La fecundación del óvulo por el espermatozoide se produce en una de las trompas de Falopio. Desde ahí, el óvulo fecundado inicia un viaje hasta el útero, donde se implantará y comenzará a crecer. Sin embargo, en ese proceso, hay veces que ocurre algún fallo y el óvulo queda adherido a alguna otra parte del cuerpo de la madre.
En la mayoría de los casos, en los embarazos ectópicos, el óvulo fecundado se sitúa en las trompas de Falopio. En otros casos mucho menos frecuentes se desplaza hasta un ovario o hasta el cuello del útero o a alguna zona de la cavidad abdominal.
¿Cuáles son los factores de riesgo para un embarazo ectópico?
Hay más riesgo de embarazo ectópico, también conocido como embarazo extrauterino o embarazo tubárico (cuando se implanta en las trompas de Falopio), cuando se dan las siguientes circunstancias:
- Enfermedades previas de la madre que hayan ocasionado la obstrucción total o parcial de las trompas, como en el caso de la endometriosis .
- Enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea.
- Infecciones en la cavidad abdominal, como las apendicitis y las peritonitis.
- Cirugía previa en la zona, como un legrado por un aborto o una ligadura de trompas .
- Utilizar un DIU (si la mujer se queda embarazada con un dispositivo intrauterino, hay más posibilidades de que sea un embarazo ectópico).
- Ser fumadora habitual.
- Ser mayor de 35 años.
- Algunos tratamientos de reproducción asistida.
Cuando ha habido un embarazo ectópico, la mujer tiene más probabilidades de que se presente en una nueva gestación. “Se puede repetir en el caso de que se quede embarazada antes de saber si la otra trompa está obstruida parcialmente, porque si lo estuviera totalmente no habría posibilidad de nuevo embarazo”, indica el Dr. Juan Vidal Peláez, jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional.
¿Es viable el embarazo ectópico?
El embarazo ectópico no es viable para el niño porque se desarrolla fuera del entorno donde el cuerpo de su madre le va a suministrar todo lo que necesita. Hay muy pocos casos descritos en que un embarazo de este tipo ha llegado a buen término. Habitualmente no sobrepasa el primer trimestre y, en algunos casos, se prolonga hasta el segundo.
Este tipo de gestación puede llegar a ser fatal para la mujer porque se acaba rompiendo la trompa, provocando una gran hemorragia interna que pone en serio peligro su vida.
“Si el diagnóstico de embarazo ectópico se hace cuando la trompa ya se ha roto, hay que proceder a un tratamiento quirúrgico con laparoscopia y, en muchas ocasiones, hay que transfundir sangre por la hemorragia tan intensa que se puede producir”, alerta el especialista del Hospital Ruber Internacional.
Pero puede haber más consecuencias, como la imposibilidad para ser madre de nuevo. “Se origina una esterilidad al perder una trompa y poder afectarse la otra, como consecuencia del proceso quirúrgico”, aclara el Dr. Vidal.
Cómo saber que hay un embarazo ectópico
Al principio, el embarazo ectópico no produce síntomas. La mujer tiene un test positivo y las semanas comienzan a pasar. Así, “muchas veces el primer síntoma es un dolor agudo que es consecuencia de la rotura de la trompa y que obliga a la paciente a acudir al Servicio de Urgencias de un hospital”, advierte el ginecólogo.
Se trata de un dolor muy intenso en la parte baja de la pelvis, que puede acompañarse de sangrado y también de sensación de desmayo, aturdimiento, presión en el recto y dolor en el hombro. Es una emergencia y hay que acudir cuanto antes a un centro médico.
Para prevenir el embarazo ectópico, el Dr. Juan Vidal Peláez recomienda llevar a cabo una consulta prenatal “en la que se valore mediante ecografías y radiografías de contraste la absoluta normalidad de las trompas”. Si hubiera obstrucción de las mismas de forma total o parcial, habría que recurrir a la fecundación in vitro para buscar al bebé.