La meningitis es la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Puede ser de origen vírico, que suele ser benigna y con consecuencias leves, pero también de origen bacteriano y, entonces, el peligro aumenta al desplazarse la infección al torrente sanguíneo y, por tanto, hacia todo el cuerpo . Es una enfermedad grave que progresa rápidamente y que rompe, literalmente, a las familias. Por eso, es fundamental contar con información y herramientas para intentar prevenir la enfermedad . No se puede de manera absoluta, pero sí en gran medida.
De ello hemos querido hablar con la Dra. Cristina Regojo, presidenta de la Asociación Española contra la Meningitis (AEM) y con el Dr. Federico Martinón, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. Según este último, “la prevención de la enfermedad meningocócica es tarea de todos: profesionales clínicos, administraciones públicas, pacientes y medios de comunicación”.
Así, aunque no se dispone de datos oficiales, el doctor nos confirma que “es la primera causa de infección grave en niños y adolescentes en Europa. Es más, el fallecimiento se produce aproximadamente en el 10% de los afectados, pero hasta un 20% de las personas que sobreviven quedan con minusvalías u otras secuelas graves”. Por ello, hemos querido preguntarles cuáles son los grupos más vulnerables, si existen síntomas que, como padres, podemos identificar para prevenirla y las formas de prevención.
Síntomas de alerta que pueden ayudar a los padres a detectarla
El reconocimiento precoz de síntomas es fundamental para diagnosticar y tratar esta enfermedad. Desgraciadamente, los primeros indicios generalmente se confunden con los síntomas que acompañan a otras enfermedades infecciosas banales , tales como fiebre, irritabilidad en los bebés, dolor de cabeza en los niños mayores, decaimiento, vómitos y rechazo de la alimentación.
Sin embargo, algunos síntomas pueden orientar hacia la enfermedad meningocócica antes de que aparezcan otras manifestaciones más específicas:
- Dolor en las piernas (aparecen hasta en un 35% de los niños).
- Pies y manos fríos o color pálido violáceo de la piel.
- Disminución del nivel de conciencia y convulsiones.
- Las petequias, pequeñas manchas de color rojo o morado que aparecen primero en el torso, pero que, en poco tiempo, se extienden por todo el cuerpo. Si al presionar las manchas con un vaso de cristal, estas no desaparecen, pueden ser petequias peligrosas y, por tanto, “es urgente acudir a un médico”.
Cualquiera de estos signos en un niño, con fiebre de causa desconocida, como nos cuenta la doctora, “es una llamada de atención sobre la posibilidad de que se esté iniciando una infección meningocócica”.
¿Cuáles son los grupos más vulnerables de esta enfermedad?
Cualquier persona puede contraer meningitis, pero los grupos de mayor riesgo se sitúan entre los niños menores de 5 años y los jóvenes de entre 15 y 24 años . Como afirma la Dra. Cristina Regojo, “no existe el riesgo 0, es decir, cualquier persona puede contraer la meningitis”. Sin embargo, sí que es cierto que existen tres picos de edad:
- Los lactantes menores de 5 meses.
- Los niños menores de 5 años.
- Los adolescentes en edad universitaria que comienzan a vivir en ambientes grupales.
Aunque “no sabemos por qué los bebés y los adolescentes son los grupos más vulnerables”, nos cuenta la doctora, “el desarrollo del sistema inmune en los infantes y el cambio de estilo de vida en los adolescentes parece tener mucho que ver”. De entre ellos, como afirma nuestra experta, “la meningitis reviste mayor gravedad en los menores de 1 año y en los adolescentes, donde puede llegar a tener una letalidad ligeramente superior de hasta un 15%”. Una cifra que, nos dice, “puede prevenirse”.
Cómo podemos prevenir la infección por meningitis
La meningitis, como nos dice rotunda la Dra. Cristina Regojo, “no es una lotería y puede prevenirse”. En este caso, “la vacunación es la mejor defensa. Las vacunas existentes ofrecen una excelente protección, aunque no puede prevenir todas las formas de la enfermedad ”. Además, también es importante:
- Mantener unos hábitos de higiene y de vida saludables que ayuden a nuestro sistema inmunitario.
- Evitar sustancias tóxicas como el tabaco, el alcohol y otras drogas es fundamental, pues debilitan nuestra protección natural ante los agentes externos.
Sin embargo, la vacunación y la investigación es fundamental, así como incluir dicha vacuna en el calendario por “motivos economicistas y de orden de prioridades”, nos cuenta la doctora. “No se trata de centrarnos en los datos epidemiológicos para justificar o no este gasto, sino de que la meningitis puede golpear a cualquiera y la incidencia es máxima, en tanto que se trata de una enfermedad prevenible”. Por eso, no se entiende que algo que hace tanto bien a la comunidad, como son las vacunas (este año, lo hemos aprendido especialmente), depende del bolsillo de cada uno.