La edad media del inicio de la menopausia se sitúa, en España, en torno a los 50 años. En otros países, como Estados Unidos, se retrasa un poco. Sin embargo, esta puede adelantarse hasta los 45 y, en principio, entraría dentro de los parámetros normales. Pero si nuestra menstruación se retira antes de esta franja, podríamos estar ante lo que se conoce como menopausia precoz o fallo ovárico prematuro .
En España, 1 de cada 100 mujeres menores de 40 años padece este fallo ovárico prematuro (POI, por sus siglas en inglés) y su diagnóstico suele provocar depresión y ansiedad. La razón no es otra que aquellas que lo padecen ven cómo se les priva de la opción de concebir un bebé con sus propios óvulos , por el simple hecho de que no los producen. ¿Se pueden quedar embarazadas? Sí, pero necesitan de la donación de ovocitos o someterse a una técnica nueva y esperanzadora.
¿Qué es el fallo ovárico prematuro?
Se trata de un trastorno en el órgano reproductor femenino que ocurre cuando los ovarios dejan de producir óvulos. Es decir, los niveles de estrógenos (la hormona encargada de controlar nuestro ciclo menstrual ) se quedan bajo mínimos y provocan una menopausia precoz. Su diagnóstico necesitará siempre de la falta de período de, al menos, 12 meses y, sí o sí, ser menor de 40 años.
Para la Dra. Sonia Herráiz, investigadora de la Fundación IVI-IIS, que acaba de publicar un estudio referido al tema en la prestigiosa revista científica American Journal of Obstretics and Gynecology, “a nivel reproductivo, este cese de actividad de los ovarios prematuramente es uno de los peores escenarios que podemos encontrar, ya que este perfil de pacientes ni siquiera menstrua”. Con ella hemos querido hablar de causas, síntomas y posibles tratamientos.
Causas y síntomas del fallo ovárico prematuro
Si le preguntamos a la Dra. Herráiz, asegura que “el fallo ovárico prematuro es una patología con causas muy diversas y, en ocasiones, desconocidas”. Aunque muchas veces no se puede determinar una causa exacta, sí que se barajan algunas de ellas:
- Ciertas mutaciones genéticas, como el síndrome del X frágil o una premutación de los receptores del FSH.
- Puede ser una consecuencia de una cirugía ovárica o de tratamientos oncológicos, tanto por quimioterapia o radioterapia.
- Factores relacionados con el estilo de vida, como fumar (el tabaco tiene efectos antiestrogénicos) o un Índice de Masa Corporal (IMC) elevado, una dieta vegetariana o la falta de ejercicio físico y una gran falta de exposición solar.
- Algunas enfermedades autoinmunes , como la enfermedad de la tiroides o una artritis reumatoide. La inflamación asociada a esta enfermedad podría afectar a los ovarios.
- Si no existe una razón médica evidente, podríamos estar ante una causa hereditaria. Muchos expertos consideran que este trastorno tiene una fuerte carga genética.
Por su parte, el principal síntoma de que existe un fallo ovárico prematuro es, lógicamente, la desaparición de la ovulación y, por tanto, de la menstruación. Es el más llamativo de todos. Y siempre que esto ocurra antes de los 40 años. Junto a ello se presentan los mismos síntomas de la menopausia: sofocos, irritabilidad, insomnio, sequedad vaginal o disminución de la líbido . Es decir, los síntomas relacionados con una escasa presencia de estrógenos en nuestro organismo.
Tratamientos para el fallo ovárico prematuro
Cuando te dicen que puedes estar sufriendo un fallo ovárico prematuro, la primera pregunta que te haces es ¿puedo quedarme embarazada? Y es normal. La respuesta es sí, pero deben darse dos factores:
- El fallo ovárico ha de ser espontáneo.
- El cariotipo debe permanecer normal, esto es, en una mujer: cromosomas XX.
En este caso, el ovario puede permanecer aún activo y sí sería posible quedarse embarazada con los propios óvulos, pero solo ocurre entre un 5-10% de las mujeres con este problema. Las demás, tienen que recurrir a otros tratamientos como son:
- La fecundación in vitro (FIV) con óvulos de donantes . Como Herráiz nos confirma, “hasta la fecha, es la única vía que se considera práctica en este sentido: la donación de ovocitos o embriones. Aunque se ha demostrado que en sus ovarios pueden quedar óvulos durmientes o folículos aún con posibilidades, es muy difícil acceder a ellos. Es más, la tasa de gestación espontánea se reduce en estas mujeres a un 4%, una tasa muy baja”.
- Dentro de las últimas investigaciones, se ha dado con un proceso de activación ovárica que permitiría la gestación con óvulos propios y que ya está en fase de ensayo: recibe el nombre de 4-step ASCOT. En este sentido, como nos explica la Dra. Herráiz, “se debe producir primero una movilización de células madre enriquecidas con factores de crecimiento, a través de un procedimiento estándar (parecido al que siguen los donantes sanos de médula ósea) para regenerar los ovarios”. Se realiza con la propia sangre de la paciente -con lo que se evitan problemas de compatibilidad-, en dos pasos: uno interno al propio ovario y otro externo.