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profesor particular© AdobeStock

¿Necesita mi hijo un profesor particular?

Cuando hay un fracaso escolar puntual o el niño tiene dificultad en alguna materia concreta los padres suelen valorar la posibilidad de contar con una ayuda académica en casa. ¿Qué ventajas puede tener esta opción y qué inconvenientes?


22 de abril de 2021 - 13:38 CEST

En España, las tasas de fracaso escolar son muy altas. Tomando como ejemplo el valor del abandono prematuro de los estudios, la tasa se eleva a un 16%, mientras que la media de la Unión Europea es del 10,2%, según los últimos datos disponibles.

Muchos alumnos tienen problemas para seguir con éxito las materias impartidas o van sumando suspensos en determinadas áreas. Una de las soluciones para muchos padres es contratar a un profesor particular para reforzar en casa esos conocimientos.

¿Cuáles son las dificultades académicas más frecuentes?

En el fracaso escolar hay un punto de partida, unas causas que son las que lo precipitan. Para Enrique Castillejo y Gómez, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogos y Psicopedagogos de España, los problemas más frecuentes tras unos malos resultados académicos son la falta de hábitos de trabajo y estudio, la falta de autodisciplina y no dominar determinados contenidos, en teoría sabidos y superados, y que hacen falta para avanzar en la materia.

Una vez que el estudiante se ve inmerso en estas situaciones es habitual que pueda  suspender una o varias asignaturas  y que, incluso, ponga en riesgo la promoción al curso siguiente.

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¿Cómo deben actuar los padres ante los problemas académicos?

Si hay fracaso escolar, Enrique Castillejo aporta un consejo claro: “Ante todo, calma y contar con profesionales y no aficionados”. Así, recomienda acudir a los equipos psicopedagógicos de Educación Infantil y Primaria y a los gabinetes de orientación en Educación Secundaria en el caso de problemas. Si el centro escolar no contara con estos servicios, su opción es acudir a un gabinete psicopedagógico, donde “le asesorarán profesionalmente de manera muy eficaz”.

En su opinión, hay que huir de los profesores particulares si no tienen la debida formación en la materia ni conocimientos pedagógicos. E insiste en “exigir la colegiación de los profesionales, pues es síntoma de supervisión y control”.

El apoyo de los centros educativos

Para el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogos y Psicopedagogos de España, “los centros educativos deben dar respuesta a todos los casos”. En este sentido, aboga por que haya “planes de inclusividad que se desarrollen en el mismo centro y durante las horas lectivas”. De esta manera, los alumnos que no dominaran alguna asignatura o que tuvieran dificultades serían atendidos en su colegio o instituto.

Si esto no fuera posible, insiste en “contar con pedagogos y psicopedagogos expertos en los diferentes gabinetes psicopedagógicos privados”.

¿Qué debe tener un profesor particular?

La decisión de contar con un profesor particular debe ser bien meditada. Debería tratarse, en todo caso, de una medida temporal para que el escolar no deje de esforzarse por sí mismo y siga responsabilizándose de su formación.

Si el niño tiene problemas académicos, lo primero es hablar con su centro escolar,  como señala Enrique Castillejo. Es importante descubrir la raíz del problema y llegar a ella para solventarla. 

“Enseñar no es fácil y mucho menos que aprendan”, destaca el experto. Por este motivo insiste en la necesidad de contar con profesionales titulados y colegiados cuando el niño necesita un refuerzo escolar en casa. “Entonces sí, los beneficios son máximos, porque el estudiante estará siendo tratado en aquello que le es deficitario para conformar las competencias necesarias para superar las barreras”, resalta.


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