencia de los dos hijos y tenga sentimientos encontrados, deberá priorizar al pequeño.