Después de casi nueve meses de espera , se acerca el día del parto y las dudas se multiplican. No hace falta llegar al momento en sí para preguntarse si sabrás o no si te has puesto de parto, cómo será y si habrá complicaciones, además de la incertidumbre de qué pasará después . A veces, se las preguntamos sin problema a nuestro ginecólogo (bien hecho), pero otras muchas nos da vergüenza o preferimos informarnos por nuestra cuenta . Sin embargo, no solo los ginecólogo pueden ayudarte, también están ahí las matronas.
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Con algunas de ellas hemos querido hablar para que nos confiesen cuáles son las preguntas que más les asaltan a las futuras mamás en los últimas semanas de su embarazo. Tanto Pilar Olmedo, matrona en Atención Primaria SERMAS y una de las principales expertas de Juntos Siendo Padres, como Marina Carrasco Navarro, matrona de BluaU de Sanitas, y Paula Camarós Ruíz, matrona, IBCLC y CEO de Baby Suite, nos responden con sinceridad, cercanía y claridad.
¿Cómo saber si me he puesto de parto o no? ¿Me daré cuenta?
Aquí hay que haberse informado previamente, pero sí es otra de las cosas que preocupan y a la que las matronas suelen adelantarse. Por eso, Pilar Olmedo suele ser muy esquemática y plantearlo de la siguiente manera:
1. Si hay sangrado o dolor, hay que acudir al médico. “No te pongas a pensar si estás de parto o no”.
2. Si hay pérdida de líquido, primero pregúntate si es pis o flujo. Ten en cuenta que según llegas a término de tu embarazo, hay mayor cantidad de flujo y tiene una textura muy concreta. Si quieres asegurarte: lávate, sécate y ponte unas braguitas limpias. Comienza a moverte, con tareas del hogar por ejemplo y, transcurrida 1 hora y media, observa: si tus braguitas están secas, era pis o flujo, si no, puede ser líquido amniótico, estás de parto, vete al hospital.
3. Las contracciones, que plantean muchas dudas: a partir de la semana 37, aparecen de manera irregular, pero si ves que tienes 1 cada 5 minutos durante 2 horas, tienes que ir al hospital. Esta es la regla general.
4. Si el bebé ha dejado de moverse o se mueve menos. Esto es algo importante que, de observarse, también nos indica que debemos acudir al hospital. En este caso, come algo dulce si estás en casa y mira si tu bebé se mueve o, si estás en la calle, siéntate tranquilamente y pon las manos sobre la barriga.
¿Puedo saber si mi parto será natural o por cesárea?
Aquí, Paula Camarós nos advierte “que no podemos anteponernos a este suceso; de hecho, da igual cómo de preparada vaya una madre, si al final, se tiene que dar una cesárea, se dará”. Al final, como nos dice, “es una manera de salvar vidas”. Lo que “no está justificado bajo ningún caso es realizar cesáreas programadas que no tengan un motivo médico, ya que estamos hablando de una cirugía mayor”. Por tanto, la cesárea se dará y debe darse solo cuando sea “estrictamente necesaria”. Eso sí, “hay que garantizar y priorizar, en todo caso, que la cesárea sea humanizada y respetada para la madre”.
Y esto, ¿cuándo ocurre? Cuando tenemos que garantizar la salud materno-fetal o existen complicaciones importantes que nos impiden realizar un parto vaginal. Sin embargo, nos cuenta la matrona, cuando esto ocurre, “si la mujer llega empoderada, informada y con el suficiente conocimiento sobre ello, no habrá problemas”.
El parto, ¿duele mucho?
En primer lugar, nos dice Paula Camarós, “no debemos confundir la palabra dolor con la palabra sufrimiento”. Mientras el sufrimiento, dice la matrona, “tiene connotaciones negativas, el dolor se percibe diferente en cada persona, con una escala y un umbral distinto”. Así, “hay mujeres que lo perciben como un dolor de regla, mientras que otras empiezan con molestias mucho más intensas desde el principio”. La realidad es que todo va a depender de cada una de ellas, de la misma forma que hay partos de 4 horas y otros que se dilatan en el tiempo hasta las 35 horas. Lo importante, apunta la matrona, “es no poner el dolor en negativo, sino en positivo”. No debe darnos miedo.
Soy hipertensa, ¿tendré un parto normal?
En este caso, nos dice Marina Carrasco, “todo dependerá de tus controles de tensión y cómo afectan o no al tu bebé”. Por eso, “se deben hacer controles de tensión durante el embarazo, además de analíticas y ecografías de manera rutinaria, para comprobar que tu bebé tiene un desarrollo adecuado y que tú estás segura”. Si tu tensión se mantiene dentro de valores adecuados, “no hay ningún impedimento para que no puedas tener un parto vaginal”. Además, durante el propio parto, se controlará de nuevo la tensión y se monitorizará al bebé, para asegurarse de que todo está bien.
¿En qué casos se realiza una episiotomía? ¿Deben informarme antes de hacerla?
Una episiotomía es una incisión que se hace en el perinero (el tejido entre la abertura vaingal y el ano) durante el parto. Aunque el procedimiento era de rutina hace tiempo, ya no es el caso. La indicación de la episiotomía se realiza cuando hay un riesgo evidente de pérdida de bienestar fetal”, nos cuenta Marina Carrasco. De esta manera, “contribuimos a un expulsivo mucho más rápido”. No es necesaria para dar a luz, salvo en el caso de que exista esta sospecha.
La matrona, en este caso, afirma rotundamente que, “ por supuesto, deben informar a la futura madre sobre cualquier técnica que vayan a realizar ”. Así, obtener su consentimiento previo es obligatorio y fundamental para llevar a cabo cualquier práctica.
¿Puedo tener un desgarro durante el parto? ¿Hay alguna forma de prevenirlo?
Como nos confirma Paula Camarós, “sí que existe esta posibilidad”. La palabra desgarro, es verdad, nos asusta mucho, pero, por ejemplo, siempre será mejor que la episiotomía. De hecho, “los desgarros que se conocen como de Tipo 1 y Tipo 2, son fisiológicos, normales y frecuentes en un parto. Cicatrizan solos y bien, no hay que dar puntos por lo general, pero no se pueden prevenir”.
En el caso de los desgarros de Tipo 3 y Tipo 4, “sí que son un poco más traumáticos para la mujer, pero podemos prevenirlos” con las siguientes recomendaciones: pero que no se infectan.
- El masaje perineal, por ejemplo, está muy indicado.
- Fomentar el libre movimiento de la mujer durante la dilatación y el parto.
- Evitar dar a luz en posturas como una de las más típica, acostada con las piernas hacia arriba.
- En el parto en el agua, por ejemplo, los tejidos se “elastifican” más.
- Y, por último, la posibilidad de que las matronas asistan los partos de bajo riesgo. “Está demostrado que los que se asisten por el equipo de matronas tienen mejores resultados”.
Si el bebé tiene el cordón umbilical rodeando el cuello, ¿puedo tener un parto natural?
“Todo depende”, nos dice Marina Carrasco. Si tu bebé tiene una vuelta de cordón alrededor del cuello, “pero no afecta al flujo sanguíneo, si se podría tener un parto vaginal sin problema”. De nuevo, se irá monitorizando al propio bebé, comprobando que está bien durante todo el parto y, si no muestra signos de alteración, se puede seguir adelante.
¿Por qué hay tanto miedo a la epidural? ¿Es de verdad peligrosa?
En este punto, Paula Camarós nos dice que “en España se abusa mucho de la epidural, aún sabiendo los riesgos que conlleva”. Sin embargo, en la población en general no existe tanto ese miedo “como el del parto en sí, por falta de formación e información”. La matrona, que ha trabajado muchos años en el sistema sanitario británico, asegura que hay mucha diferencia en este sentido. “Allí, en vez de la epidural, se buscan otras alternativas para el dolor, se hace uso de la aromaterapia y de la reflexología, además de fomentar el movimiento libre de la mujer en los partos, se les deja que adopten la postura que quieran en una bañera, etc”.
Por ello, señala, “tenemos que evolucionar mucho en el sector de la obstetricia, porque no se inventó para los partos, sino para las cirugías”. Con su abuso, “rompemos los buenos resultados que teníamos estadísticamente hablando y nos parecemos a países como Estados Unidos, donde hay peores resultados y se abusa de ella”. Hay que pensar en la epidural, en estos casos, “como la primera piedra en esa cadena de intervenciones porque: puede bajar la tensión arterial, tenemos que buscar una vía para la medicación, las mujeres no sienten las piernas (y hay que colocar una sonda en la uretra), no pueden comer ni beber”. Habría que valorar mejor el riesgo-beneficio.
Tuve a mi primer hijo por cesárea, ¿el segundo será necesariamente por cesárea?
“No tiene por qué”, nos dice Marina Carrasco. El equipo médico será el que haga la valoración del caso concreto, para ver si la madre es buena candidata esta vez para un parto vaginal tras la cesárea. Dependerá del tipo de cicatriz que tengas, si han pasado al menos 18 meses de la cesárea anterior, si has tenido desgarro uterino previo, cuál fue el motivo de la cesárea previa o de si tienes antecedentes personales.
Así, nos cuenta la matrona, “ si han pasado al menos 18 meses de tu última cesárea, no has tenido desgarro uterino previo, tu cicatriz es apta, tu embarazo va bien y tu bebé está posicionado de manera adecuada, cabría la posibilidad de optar por un parto vaginal ”. Si es el caso, durante el parto, el equipo de matronas y ginecólogos irán monitorizando a tu bebé y tu cicatriz de la cesárea previa durante todo el parto, comprobando que todo va bien.
¿Mi vagina quedará igual que antes si tengo un parto natural?
La respuesta es, sintiéndolo mucho, que no. Es verdad que, como nos cuenta Pilar Olmedo, “su forma será muy similar, pero no completamente igual”. Y es que, no solo ha pasado por procesos fisiológicos, sino también hormonales muy importantes. Por muy elástico y flexible que sea el tejido que la compone, no podemos tratar de volver al estado inicial de una manera completa. Es una pregunta que, en realidad, nos dice la matrona, “no se plantean las futuras mamás, sino que lo hacen después, durante el postparto generalmente, cuando se ven todos los puntos”.
¿Cómo puedo evitar la depresión postparto?
Esta es una de las grandes preguntas que se plantean las futuras madres, pues les da mucho miedo esa depresión postparto de la que tanto se habla. Lo primero de todo, nos dice Pilar Olmedo, es que “se dejen ayudar”. Tenemos que tener claro que no somos superheroínas, “que necesitamos recuperarnos de muchas cosas: de un parto, de un postparto, de un embarazo, entramos de lleno en la lactancia y, además, queremos estar estupendas”. Vamos a tener que delegar. Y, para ello, es muy importante la preparación previa y la organización.
Es decir, “ cosas tan sencillas como dejar comida preparada , para no tener que preocuparnos de ello cuando el bebé demande nuestra atención plena”. Por eso, es vital priorizar: “la madre debe saber que lo esencial es recuperarse y dar de mamar al bebé, el resto de cuidados pueden ser atendidos por otros”. Así, mucha colaboración y pedir ayuda sin vergüenza.
Por último, existe también lo que se denomina maternity blues, que es “una mini depresión que dura apenas unos días y que van a sufrir la gran mayoría de las madres”. No hay que agobiarse, dejar que pase, “porque se va sola”.