A Patricia Sañes la vida le ha cambiado, para bien, tras la llegada de Claudio: “Mi casa se ha convertido en hogar. Ahora cocinamos caliente (risas) y tenemos flores siempre”. Tan sonriente y derrochando el “estilazo” que la caracteriza, Patricia nos recibe en su casa de Barcelona y pasamos un día con ella y su pequeño Claudio, un futuro trendesetter de ojos azules.
“Me encantaría poder dar un hermano a Claudio. Siempre he querido tener una niña, pero ahora no sé si prefiero tener un segundo niño para que pueda tener la misma afinidad que yo tengo con mi hermana Andrea”
-Patricia te vemos fenomenal y Claudio no tiene ni un año, ¿cómo te has recuperado?
-Me cuidé mucho durante el embarazo. Hice ejercicios de fuerza hasta el séptimo mes y tuve dos antojos que jugaron a mi favor: brócoli y espinacas. Después de dar a luz he seguido cuidando mi alimentación y he retomado el deporte tres días a la semana, aunque no me aconsejaron volver a correr hasta seis meses después del parto.
-Tienes una relación fantástica con tu hermana, ¿te gustaría darle a Claudio un hermano?
-Me encantaría. Siempre he querido tener una niña, pero ahora no sé si prefiero tener un segundo niño para que Claudio pueda tener la misma afinidad que yo tengo con mi hermana Andrea.
“Mi vida después de ser madre ha cambiado radicalmente. Vivo con un chute de felicidad diaria que antes no tenía“
-¿Ha cambiado mucho tu vida después de haber sido madre?
-Radicalmente. Tengo el sueño más ligero, me despierto con él entre las sábanas -mi marido me lo trae a la cama después de darle de desayunar-, paseo como nunca lo había hecho antes, viajo menos debido a la pandemia -pero sé que con un bebé tampoco viajaría como antes- y mi casa se ha convertido en hogar. Con la llegada de Claudio ahora cocinamos caliente (risas) y tenemos flores siempre. También vivo con un chute de felicidad diaria que antes no tenía.
-¿Echas de menos algo que ahora ya no tengas?
-Echo de menos mi independencia e improvisar. Antes podía escaparme un fin de semana sin planificarlo.
-Cuéntanos tu experiencia de la maternidad.
-Es la vivencia más radical, intensa y delicada que he vivido. He sentido amor, miedo, inseguridad, satisfacción, angustia, felicidad… Ha supuesto un mix de sentimientos encontrados con los que no siempre ha sido fácil convivir, pero, al final, ser madre compensa con creces.
-¿Qué es lo que te ha enseñado la maternidad?
-A no juzgar a otras madres. Es algo muy íntimo y personal.
-¿Qué valores te han enseñado que te gustaría transmitir a tu hijo?
-Humildad, alegría y generosidad.
“Mi primera noche sin Claudio, reconozco que la disfruté porque estaba en un viaje de trabajo con mi hermana. Es importante no perder de vista que además de madre, soy mujer, hija, hermana, amiga, profesional…”
-Por tu trabajo te toca viajar mucho, ¿cómo fue la primera noche que pasaste sin Claudio?
-Reconozco que la disfruté porque estaba en un viaje de trabajo con mi hermana, y un paréntesis de chicas y moda nunca viene mal, ¡y más en tiempos de pandemia! Para mí es importante no perder de vista que además de madre soy mujer, hija, hermana, amiga, profesional…
-¿Cómo te definirías como madre?
-Risueña, cariñosa y, quizá, un poco blanda. Tendré que ponerme las pilas cuando Claudio empiece a querer torearme…
“Mi casa es un claro reflejo de mi personalidad: divertida, contradictoria, expansiva y un tanto excéntrica; igual que mi forma de vestir”
-Además, nos recibes en tu casa, ¿moda y decoración van de la mano?
-Sí. Son el lenguaje que hablamos todos. Mi casa es un reflejo de mi personalidad: divertida, contradictoria, expansiva y un tanto excéntrica; igual que mi forma de vestir.
-¿En qué te inspiraste a la hora de decorar la habitación de Claudio?
-No quería una habitación infantil al uso. Confié mucho en mi instinto y en el criterio de Susana, de la tienda Peek&Pack, que me ayudó a dar con el papel pintado más loco y divertido que he visto nunca.
-Por último, ¿qué tips darías para tener una casa decorada a la última, pero adaptada y compatible con niños?
-Por ahora me resisto a hacer grandes cambios en casa, aunque hay más gadgets infantiles en el salón y he improvisado un cuarto de jugar. Supongo que cuando Claudio sea más autosuficiente tendremos que delimitar las zonas de la casa por donde pueda jugar y por las que no.