La educación sexual en general y la fisiología de la reproducción en particular han sido dos temas tabúes a lo largo de muchas generaciones. Por eso, errores o información incompleta nos han hecho creer en lo que ahora podríamos llamar mitos. Y en fertilidad, además, se sigue hablando un poco con cuidado: la menstruación se habla en voz baja, la menopausia se guarda para la consulta del ginecólogo y hablar del orgasmo femenino, a veces, da reparo. Es por ello que algunas de estas creencias han perdurado en el tiempo.
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Sin embargo, poco a poco, conseguimos desterrarlas. Chequea si tú sigues creyendo en alguna y, si es así, olvídate de ella. ¡Ah, y empieza por la primera, aunque no tenga nada que ver con lo femenino! Los hombres tampoco son fértiles para siempre. Por eso, en cualquier debate sobre fertilidad también deben ser incluidos.
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La luna afecta a tu ciclo menstrual
Seguro que has escuchado alguna vez, cuando hay luna nueva, decir a una mujer eso de que “hoy habrá muchos partos”. Pues sí, desde siempre hemos creído que la luna afecta a nuestro ciclo mensual y que es ella quien marca los posibles adelantos o retrasos en la fecha en que nos llega la menstruación. Esto es porque el ciclo lunar tiene una duración aproximada de entre 29 y 30 días (se mide desde una luna nueva a la siguiente), poco más que lo que dura el ciclo menstrual de una mujer regular. Claro, aquellas que no tienen la precisión de un reloj suizo confían en ella para saber la fecha de su llegada, pero, en realidad, no existe prueba científica alguna.
Tumbarse boca arriba favorece la fecundación
Tumbarse boca arriba y con los pies en alto. Esa es la postura que te planteas cuando quieres quedarte embarazada y acabas de tener relaciones sexuales. Pero, en realidad, no existen evidencias científicas que nos aseguren que esto funciona. Es más, no existen posturas para quedarse embarazadas como tal ni las tienes que mantener esos 15 minutos de rigor que marca la leyenda. Ninguna es más favorable que otra. Por lo que eso de colocarte un cojín debajo de los glúteos, tampoco.
Las hormonas reproductivas siempre están en equilibrio
Este mito, en realidad, no pertenece al pasado lejano, pues el conocimiento y medida de las hormonas reproductivas es algo relativamente moderno. En muchas consultas ginecológicas, cuando nos piden un análisis de sangre, vemos un listado de nombres que no entendemos, entre los que se encuentran: FSH, LH, estrógenos y progesterona; los cuatro más importantes. Y buscamos o pensamos que deben estar constantemente en equilibrio. Más si queremos quedarnos embarazadas.
Sin embargo, debido al ciclo menstrual, las hormonas de la mujer pueden variar de un día a otro, e incluso, de una hora del día a otra, por lo que el equilibrio absoluto no se cumple. Por ello, siempre se intenta medir la concentración hormonal al inicio del ciclo menstrual, cuando las hormonas se encuentran en estado basal. Su fluctuación no indica necesariamente una falta de fertilidad.
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El orgasmo femenino favorece el embarazo
Si ya es difícil dar en el clavo para muchas mujeres y quedarse embarazada, tener otro condicionante más complicaría el proceso muchísimo y sería hasta agobiante. Pero tranquilas, el orgasmo femenino no afecta a la concepción de ninguna forma. Es más, para que un orgasmo femenino afectase de manera positiva al transporte del esperma por el interior del útero hasta las trompas de Falopio, éste tendría que ocurrir inmediatamente antes o justo en el momento del orgasmo masculino. Y no, no es algo muy común. Muchas mujeres alcanzan el orgasmo una vez o más antes que su pareja, justo después o, incluso, nunca.
La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) puede causar insuficiencia ovárica prematura
Sin embargo, se trata de un mito que ha sido desmentido por algunos estudios realizados a mujeres para asociar ambos conceptos (la vacunación contra el VPH y la insuficiencia ovárica prematura) y demostraron que no era así. Cuando todas estas dudas se plantearon, hablamos con la doctora Ana Palacios Marqués, quien nos confirmó “que se trata de una vacuna que ha demostrado su eficacia y seguridad frente a la infección de estos virus. Carecen de efectos secundarios importantes, salvo reacciones locales leves en el lugar de la inyección”.
La menopausia no es algo natural
Te lo creas o no, en el pasado (esta vez, sí, bastante alejado) se pensaba que la menopausia no era algo natural. El motivo es sencillo: muchas mujeres no llegaban a la edad en la que esta se producía. Fallecían antes. Un mito totalmente erróneo y no hace falta ser médico para confirmar que esta creencia nacía de una esperanza de vida corta en las mujeres (durante mucho tiempo no era más de 50 años) a lo largo de la historia y de cómo se ha vinculado a la mujer a su labor reproductiva. Si no podías tener hijos, no estabas bien.
Además, la falta de atención médica básica, entre otros factores, hacía muy difícil el correcto seguimiento de una menopausia. Eso sí, al hombre nunca se le puso en duda su capacidad reproductiva con la edad. ¿Qué se pensaba entonces? Que la menopausia era una enfermedad que marcaba el fin de la función reproductora de la mujer.