Así lo confirma Celia Rodríguez, asesora experta en psicopedagogía de RUBIO, “la plastilina es un material moldeable y seguro para los más pequeños, que les permite hacer tareas sencillas como crear formas o juntar colores . Poco a poco, sin darse cuenta, adquieren fuerza, destreza y toda la agilidad necesaria en sus manos para hacer otro tipo de actividades, como es pintar sin salirse de las líneas o juntar bloques”. De ahí que sea un gran aliado para desarrollar la psicomotricidad fina de los niños.
Una capacidad que supone la coordinación de músculos, huesos y músculos, que debe estimularse desde una edad temprana y que favorece la plasticidad del cerebro, fundamental para su desarrollo en el futuro. Así, poco a poco, vamos consiguiendo movimientos más reducidos, precisos y concretos, para controlar y tener mayor destreza en manos y dedos. Gracias a esta asesora experta, te vamos a dar ideas para trabajarla de manera sencilla y divertida , con manualidades a base de plastilina.
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Reconocer colores, formas y objetos
Para los más pequeños, las actividades más sencillas. Hacer bolas, churros de plastilina e, incluso, un corazón o una casa. Te puedes ayudar de los cortapastas que tienes en la cocina para las galletas. De esta manera, aprenderán a trabajar con los dedos y la palma de la mano, identificando las figuras y cambiando de tamaño. Además, puedes pedirle que las agrupe por colores, por formas, etc.
¿Qué necesitas? Plastilina y alguna herramienta que te permita cortarla con seguridad.
Paso a paso: es sencillo; extiende la plastilina en una superficie lisa con un grosor de unos 3 mm y a crear figuras.
Mejorar la coordinación óculo-manual dando un paso más
Otro de los grandes beneficios es desarrollar la imaginación y la creatividad. Todo ello, a través de la estimulación del desarrollo sensorial que facilita el moldeo de la plastilina. Puedes pedirle que, a través de los churros que ha creado anteriormente, busque realizar otras formas que reconozca. Por ejemplo, un arcoíris.
¿Qué necesitas? Plastilina de los colores del arcoíris , de nuevo, y alguna herramienta que te permita cortarla con seguridad.
Paso a paso: haz un churro fino con cada uno de los colores y, sobre una superficie lisa, únelos como la imagen, formando el arcoíris. Si quieres decorarlo, hazlo con formas sencillas como unas nubes, un sol o unas estrellas.
Mejorar la coordinación óculo manual dando un paso más
La plastilina nos ayuda a mejorar la habilidad cognitiva compleja que nos permite realizar actividades en las que tenemos que utilizar, al mismo tiempo, ojos y manos. Una forma de potenciar y reforzar esta habilidad es trabajar con las manos diferentes figuras a través del amasado. Puedes hacerlo creando un jardín sobre una cartulina a partir de churritos finos. Se parte de ellos para imaginar otras formas.
¿Qué necesitas? Plastilina de colores variados y un folio o cartulina en blanco.
Paso a paso: haz churros finos y, a partir de ello, dale forma a tus flores; o bien enrollando los colores sobre sí mismos como en la imagen, creando círculos, y dejando los tallos en verde con diferentes longitudes. Pega las flores en un folio o cartulina, creando tu jardín.
Expresarse libremente y verlo como un juego
El juego fomenta la creatividad, expande la imaginación y más si hablamos de juego libre. Por eso, una vez nuestro hijo ya tenga cierta destreza y habilidad con la plastilina, podemos dejarle inventar o ir un poco más allá con el jardín anterior. Hacerlo en tres dimensiones, dejándole que cree, no solo flores (con sus pétalos de colores, sus tallos gorditos), sino árboles, pequeñas piedras, etc.
¿Qué necesitas? Plastilinas de diferentes colores, una cartulina mural para expandir todo tu jardín.
Paso a paso para las flores: haz pequeños círculos para los pétalos y una bolita en amarillo para unirlos. Tendrás que apretar bien, para evitar el uso de pegamento. Luego, con un churrito verde, más grueso que los anteriores, haz el tallo y pégalo, aplastando con los dedos, por detrás. Así, una detrás de otra.
Paso a paso para los árboles: aquí, partimos del tronco, con un churro bien gordo que soporte las ramas, que haremos en verde con churritos más ligeros. Lo mejor es hacer un abeto en forma triangular, como en la imagen. También podemos crear una valla con churritos marrones y cercar nuestro jardín. Hacer bolas pequeñas para formar piedras.
También podemos crear una valla con churritos marrones y cercar nuestro jardín. Hacer bolas pequeñas para formar piedras.
Plastilina de base, pero mezclar materiales
Podemos estimular sus habilidades motoras con otros materiales fáciles de trabajar, agradables al tacto y que nos permitan cierta transformación de la manualidad básica con plastilina. De esta forma, encontramos otras figuras y experimentamos con otras herramientas. Además, mejoramos así la capacidad de concentración y atención, pues ahora hay que ver que todo encaja. Os proponemos un gusano de colores con plastilina y pasta.
¿Qué necesitas? Plastilina de colores, una cartulina blanca sobre la que apoyarnos y pasta o legumbres, nos gustan las lentejas, las judías y los lazos de pasta.
Paso a paso: primero, hacemos formas circulares de diferentes tamaños y colores con la plastilina. Las ponemos, una detrás de otra, creando la figura del gusano. A continuación, colocamos dos judías como ojos, aplastando bien, las lentejas nos servirán para, una a una, crear la sonrisa y los lazos de pasta para los ojos y, por qué no, una bonita pajarita. O varias.
Un hipopótamo azul, animales o figuras en 3D
Crear formas por temáticas, una vez que ya tienen dominado todo lo anterior, es una buena forma de seguir trabajando la psicomotricidad. Así, podemos proponerles que hagan figuras un poco más difíciles, como pedirles que hagan las frutas que tenemos en la cocina o la ropa que tenemos en el armario. Así, asocian los colores con los elementos, reconocen los objetos de cada categoría y empiezan a trabajar el modelado en 3D. Quizás, algo más divertido, es darles como referencia un animal y que intenten recrearlo.
¿Qué necesitas? Plastilina de diferentes colores y, quizás, un poco de pegamento, por si se nos complica la unión entre las diferentes partes del animal.
Paso a paso: para el cuerpo de nuestro hipopótamo, vamos a crear una bola gruesa, pero no del todo circular, sino ovalada. Para la cabeza, lo mismo, pero de un tamaño más reducido. Para las patas, cuatro churros bien gruesos, que sostengan las figuras. Y, a partir de ahí, ojos y mucha sonrisa con otros colores. Incluso, puedes dibujarlo con alguna herramienta sobre la plastilina de base, pero es más divertida la primera opción.
Jugar con moldes, incluso reciclarlos
Por último, jugar con moldes -desde números a letras hasta, como en esta ocasión, unas cáscaras de nueces- puede ser una forma más de reforzar la fuerza en las manos de tus hijos. Además, aprenderán la importancia que tiene reciclar materiales. Para ello, vamos a crear unos barcos pequeños, pero que saben cómo surcar el mar.
¿Qué necesitas? Unas cáscaras de nueces, plastilina, una cartulina azul y otra de tu color favorito. Además, tantos palillos como barcos quieras, unas tijeras, pegamento y un lápiz para dibujar.
Paso a paso: La cartulina azul será tu base y hará de mar. Dibuja en las otras unos pequeños triángulos, que serán las velas de los barcos. Recórtalos. Las cáscaras de las nueces, bien limpias, serán la base de tu barco. Rellena su interior con la plastilina de colores. Pincha los palillos (tu mástil) con los triángulos pegados (las velas) en la plastilina.