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beb durmiendo con un dud © AdobeStock

Bebés

Estos son los beneficios de que tu hijo tenga un dudú

Tranquilizan y calman la ansiedad del bebé. Este es el primero de los motivos por los que este pequeño peluche puede hacer mucho por tu descanso (y el suyo)


Actualizado 8 de julio de 2021 - 12:37 CEST

Pregúntale a un  bebé  cómo quiere irse a dormir. Si pudiese hablar,  te diría que lo de irse a dormir no es lo que más le gusta  (aunque luego pasan horas y horas haciéndolo), pero que si pudiese elegir sería siempre contigo. Pregúntaselo a un niño que ya es capaz de hacerte ver que, si es acompañado por papá y mamá, mejor. Y es que  muchos de los terrores nocturnos o ansiedad de nuestros hijos pequeños a la hora de irse a la cama derivan de esa sensación de falta de apego . Y aquí es donde entra el dudú.

Son peluches para bebés, con forma de mantita pequeña y tacto muy suave (sus formas son variadísimas), que se convierten en lo que se conoce como objeto de apego y que les ayuda,   no solo a conciliar el sueño , sino también a sentirse reconfortados cuando se sienten lejos de su zona de seguridad. Es decir, los brazos de papá y mamá. Les hace estar más calentitos, apoyan su cabeza sobre ellos, le acarician y reciben por su parte una sensación de calma y tranquilidad.

Su misión es, precisamente, la de satisfacer su necesidad de proximidad, contacto y calor. Por eso, mientras lo veas como un objeto de transición, los beneficios compensan su búsqueda. Pero, como recalca el Dr. Fernando Sánchez Perales, director médico y pediatra en el Hospital Vithas Madrid La Milagrosa, “debe ser, en todo caso, un objeto transicional, como se denomina en el mundo de la psicología”.

¿Qué es un dudú?

Un dudú (o doudou, pues la palabra proviene del francés) es un objeto en el que el niño deposita su apego. Por eso, también es llamado muñeco de apego. Suele ser precisamente eso, un peluche o muñeco de trapo, con diferentes formas (los animales son los personajes más comunes) pero con tres características clave:

  1. Su textura debe ser suave.
  2. Su material ha de retener los olores.
  3. Debe tener una parte que parezca una pequeña manta.

En definitiva, es un objeto reconfortante para el bebé que puede acabar por convertirse en un indispensable hasta, más o menos, los 6 años de edad. En algunas guarderías, incluso, te piden que lo lleves con él, para que se sienta bien cuando vean que sus padres le dejan en ella, para que cuando duerman descansen y se sientan como en casa. Sin embargo, como afirma el doctor, “no debe convertirse en un objeto imprescindible ni obligatorio y el bebé debe tomarlo de forma espontánea”.

Bebé en la cuna con un dudú.© Kaloo

Ventajas de que los más pequeños tengan su propio dudú

Podemos decir que un dudú es un juguete que sabe cómo satisfacer las necesidades más primarias del bebé,  como hace el propio chupete . De esta forma:

  • Nos ayuda a calmar y tranquilizar al bebé, sin esa succión constante que realiza con el chupete.
  • Les da  seguridad ante situaciones nuevas. Les reconforta en situaciones que no comprenden y les alivia de ese sentimiento.
  • Al ser suave, agradable y conservar los olores que le son familiares, reduce su ansiedad. Sobre todo, si no estamos cerca.
  • Cuando sale de paseo, se lleva con él un pedazo de hogar.
  • Te puede servir de ayuda cuando se produce el destete o le cambias de tu habitación a la suya propia.  Cuando se acaba el colecho .
  • Y a dormir.  Si se lo ponemos desde pequeños cerca cuando va a dormir, pueden llegar a asociarlo directamente con la hora de irse a la cama . Es más, Elena Blanco y Gonzalo Oroño, en su libro Dos pediatras en casa (Zenith), aseguran que “el chupete o un objeto de apego, como es el dudú, puede ayudar a los niños a conciliar el sueño”.

¿Cómo elegir el mejor dudú para mi hijo?

Hay que tener en cuenta un apunte, como nos afirma el doctor: “con los bebés menores de seis meses, debemos tener cuidado, porque recomendamos que duerman boca arriba, en superficies planas y sin exceso de abrigo u objetos que puedan producir asfixia  para evitar el síndrome de la muerte súbita del lactante ”. Por ello, hay que tener cuidado a la hora de elegirlo y de colocarlo en su cuna.

Los dudús que nos ofrecen en el mercado son muy variados en cuanto a su forma. Pero debes tener en cuenta tres cosas a la hora de elegir el mejor para tu hijo:

  1. Deben tener un tamaño que nos permita guardarlo fácilmente. Ten en cuenta que tu hijo, seguramente, te lo pida en cualquier momento. En la calle o en casa de tus padres.
  2. Aunque no pienses en ello, busca un material que sea fácilmente lavable. Ten en cuenta que lo llevará a todas partes y se lo llevará a la boca. Con lo que cuanto más limpio, mejor. ¿Un consejo? Compra dos iguales.
  3. Ahora, lo más importante es que sea seguro. Es un producto de puericultura, por lo que no debe tener elementos con los que se puede atragantar, como ojos o botones, o etiquetas. En ese caso, quítaselos.

No desesperes en su búsqueda, en algunas ocasiones, será necesario que pruebes con varios hasta conseguir dar con el que relaja a tu bebé y con el que consigue ganar apego. No siempre funciona a la primera.

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