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mujer en la cama con test de ovulaci n © AdobeStock

Fertilidad

Qué es el moco cervical y cómo puede ayudarte a reconocer tus días fértiles

Es una sustancia secretada en el cuello del útero a la que quizás debas prestarle atención si quieres quedarte embarazada


Actualizado 12 de julio de 2021 - 14:57 CEST

Puede ser que nunca te lo hayas planteado, pero lo cierto es que el moco cervical es algo que todas las mujeres deberían conocer y que puede ayudarte mucho si lo que estás buscando es un embarazo. Cambia de densidad, de color y textura en función del momento del ciclo menstrual en el que te encuentres y es un claro signo de que estás ovulando. Y cuando queremos un bebé, ¿reconocer esta ventana de fertilidad no es nuestro objetivo? El moco cervical, aunque no de manera irrefutable, puede darte muchas pistas.

¿Qué es el moco cervical?

El moco cervical es una sustancia secretada en el cuello del útero de la mujer a lo largo de su ciclo menstrual. Durante los 28 días que dura un ciclo regular, cambia de color, de textura y de densidad. Esto se debe a que se producen variaciones de la concentración hormonal en cada una de las fases de tu ciclo y se refleja en tu moco cervical. Por eso, junto al control de la temperatura basal, su observación puede ayudarte a conocer tus días fértiles.

Sin embargo, el Dr. José Alberto Rodríguez León, de la Unidad de Obstetricia y Diagnóstico Prenatal del Hospital QuirónSalud Madrid, nos advierte que, “a pesar de que la observación del moco cervical puede ayudarnos de forma aproximada a identificar los días fértiles y su uso con fines reproductivos es inocuo, su empleo en sentido contrario, es decir, identificando los días infértiles para mantener relaciones sexuales sin protección o sin riesgo de embarazo aparente, no es, en absoluto, recomendable”. Es más, es rechazado por todas las sociedades científicas como método anticonceptivo, además de no evitar la transmisión de enfermedades venéreas.

Si preguntamos a Rodríguez León por esa existencia continuada de moco cervical, tanto en los días fértiles como en los infértiles, nos asegura que “este se produce en las células mucosecretoras que tapizan el cuello del útero de las mujeres en edad fértil (desde la primera menstruación o menarquía hasta la menopausia), pero su cantidad y propiedades cambian a lo largo del ciclo menstrual, pudiendo ser escaso o, incluso, ausente en la segunda fase del ciclo”.

Mujer con pruebas de fertilidad.© AdobeStock

Etapas del ciclo menstrual y moco cervical

Observar las características del moco cervical puede, como afirma Rodríguez León, “ayudarnos a identificar el periodo periovulatorio o, lo que es lo mismo, nuestros días fértiles”. Para ello, es muy conocido el Método Billings, desarrollado en los años 70’ como un método de regulación de fertilidad natural. Se basa en el conocimiento de los niveles cambiantes de hormonas a lo largo del ciclo menstrual que afectan al volumen y textura del moco cervical. Una vez la mujer se familiarice con estos cambios, puede identificar de forma aproximada el momento de la ovulación.

Por ello, lo primero que debes aprender son las características del moco cervical en cada una de las etapas del ciclo menstrual. Así, cuando veas que coinciden con las de la fase de ovulación, ya tienes tu ventana de oportunidad un poco más cerca.

  • Fase folicular: se inicia el primer día de la regla y finaliza en el momento de la ovulación. El moco cervical es más bien escaso y, generalmente, transparente o blanquecino, con textura líquida y pegajosa. Según pasan los días, se va haciendo más consistente y elástico y aumenta su capacidad de estirarse sin romperse (filancia).
  • Fase de ovulación: desde que el óvulo se desprende hasta que comienza su camino hacia el útero. El moco cervical es menos ácido y más elástico, con la consistencia de clara de huevo.
  • Fase lútea: se inicia inmediatamente después de la ovulación y se caracteriza por un incremento de progesterona al esperar la fecundación del óvulo, lo que hace que el moco cervical pierde las propiedades anteriores, haciendo que sea espeso y cremoso, más ácido, pegajoso y blanquecino. En palabras de Rodríguez León, “tiene un aspecto algo sucio”. Si no se produce la fecundación, será eliminado posteriormente en la menstruación.

Muestras de moco cervical

Con el fin de conocer nuestra ventana fértil, se recomienda por tanto tomar muestras en diferentes días y anotar sus características. Como nos aconseja Rodríguez León, “puedes tomar la muestra con un poco de papel higiénico o con los dedos, separando ligeramente los labios vaginales. Una vez recogido, abre lentamente los dedos para ver su humedad, su cantidad y sus características: color, consistencia, dureza y elasticidad.” Así, durante los días fértiles, este debería tener una apariencia viscosa, filante, semejante a la clara de un huevo cruda y con elasticidad.

Aunque el método clásico recomienda que la mujer haga un seguimiento a través de una tabla o gráfica, empezando siempre el primer día de la menstruación, no es imprescindible. Si lo haces, apunta tus observaciones en cuanto a la apariencia y consistencia del moco cervical, así como la sensación que te provoca en la vulva y marca los días como fértiles o infértiles según el resultado.