¿Sabes cómo hacer huevos de Pascua de colores?

Para poder realizar esta sencilla manualidad necesitas, al menos, una docena de huevos. No tienen porqué ser de un gran tamaño, al final, no te los vas a comer. Lo único que sí que te recomendamos es que, si es posible, sean huevos blancos, para que los colores queden más vivos y no cambien de tono al aplicarles la pintura. Si no, no pasa nada.

Una vez los tengas, el paso previo antes de ponerte a pintar es preparar los huevos para evitar que se rompan. No se trabajan crudos. Y tienes dos opciones:

1. Hervir los huevos hasta que queden bien duros. En este caso, ten en cuenta que será una manualidad temporal, no podrás guardarlos para siempre.

2. Vaciar su interior estando crudos, lo que te permitirá guardarlos de un año para otro. Si has elegido la primera opción, cuece los huevos hasta que estén duros (8-10 minutos), déjalos enfriar y sécalos con papel de cocina. Ya estarán listos para ser decorados.

Si has elegido la segunda opción:

1. Con un palillo haz dos agujeros en cada uno de los extremos del huevo. Tienes que tener mucho cuidado para que no se rompa la cáscara. Si lo prefieres, puedes hacerlo con un alfiler, aunque el proceso de vaciado sea más lento.

2. Una vez tengas tus agujeros, pon los huevos en un vaso y deja que vaya cayendo poco a poco su contenido. Puedes soplar por el agujero o ayudarte del palillo para empujar la clara y la yema hasta que quede completamente vacío.

3. Por último, lava bien el huevo y sécalo con papel de cocina.

Una vez tengas tus huevos preparados, lo primero es teñirlos o pintar su capa base. También tienes varios procedimientos para hacerlo. El que más nos gusta, sin duda, es el de hacerlo introduciendo los huevos en una taza con una cucharada de colorante alimenticio y un par de cucharadas de vinagre. El color queda muy dulce.

En este caso:

1. Vierte el agua, a temperatura ambiente, en vasos o cuencos de cristal.

2. A continuación, pon un par de cucharadas de vinagre en cada cuenco o vaso.

3. Y añade también la cucharada de colorante alimenticio. Si quieres más intensidad, vete aumentando la cantidad de colorante.

4. Introduce los huevos en los vasos y déjalos unos 10-15 minutos.

5. Sácalos con cuidado. Si no quieres teñirte los dedos, ayúdate de un palillo (si están huecos). Si están cocidos, mejor con una cuchara, por el peso.

Otra opción, en vez de teñirlo es pintar con spray o pintura acrílica tus huevos, con ayuda de un pincel. Esta sería la opción más recomendable para los que hayan elegido huevos que no sean blancos. Puedes aplicar primero una base blanca y, a continuación, decorar con dibujos.

Además, puedes crear tu propio colorante de la siguiente manera: poniendo en un cazo los huevos a hervir con ingredientes naturales, dependiendo del color que busques: espinacas para el verde, remolacha para un morado o rosado, azafrán si lo que buscas es amarillo o unos arándanos para un azul muy suave. Cuanto más tiempo los dejes sumergidos, más fuerte será el color.

Es importante, sea con este método o con el anterior, dejar secar los huevos, al menos, una hora. En el mismo cartón de los huevos o sobre una rejilla.

Por último, llega la parte más divertida y donde puedes dejar volar tu imaginación: dibujar y decorar. Puedes hacerlo:

a. Con los mismos pinceles que has utilizado para pintar la base y pintura acrílica.

b. Pegando con pegamento lentejuelas, pequeños lunares, plumas o cintas, incluso dibujos con fieltro.

c. Ponerle purpurina.

d. Forrarlos con papel de seda.