Habitualmente, el parto se desencadena cuando el cuello del útero se borra y las contracciones van llevando al bebé hasta el canal del parto. Es un proceso natural que ocurre de manera espontánea, aunque algunas señales pueden avisar de que es más o menos inminente.
Sin embargo, en otras ocasiones, el parto se programa. Es lo que se conoce en términos médicos como parto inducido. ¿Qué características tiene?
¿Qué factores obligan a un parto programado?
Hay distintas circunstancias, tanto de la madre como del bebé, que obligan a fijar una fecha para el parto; es decir, para programarlo e inducirlo, sin esperar a que se presente de forma espontánea. Estas son, según detalla, el Dr. José Ángel Espinosa, ginecólogo del Hospital Universitario San Francisco de Asís de Madrid y director de su Unidad de Parto Afectivo:
1) Indicaciones maternas
Son todos los problemas de salud de la madre que pueden ser peligrosas tanto para ella como para su bebé. Entre otros:
- Preeclampsia.
- Hipertensión .
- Diabetes .
- Cardiopatías.
- Enfermedades reumatológicas.
- Afecciones del riñón.
2) Indicaciones fetales
Son aquellas que pueden comprometer el estado del feto dentro del vientre materno. Por ejemplo:
- Crecimiento intrauterino retardado.
- Crecimiento excesivo.
- Postmadurez (pasarse de cuentas un periodo de tiempo adaptado al riesgo obstétrico de cada embarazo).
3) Otras indicaciones
Se trata de “otras razones más personales de conveniencia de la madre y del profesional por diferentes factores”, explica el Dr. Espinosa. En este caso, el parto podría programarse para asegurar que el padre está presente, por cuestiones laborales, o para garantizar la asistencia del obstetra.
¿Cómo se realiza el proceso de inducción?
Hay dos maneras de llevar a cabo la inducción del parto, dependiendo del estado en que el proceso haya avanzado por sí mismo:
- “Si las condiciones del cuello del útero no son buenas, se comienza con prostaglandinas durante 24 horas, o también medios mecánicos, para pasar después al goteo oxitócico y la rotura de bolsa”, detalla el ginecólogo del Hospital Universitario San Francisco de Asís.
- “Si las condiciones del cuello son buenas, se puede proceder directamente al goteo y la rotura de la bolsa”, explica.
¿Tiene más complicaciones el parto inducido?
En general, el parto inducido va a ser más largo que el parto espontáneo. Además, la vivencia subjetiva de la mujer suele ser peor, por lo que debe concienciarse antes de que será un proceso prolongado en el que “tiene que colaborar con paciencia y buen ánimo para que el desenlace sea el mejor posible: una madre y un bebé sanos”, recomienda el Dr. Espinosa.
Los riesgos principales del parto inducido son la cesárea y el parto instrumentado (con ayuda de espátulas, fórceps...). Es así porque, según resalta el experto, se parte de un mayor porcentaje de cuellos de útero poco favorables y la duración va a ser mucho mayor.
Además, hay que tener en cuenta que “algunas de las razones médicas por las que se induce un parto aumentan de por sí el riesgo de cesárea: niños muy grandes o muy pequeños, preeclampsia, cardiopatías...”, destaca.