Se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida y se debe -en gran parte- a la maravillosa familia que ha formado con su marido, el empresario argentino Marcelo Berenstein. Junto a sus dos hijos, Noah -de seis años- y Ada -de tres-, posa en este reportaje y descubrimos a una Vega Royo-Villanova auténtica, toda una madraza, y a sus hijos, que son pura alegría.
-Vega, ahora que tus hijos van creciendo, ¿cómo describirías la experiencia de ser madre?
-Imagino que, como a todas las madres, este viaje nos parece el más milagroso, enriquecedor y didáctico de nuestra vida. Los niños te humanizan, te enseñan a vivir el presente, a reconectar con tu ‘niño’ interior, te hacen más humilde y sencilla, pero, sobre todo, dejas de darte tanta importancia. Su felicidad está por encima de todo.
-¿Lo más importante que una madre le puede dar a sus hijos?
-Su presencia. Su ejemplo. El estar ahí, día a día, ofreciendo su amor y sacrificio. He tenido mucha suerte de haber podido estar en casa con ellos regalándoles todo mi tiempo. Toda mi vida.
-¿Qué recuerdos guardas de tu infancia?
-Los fines de semana en la finca de mi padre trepando encinas y rodeada de ganado y naturaleza. Los veranos en el norte, en casa de mi abuela, lo bien que se comía, lo bien que lo pasábamos siempre y a mis amigas del colegio, a quienes sigo queriendo con toda mi alma.
-Y, ¿cómo quieres que sea la de tus hijos?
-Ojalá sea muy parecida. Sencilla, sana, alegre y rodeada de amor.
-Noah y Ada, dos nombres poco usuales. ¿Tienen algún significado?
-Marcelo y yo solemos estar muy de acuerdo en casi todo, al menos en las decisiones importantes, y con los nombres fue igual. Queríamos que fueran originales, cortos y fáciles de pronunciar en cualquier idioma. Queríamos que fueran nombres nuevos y libres, es decir, que no llegaran a este mundo ya con el peso de la imagen o el legado de algún ancestro. No le dimos más vueltas y Noah y Ada cumplen los requisitos.
-¿A quienes se parecen físicamente?
-Es difícil de definir porque ambos tienen mucha mezcla. Quizás Noah es más yo y Ada es más la familia polaca de Marcelo.
-¿Y de forma de ser? ¿Cómo es cada uno?
-Noah es un alma noble. Es muy honrado, cariñoso y sensible con el mundo que le rodea. Le encanta el deporte, sobre todo el golf y la hípica. Es muy aplicado en el colegio y, como a su padre, le fascinan las matemáticas. Noah padece de ‘mamitis’ aguda y yo, claro, me derrito. Es un ángel. Ada es más independiente. Es extremadamente inteligente y observadora. Tiene adoración absoluta por su padre. Es una amante acérrima de la naturaleza y de los animales. Es muy graciosa, nos hace reír continuamente.
-Nos recibes en las habitaciones de tus hijos. ¿Te gusta la decoración?
-La decoración me tiene embaucada. Nunca paro de decorar una casa, siempre cambio algo de sitio o compro algo nuevo, aunque sea insignificante. Para sus dormitorios delegué por completo en Piccolo Mondo, porque te facilitan mucho la vida y todo lo que tienen es precioso. Además, se adaptan a la perfección a tu gusto y presupuesto.
-¿Qué no puede faltar en un dormitorio infantil?
-Mucha luz, peluches, una librería y cajones, armarios y cestas para tenerlo todo bien ordenado. En casa somos maniáticos del orden.
-¿Lo que más te gusta del cuarto de Noah?
-Para las paredes del dormitorio de Noah me aconsejaron mezclar dos papeles de pared distintos. Así, tres paredes son de un papel de rayas azules de Ralph Lauren y otra es diferente, pero en los mismos tonos. Acertaron de lleno.
-¿Y del de Ada?
-¡El cuarto de Ada es mi preferido! Es difícil elegir, pero, quizás, la cama-casa que en Piccolo Mondo nos diseñaron e hicieron a medida. Cuando mi hija la vio y entró por primera vez, casi se desmaya de alegría. También, el papel de la pared con ardillas y conejos estilo campestre es un sueño hecho realidad.
-Y a la hora de vestirlos, ¿cómo te definirías?
-Tradicional. Como dice siempre mi madre con orgullo: “Como se nota que son niños de Bilbao”. Con eso lo digo todo, ¿no?
-¿Cómo os gusta disfrutar del tiempo libre?
-En la naturaleza, al aire libre y en familia.
-Y, por último…, ¿os animáis a ampliar la familia?
-Que sea lo que Dios quiera, como siempre.
Decorando mi casita
Muebles de madera para que disfruten al aire libre o complementos de decoración, protagonizados por plantas y animales, para sus dormitorios. Les trasladamos la naturaleza a sus cuartos, para que sientan que el campo los rodea.