Proteger adolescentes odio redes sociales
El 38% de los adolescentes y jóvenes han sido testigos de ataques de odio en sus redes sociales o en Internet; y un 10% de ellos han participado activamente. Son datos del estudio “Romper cadenas de odio, tejer redes de apoyo: Los y las jóvenes ante los discursos de odio en la red”.
Se trata de una investigación llevada a cabo por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad y la app ”No More Haters”, que cuenta con el apoyo de Google.org y Maldita.es. Su objetivo es sensibilizar y formar a adolescentes y jóvenes de entre 14 y 29 años para que sean capaces de identificar y manejar los discursos de odio a los que se enfretan habitualmente en el mundo virtual.
¿Cómo afecta a un adolescente, en pleno desarrollo emocional, exponerse a estos mensajes que atacan a ciertas personas o colectivos?
¿Cómo son los mensajes de odio en Internet?
“Las redes sociales e Internet son un buen caldo de cultivo para el discurso del odio”, explica Beatriz Martín Padura, directora general de Fad. Las razones están en el anonimato que ofrece la red, la mayor distancia que se genera con respecto a la víctima y la facilidad para que los contenidos se viralicen.
Pero, además, según resalta la experta, “en el mundo online se confunde más qué es una broma, qué es libertad de expresión y qué es un mensaje o un delito de odio”. Por eso hay que enseñar a los adolescentes que siempre que haya una intención de herir al receptor y este pueda sentir miedo o humillación estamos ante un mensaje de odio.
¿De qué manera les afectan a los adolescentes los mensajes de odio?
Los adolescentes saben que los mensajes de odio discriminan y suponen un abuso con respecto a las personas contra las que se ejercen. Y tienen claro por qué se producen. Así, en el citado estudio de Fad hablan de causas como la ignorancia, la incapacidad para el debate, la falta de contacto, malas experiencias, la inmadurez, el aburrimiento, complejos de inferioridad , la asimilación de conductas y códigos nocivos y la necesidad de llamar la atención.
Estos discursos de odio impactan también en gran manera en sus espectadores. “Los adolescentes que los presencian sienten miedo y angustia y no saben cómo actuar, se sienten confusos”, detalla la directora general de Fad. Entre todos estos sentimientos, el más predominante es el miedo. Los adolescentes temen que todo eso pueda hacerse realidad y traspasar la pantalla.
¿Qué colectivos concentran los mensajes de odio?
Las personas que actualmente concentran la mayoría de los mensajes de odio son los inmigrantes, el colectivo LGTBI y las activistas del feminismo .
Según se cita en el estudio, los adolescentes y los jóvenes tienen claro que es conveniente no entrar en discusiones en las redes ante estos mensajes de odio para no retroalimentarlos y darles mayor difusión. Sin embargo, se sienten un poco desprotegidos, como si Internet fuese una “ciudad sin ley”.
Con respecto a las denuncias, los jóvenes consultados manifiestan la necesidad de denunciar, pero entienden a quienes guardan silencio antes estos mensajes de odio por miedo a empeorar la situación y por la sensación de desprotección e impotencia.
El peligro de generalizar estos mensajes
“Los mensajes de odio no son ningún juego, son muy dañinos para toda la sociedad”, advierte Beatriz Martín Padura. “El odio genera odio y puede poner en riesgo una convivencia en sociedades cada vez más diversas ; puede mover a gente a hacer cosas sin sentido”, destaca.
Cuando se generalizan y normalizan este tipo de discursos, los adolescentes pueden generar un odio oculto o de ”baja intensidad”, que puede ser la semilla para posiciones más extremistas en un futuro.
Pautas para actuar ante los mensajes de odio
Las víctimas de los mensajes de odio en redes tienen algunas armas para poder protegese, pero el escenario necesita de mayor regulación y protocolos estandarizados de actuación.
Una de las pautas más utilizadas entre los jóvenes que sufren o son espectadores de mensajes de odio es la del bloqueo en las redes sociales. Además, es importante buscar el apoyo tanto grupal (de alguna asociación) como personal en el entorno más cercano. Si está dentro de los casos contemplados por la ley, cabe la posibilidad de denunciar legalmente.
En el caso de que sea el propio hijo el que ejerce el odio con sus mensajes sobre otros, la recomendación es intentar entender cuál es la situación que le ha llevado hasta ahí, y una vez descubierta la causa, trabajar sobre ella para que esos comportamientos no se vuelvan a repetir.
Cómo prevenir los mensajes de odio en las redes sociales
Al igual que sucede con otras conductas de riesgo que pueden tener una influencia negativa sobre el desarrollo del adolescente, lo mejor es prevenir.
Para evitar la emisión y propagación de este tipo de mensajes de odio habría cuatro puntos claves, según detalla Beatriz Martín Padura.
1. Prevención en casa y en la escuela. Los prejuicios no se deben perpetuar en estos ámbitos. Igualmente, es necesario que al niño y al adolescente se le dote de un buen control emocional, de empatía y de capacidad de análisis, que contribuyen a no intervenir en estos discursos de odio.
2. Normas claras y protocolos de denuncia. Los adolescentes y los jóvenes necesitan saber qué dice la ley y cómo pueden enfrentarse con garantías a estos mensajes de odio.
3. Resposabilidad social. El problema de los mensajes de odio no se puede dejar en el ámbito personal. Hay que actuar colectivamente para que tanto las víctimas como los espectadores estén en sintonía para acabar con ellos.
4. Sensibilización. Se trata de un problema serio que hay que saber identificar bien y para el que hay que formarse (https:/nomorehaters.es/).